Septiembre, mes de la patria

Septiembre, mes de la patria

[bctt tweet=»Vamos por partes. ¿Por qué se elige, precisamente a septiembre como mes de la Patria? Porque es en este mes que ocurrió el evento más importante para nuestro país» username=»crisolhoy»]

 

De entrada esto suena a despropósito porque sugiere que los once meses restantes somos unos apátridas, o acaso ¿sugiere que todo el patriotismo que pudiésemos sentir de enero a agosto, y de octubre a diciembre, lo guardemos para mostrarlo con todo orgullo en septiembre?

No. Entiendo la intención de la frase, pero, me temo, está muy mal enfocada, y lo peor, cae en oídos sordos de la mayoría de los mexicanos.

Sí; muchos en este mes hacen gala de réplicas de banderas de México, y cuelgan adornos tricolores en los retrovisores de sus autos, y comen pozole (el resto del año también, pero el pozole en este mes lleva más amor por México), organizan las mismas fiestas con excesos de todo el año, pero en este mes se “disfrazan” de charros y chinas poblanas, porque hoy día eso son nuestros atuendos nacionales: meros disfraces…

Vamos por partes. ¿Por qué se elige, precisamente a septiembre como mes de la Patria? Porque es en este mes que ocurrió el evento más importante para nuestro país. Y no, pese a la parafernalia que se gasta los días 15 y 16, no son ni por mucho, lo que en realidad debemos de festejar. No siendo historiador ni nada por el estilo, hablo simplemente como un mexicano más, así que si estoy equivocado, y puedo estarlo, le suplico amable lector, corrija mis imprecisiones, aunque, le prevengo, de opinión a opinión, hago valer la mía. De manera que de ser el caso que cometa un error histórico, me sea corregido con pruebas documentales.

Decía que el día más importante para la historia de nuestro país, ya como Nación Libre y Soberana, no es el 15 de septiembre de 1810, fecha del supuesto grito de Miguel Hidalgo; todo apunta a que la arenga que soltó a sus feligreses, fue al amanecer del día 16. Se dice que fue Porfirio Díaz quien lo adelantó unas horas para hacerlo coincidir con su cumpleaños, vaya usted a saber. Ni tampoco lo es el 16, fecha del inicio de la revuelta. Ahora bien; si yo agito a la masas para iniciar un movimiento de liberación, no lo hago lanzando vivas a mis captores, ¿verdad? Curiosamente esto es lo que hace Hidalgo en su arenga: lanza un: “Viva Fernando VII”. Luego, Hidalgo no inició una lucha de Independencia, sino una lucha en apoyo a una de las partes en pugna en la España a la que México “pertenecía”. Una lucha que duró 11 años, y de la que Miguel Hidalgo sólo vio nacer, porque fue fusilado muy temprano, el 11 de julio de 1811, es decir menos de un año después de iniciado el movimiento. Aun así, es llamado Padre de la Patria, título que recaería mejor en otro sacerdote: Morelos, mejor estratega, mejor soldado y quien tuvo una participación mucho más activa y decisiva. José María Morelos y Pavón, discípulo de Hidalgo en el seminario, ostenta en la historia de México el título de Siervo de la Nación, y sin embargo, tampoco Morelos logró llegar siquiera a la mitad de la lucha insurgente, pues fue fusilado el  22 de diciembre de 1815. 

Junto a los anteriores, es importante el nombre de Ignacio Allende, un militar criollo que luchó por la causa, pero no son los únicos: también son importantes los nombres de Felix María Calleja, Antonio Riaño y Juan Ruiz de Apodaca, entre otros.

De los tres primeros: Hidalgo, Morelos y Allende, no hay ciudad o pueblo que no tenga, al menos, 3 calles con sendos nombres; de los otros 3, es decir, Calleja, Riaño y Apodaca, quizá alguna ciudad tenga esas nomenclaturas, puestas por equivocación. Por cierto, Apodaca, ciudad y municipio de Nuevo León, no tiene relación con este insurgente.

Total que pasaron batallas, pasaron tratados, y finalmente el 27 de septiembre de 1821 hace su entrada triunfal a la ciudad de México el ejército Trigarante, con Agustín de Iturbide encabezando el contingente para ser recibidos en el Palacio Virreinal por Juan O’Donojú, reconociendo con este acto, la Independencia de México.

Independientemente de cuántos y quiénes lucharon en estos 11 años, quien le dio a nuestro país su Libertad, o al menos el testigo de honor de tal acontecimiento, fue Iturbide… ¿Conoce alguna calle, aunque sea en las orillas, que lleve este nombre? Bien dicen que la historia la escriben los vencedores.

Es por esto que se eligió a septiembre como el mes idóneo para ser dedicado por entero a la Patria, agregando además la gesta de los Niños Héroes, el 13 de septiembre de 1847, en Chapultepec, historia que se sostiene apenas en endebles palillos por la incongruencia de muchos de los datos que se aportan para validar el episodio, que suena más a mito que a realidad.

Así que ya sabe; todo ese alarde de fiesta y patriotismo que se desgrana los días 16 de septiembre, desfile incluido, debían realizarse el día 27, pero en cambio ese día, no pasa absolutamente nada; bueno, ni los diputados se toman el día, que ya es mucho decir.

Es tanto como si usted o yo, celebrásemos, no el día de nuestro nacimiento, sino el coloquio amoroso de nuestros padres 9 meses antes.

No obstante, si este es el pretexto para sentirnos más mexicanos, este septiembre comamos pozole, enchiladas, chalupitas y huaraches; vistámonos de mariachi o de Adelita, y gritemos: ¡Viva México, Ca…ramba, ¿qué nos cuesta?

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

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