Retroceso electoral
Sin duda alguna el tema más importante en estos momentos es la iniciativa de reforma electoral del gobierno de López Obrador. La mayoría de los analistas coinciden en que se trata de un intento por desmantelar a la autoridad electoral, autónoma por cierto, de cara a la elección del 2024.
Y es que en el fondo muchos de los cambios propuestos en la iniciativa, quitarían facultades muy importantes al INE para dárselos al gobierno (y partido) en turno, como lo es la conformación del padrón electoral.
Desde su formación, el entonces Instituto Federal Electoral ha seguido un proceso de perfeccionamiento a través de una serie de reformas importantes. La última, en 2014, que promovió su transformación a una autoridad nacional que homologara los estándares con los que se organizan las elecciones.
La iniciativa actual, sin embargo, plantea sustituir al INE por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), quedando como entidad gubernamental y desapareciendo de tajo a los institutos y órganos locales.
Otro cambio peligroso es la reducción en el número de Consejeros Electorales y el cambio en el proceso de su designación, que de acuerdo con algunas voces como la del Senador Germán Martínez, permitiría politizar los perfiles de los mismos y beneficiar con ello a un partido.
De manera poco precisa, el presidente ha reducido el contenido de su iniciativa a un aspecto: la intención de “adelgazar” la burocracia electoral y partidista. Sin embargo, los puntos antes mencionados son los que verdaderamente deben preocuparnos. Entregar el control de las elecciones al gobierno, sería un retroceso en todos los sentidos.
Desde hace tiempo, diversos especialistas, entre ellos constitucionalistas, han cuestionado el excesivo ánimo reformista de las leyes mexicanas. No porque necesariamente sea malo, sino porque los cambios normativos varían en demasía, de un periodo a otro, cuando ni siquiera son aplicados a la realidad.
En su texto “La reformas electorales en América Latina: una evaluación de los procesos de cambio de reglas de juego”, la politóloga argentina Flavia Freidenberg hace una recapitulación de las reformas electorales en la región, que según su reflexión, han respondido en diversas ocasiones a la “puja constante de las élites políticas por controlar las reglas del juego”.
Freidenberg nos recuerda que los últimos cuarenta años se han aprobado cuando menos 239 reformas en materia electoral, siendo México uno de los países “hiperactivos” que más modificaciones en la materia ha realizado.
Hoy, desde el poder presidencial se impulsa una reforma que lejos de fortalecer la autonomía, tanto institucional como presupuestal, de equilibrar la representación política y social, y de robustecer las facultades del INE para evitar los fraudes y la prácticas electorales ilegales; busca dar el control de la organización de las elecciones al grupo en el poder. Los riesgos de eso ya todos los conocemos.
-o0o-