¿QUE SON LOS PRODUCTOS DERIVADOS EN LAS OPERACIONES BURSATILES?
REFLEXIONES,
Los productos derivados son poco conocidos, pero son fundamentales en los mercados financieros.
Son parte vital de la especulación y del poder económico y político que ejercen en el mundo los mercados financieros. Constituyen una parte importante de la volatilidad(los fuertes cambios en las cotizaciones financieras y han sido uno de los componentes importantes en el desencadenamiento de las crisis bursátiles.
El mundo financiero y bursátil ha cambiado mucho en los últimos años. Uno delos factores que más han contribuido a este cambio, es la aparición de los denominados “productos derivados”; hoy día, en las bolsas de valores no sólo se compran y venden acciones (títulos que amparan la propiedad de las empresas), sino que también a las denominadas obligaciones (títulos de deuda de las empresas) se
agregan los productos derivados.
Los productos derivados son fundamentalmente tres: los contratos a futuros, los swaps y las opciones. En principio, estos productos actúan sobre el riesgo de los mercados. Si hoy día hubiese que caracterizar en dos palabras a los mercados mundiales diríamos: riesgo e incertidumbre. Riesgo e incertidumbre se refieren a dos cosas distintas; se habla de riesgo, cuando de alguna manera es posible calcular la
probabilidad de que algo suceda, por ejemplo, la probabilidad de que el monto de los robos en un almacén comercial sea menor a una determinada cantidad, la probabilidad de que el peso se devalúe menos del 5% la semana próxima, etc.; y se habla de incertidumbre, cuando no hay forma de tener ningún cálculo de probabilidad sensato sobre los eventos que interesan.
Los productos derivados se basan en los riesgos de los mercados, es decir, en todos los eventos sobre los cuales se supone que se puede tener un cálculo de riesgo razonable. De lo que se trata es que alguien que hace una operación comercial riesgosa (por ejemplo, la importación de mercancías cuya deuda queda en dólares y se vive el riesgo de una devaluación del peso), compra dólares a futuros, es decir, para las fechas en que tiene que hacer sus pagos y por lo tanto, en dichos contratos se fija la tasa de cambio a realizar y de esta manera, el importador ya conoce de antemano el costo que van a tener los dólares de su deuda. Los contratos a futuros en moneda son, por ejemplo, la compra de dólares el día de hoy para ser librados en una fecha futura determinada y estipulándose además, el tipo de cambio al que se venderán los dólares en tal fecha.
Las opciones no implican una obligación de compra o venta, sino solamente elderecho de que en una determinada fecha futura, el comprador de la opción, tenga la capacidad de decidir si se compran o no los dólares al precio pactado inicialmente. Si el precio del dólar en la fecha de término es mayor al del precio pactado, entonces habrá la conveniencia de ejercer la opción y, naturalmente, por el derecho a la opción se paga un precio determinado.
Los swaps son contratos de intercambio. Se intercambian créditos que tienen distintos tipos de tasas de interés. Por ejemplo, si alguien tiene una deuda a tasa de interés fija pero le preocupan los riesgos que surgen del mercado por la presencia de tasas cambiantes (flotantes), entonces acude a un banco, el cual va a ser intermediario con otro actor que tiene la preocupación contraria: quiere cambiar sus tasas flotantes por otras de tasa fija. Así, por medio del banco intermediario, el primer actor paga tasas flotantes y el segundo paga tasas fijas; al final del período establecido por el contrato, si la tasa flotante generó un interés mayor que la tasa fija, el primer actor paga la diferencia y en caso contrario (si la tasa fija fue mayor que la flotante), entonces es el segundo actor quien paga la diferencia. Además de los swaps en tasas de interés se pueden hacer swaps en deudas de divisas; por ejemplo, entre alguien que debe francos y alguien que debe marcos alemanes, el primero trata de protegerse contra una devaluación del marco frente al franco y el segundo lo contrario; cuando se realiza el contrato todos se sienten protegidos frente a los riesgos en los que se sienten débiles.
El mercado de derivados ha crecido en forma impresionante en los últimos años; la revista Business Week de septiembre 21 de 1998 señala que en el mundo el mercado de derivados alcanzaba 40 billones (millones de millones) de dólares, cifra que es simplemente el más allá del más allá. Hoy las cifras son estrepitosas, según el Banco de Pagos Internacionales (BIS), en septiembre del 2017 el mercado de futuros llegó a 33613 mil millones de dólares, las opciones alcanzaron en la misma fecha 52 367 mil millones de dólares, además de los otros mercados de productos derivados. Son cifras fantasmagóricas y ellas no provienen de ningún proceso de producción de bienes y servicios.
Nuestros análisis económicos nos han conducido a la conclusión de que los productos derivados son profundamente peligrosos para el mundo actual. Es cierto que en tiempos normales en los que no hay grandes sobresaltos financieros o bursátiles, los productos derivados tienden a jugar un papel estabilizador; en tiempos normales el riesgo predomina sobre la incertidumbre, y es factible realizar cálculos razonables sobre el riesgo y su costo. Pero, cuando llegan las turbulencias bursátiles,
cambiarias y financieras, la incertidumbre predomina sobre el riesgo y los cálculos realizados con anterioridad simplemente carecen de validez frente a las nuevas circunstancias. Dado que los cálculos a que dieron origen los contratos de los productos derivados (que fueron realizados cuando el riesgo se sobreponía a la incertidumbre) ya no tienen ninguna validez y, cuando la incertidumbre sobredetermina y se sobrepone al riesgo, entonces las pérdidas posibles en los mercados de productos derivados pueden ser gigantescas y evidentemente, pueden extenderse
como fichas de dominó que caen.
El problema sobre los errores en el cálculo del riesgo es tan claro que, la empresa Long-Term Capital Management que a pesar de que contrató a dos premios Nobel (que recibieron sus premios precisamente por sus modelos sobre productos derivados) para establecer modelos y actuar en correspondencia sobre los mercados en 1998 perdió varios miles de millones de dólares a causa de una crisis en Rusia y tuvo que ser rescatado por el Banco de la Reserva Federal de EUA y de no haber sido así se hubiese generado una grave crisis financiera..
La rapidez del salvamento (a pesar de lo cuantioso de las pérdidas), indica el pavor que tienen los mercados financieros por las pérdidas cuantiosas que pueden surgir en el mercado de los derivados y los nefastos resultados que éstas pueden tener sobre el resto de la economía mundial.
Regresando a la relación entre riesgo, incertidumbre y productos derivados, lo esencial a retener es que, por la ley de probabilidades, lo que es incertidumbre para una persona, es decir, algo no calculable, se transforma en riesgo cuando se trata de muchas de ellas; por ejemplo, la posibilidad de un ataque al corazón para una persona en el lapso de un año, es un hecho incierto, pero cuando se trata de 10 000 gentes, sí se puede calcular la probabilidad de que un número determinado de ellas tenga un ataque al corazón en el lapso de un año. Esta es la base en que trabajan las compañías de seguros y es la base también de los contratos de los productos derivados.
Los seguros, al igual que los derivados, sirven para que los individuos puedan afrontar las incertidumbres y riegos; se paga un costo predeterminado y se asegura cada individuo frente a costos inciertos. Esta es la parte positiva que tienen los productos derivados.
Sin embargo, los derivados tienen muchos problemas y muy graves, que son los que han llevado al mundo financiero actual a problemas e inestabilidades. Se presentarán solamente cuatro de los principales.
a) Se genera un incremento notable en las operaciones que implican riesgo. Como gracias a los productos derivados ahora hay forma de protegerse frente al riesgo con el pago de un costo predeterminado, el resultado es que muchos actores económicos realizan muchas más operaciones riesgosas de las que harían si estos productos no existiesen. Por ejemplo, se adquieren muchas más deudas en dólares que en el caso de que no hubiese coberturas (producto derivado que sirve para protegerse en el caso de una devaluación). No sólo hay un aumento en el número de operaciones riesgosas, sino que además, se aceptan riesgos mucho más elevados.
Si la economía marcha normalmente no pasa nada, pero en tiempos de crisis generalizadas, los vendedores de opciones y de contratos a futuros, pueden tener pérdidas gigantescas. Lo que sucedería, por ejemplo, a una compañía de seguros contra enfermedades cuando llegase de pronto un conjunto de epidemias a su población asegurada; en tiempos normales la compañía gana, pero en época de epidemias la compañía va a la ruina. Lo mismo sucede a los vendedores de productos derivados, pero en este caso, debido a que ellos asumieron más y mayores riesgos, las caídas por las crisis generalizadas, son mucho más abruptas y profundas.
b) Por efecto de los productos derivados, el futuro (las creencias simbólicas que se tienen sobre el porvenir) domina y determina al presente.
Normalmente en toda transacción comercial, cuando se piensa en el precio a futuros de un artículo, se toma como punto de partida el precio presente del mismo y luego se hacen anticipaciones sobre lo que sería su precio en el futuro.
Cuando predominan los productos derivados, el costo de los mismos depende de lo que se cree que va a ser su precio en el futuro y, de esta manera, el precio futuro adquiere predominancia ya que es el esencial y por lo tanto, del precio futuro se descuentan las ganancias y los intereses y se obtiene el precio presente. Así, los derivados transforman todo, el futuro ya no se encuentra determinado por el presente,, sino que el presente se encuentra determinado por las creencias que se tengan sobre el futuro. El valor del peso para el día de mañana ya no depende del valor del peso en el día de hoy; en los mercados monetarios ahora es al revés y el valor del peso el día de hoy, depende de las creencias que se tengan sobre lo que va a ser el valor del peso el día de mañana.
Como es imposible saber qué es lo que va a pasar el día de mañana, el futuro siempre será incierto. Muchas cosas económicas o políticas y más las declaraciones de la banca central de EUA (Banco de la Reserva Federal, FED). Pero los productos derivados son susceptibles a muchas cosas: los cambios en creencias, los rumores, las expectativas, o los gestos que hace al hablar del presidente en turno de la FED, se convierten en pequeñas o grandes tormentas y de esta manera, los productos derivados pueden tener alta volatilidad como consecuencia de un conjunto de caprichos totalmente irracionales.
Lo que se hizo para supuestamente aumentar la racionalidad de los mercados, se regresa como bumerang para implementar una irracionalidad caprichosa. Todo esto se observa diariamente con claridad en los mercados mundiales.
c) Las pérdidas pueden ser cuantiosas y catalizar la caída en forma de dominó.
En tiempos normales todo sucede sin problemas pero, en épocas de crisis, las pérdidas pueden ser cuantiosas y como las pérdidas de unos se convierten en su incapacidad de pagos, esto genera que los otros no cobren y por ende, tampoco puedan pagar. La caída se generaliza como fichas de dominó.
d) El excesivo apalancamiento.
Desgraciadamente, una parte importante del mercado de derivados no se hace con dinero constante y sonante debido a que son operaciones cuyo desenlace es siempre a futuro, pues los actores de este mercado realizan, por ejemplo, ventas de opciones basándose en créditos bancarios. Los créditos (el apalancamiento) permiten que se realicen muchas más operaciones de las que se harían si estas operaciones se realizasen al contado, pero cuando vienen las pérdidas, lo que resulta es simplemente que muchos actores no tienen para pagar y con ello se catalizan y generalizan todo un conjunto de caídas.
Dado que muchas operaciones en el mercado de derivados se realizan por la intermediación bancaria o por iniciativa de ellos, no es ninguna casualidad que muchos bancos del mundo se pudiesen encontrar en graves dificultades ante una posible crisis financiera.