Reverbera el grito de los talladores en el Casino de la Feria: ¡No más! Cinismo e impunidad acabaron con el PRI y el PAN en México Aguascalientes ¿Cuánto más aguantas?

Reverbera el grito de los talladores en el Casino de la Feria: ¡No más!  Cinismo e impunidad acabaron con el PRI y el PAN en México Aguascalientes ¿Cuánto más aguantas?

Yo observaba que personas muy inteligentes e informadas no tenían ventaja alguna sobre los taxistas en sus predicciones, pero había una diferencia crucial. Los taxistas no pensaban que comprendieran las cosas mejor que las personas con estudios; ellos no eran los especialistas, y lo sabían. Nassim Nicholas Taleb

Después de descender del avión en el aeropuerto de Tijuana abordé el taxi que me llevaría al centro comercial en el que sostendría una reunión de negocios. Durante el trayecto entablé plática con el conductor del auto de alquiler, que al darse cuenta de que era mi primera vez en la ciudad, señaló a lo lejos la colonia Lomas Taurinas. Transcurrían los primeros días de marzo del 2018 y estaba próximo el aniversario luctuoso de Luis Donaldo Colosio.

Habían transcurrido ya 24 años desde que Lomas Taurinas fuera testigo del magnicidio más reciente de la historia de México. “Ahora está muy bien; fue lo único bueno que dejó el asesinato de Colosio. En ese entonces esa colonia era la más fea de la ciudad; pura tierra y sin calles ni salidas. Por eso lo trajeron aquí” -dijo el operador del taxi.

Es probable que, en ese momento, mi expresión revelara al conductor la pregunta que me hice sin hablar: ¿Lo “trajeron” aquí porque había pobreza, porque faltaban servicios públicos o porque no había “salida”? La comunicación se había establecido.

Al igual que en el 94, la efervescencia por la próxima elección presidencial estaba en su apogeo. Yo, me encontraba próximo a mi destino, así que no pude contener mi pregunta:

– ¿Quién cree que sea la mejor opción?

Su respuesta fue contundente. Escuché su hablar verdadero -dirían en los pueblos autóctonos. Me impactó. Sentí y entendí su lógica y emoción cuando afirmó:

Con tanta mentira y engaño -dijo- ya no sé a quién creerle. Pero yo ya tomé una decisión. Aunque no respeten el voto. Yo voy a votar por el Peje. Para que al menos se den cuenta de que ya no nos ven la cara de pendejos.”

Todo estaba dicho. Lo demás es historia por todos conocida.

Cinismo e impunidad, más que hartazgo

En el México del 2018, el nivel de hartazgo entre la población tuvo por detonante el cinismo e impunidad rampantes de los gobiernos prianistas. Esa expresión de gobiernos despóticos condujo al electorado a arriesgar “todo por nada”. O, al menos, por un poco de esperanza.

La “Guerra contra el narco” de Felipe Calderón; el de Peña Nieto con la Casa Blanca; el de Lozoya en PEMEX en el caso Odebrecht y el de Rosario Robles en la “Estafa Maestra”; el caso de dos gobernadores priístas de apellido Duarte (que no son hermanos pero que uno, Javier, gobernó  Veracruz; y el otro, César, que gobernó Chihuahua), así como el caso de los hermanos Moreira en Coahuila (que se sucedieron en la gubernatura de la entidad), fueron solo algunos de los escándalos de gobiernos despóticos y corruptos del PRI y del PAN que colmaron la paciencia y tolerancia del electorado.

La complicidad de las autoridades y la no aplicación de la justicia, junto con la indiferencia y la complacencia de los medios de comunicación masiva, la sociedad llegó al límite. Los mexicanos soportamos mucho, pero nunca permitimos ofensas a la dignidad e inteligencia personales.

En el 2018 fuimos más allá del hartazgo y de un “voto de castigo”, o del triunfo de un candidato “antisistema”. Fue un “¡ya basta!” verdadero, auténtico, generalizado. Ahora está en camino de extenderse a las entidades donde toca el turno electoral, para volverse un cambio irreversible.

Lección al cinismo: “No se puede tapar la corrupción con una campaña

Con la pérdida de la Presidencia, el PRI y el PAN perdieron muchos de los “beneficios” del poder que les permitían practicar la corrupción en un ambiente de impunidad.

También, desde que desapareció el fuero presidencial, el futuro de muchos políticos tradicionales (entiéndase: corruptos) se volvió aún más incierto. Estos políticos y política “de carrera” (no improvisados), ya no tienen mucha certeza sobre el halo protector que les permitía pasar de una fuente de corruptelas a otra, sin pagar las consecuencias.

El colmo del cinismo se vuelca sobre Aguascalientes por segunda ocasión en un candidato panista. Hace doce años, Martín Orozco llegó a la candidatura por la gubernatura envuelto en un proceso legal que le llevó a iniciar tarde su campaña. Y, en esa ocasión, perdió frente a Carlos Lozano de la Torre.

Ahora toca el turno a Tere Jiménez que, en el colmo de la impunidad, realiza campaña en medio de acusaciones sobre su gestión al frente de la Presidencia Municipal de Aguascalientes. Lo hace como avestruz salinista: esconde la cabeza en medio de promocionales bien diseñados y eventos bien organizados, para no ver ni oír los reclamos de respuesta a las dudas en relación con el sobre precio de las luminarias del alumbrado público, el costo de un parque solar pagado (a plazos) que no funciona y a la extensión de la concesión del agua a Veolia que se prometió terminar y no se cumplió.

A manera de epílogo: Y Aguascalientes ¿Cuándo?

Me bajé del taxi pensando cuánta razón le asistía al taxista y recordé a Nassim Nicholas Taleb en su obra El Cisne Negro. El impacto de lo altamente improbable (Paidós, 2008), quien completa la afirmación que aparece en el epígrafe de este escrito:

Nadie sabía nada, pero los pensadores de élite estaban convencidos de que sabían más que los demás porque eran pensadores reputados, y cuando no se es miembro de la élite, automáticamente se sabe más que los que no son tal.

Así es como opinan los intelectuales orgánicos y miembros de la comentocracia fomentada por los medios de comunicación aliados a los gobiernos federales anteriores al de la Cuarta Transformación. Ya sucedió en el 2018. No anticiparon el triunfo contundente de López Obrador.

Ahora nos lo han dicho en Tijuana, por el taxista, y en Monterrey, por un obrero que se desplazaba en transporte público. Ambos nos dicen y recuerdan que son los ciudadanos, en su mayoría empleados, asalariados, así como los campesinos y pequeños emprendedores, quienes mueven verdaderamente a México. Y que ya no nos dejamos engañar.

En 2018, todos los ciudadanos llegamos al límite de nuestra tolerancia frente a tanta corrupción, cinismo e impunidad. Y lo expresamos en las urnas. Me pregunto: y en Aguascalientes ¿Cuándo? Este 5 de junio del 2022. Reverbera el grito de los talladores en el Casino de la Feria: ¡No más!

 

 

 

 

Doleres Rodríguez Serna

Doleres Rodríguez Serna

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