“SHE-HULK: DEFENSORA DE HÉROES” – Disney+
Para añadirle más sal a las heridas de los cristalinos fanáticos de Marvel que simplemente no toleran amplias dosis de comicidad en el retrato de sus superhéroes favoritos en las iteraciones mediáticas que lleva a cabo en conjunto con la Disney, llega “She-Hulk: Defensora de Héroes”, una cuasi sitcom (“cuasi” porque sólo faltan las acostumbradas risas grabadas) que de manera ingeniosa en cuanto a argumentos y jocosa por sus ágiles diálogos y constante esgrimeo verbal logra una vez más desmitificar la figura de los poderosos seres que pueblan las páginas de los cómics para incluso satirizar con astucia la banal y pueril cultura gringa en sus puntos más contundentes y ahora más aceptados (redes sociales, televisión, etc.).
Aunque esto no es algo nuevo ni siquiera en el mundo de las cuatro tintas (los cómics sobre el personaje escritos por Dan Slott hace 15 años ya lo hacían con certera gracia) se agradece que ésta versión cuide todos los aspectos tanto de producción como de contenido para obsequiarnos un divertimento potable y hasta inteligente donde nuestra heroína, una abogada llamada Jennifer Walters (la carismática Tatiana Maslany) recibe la superfuerza y la epidermis color jade de Hulk (Mark Ruffalo) cuando éste le impregna de su sangre irradiada por rayos Gamma en un accidente automovilístico.
La vida de Walters da un vuelco debido a ésta situación y durante los 9 episodios en ésta primera temporada veremos cómo su labor de litigante debe acompañar los estragos que causa su actividad como reticente superheroina mientras busca el amor verdadero, arma jaleos en bodas o bares combatiendo a villanas que también buscan apropiarse de su nombre para registrar sus productos de belleza, busca encajar en su familia con una madre condescendiente y un padre que busca lo mejor para su hija (por cierto, interpretado por el ex primo Larry de la clásica serie de comedia “Dos Perfectos Desconocidos”, Mark-Lynn Baker) o encuentra apoyo emocional a través de personajes estridentes pero ocurrentes como su mejor amiga, una abogada latina llamada Nikki (Ginger Ginzaga), Wong (Benedict Wong), el hechicero supremo de ésta dimensión o incluso un temible villano regenerado como La Abominación, alias Emil Blonsky (un agudo Tim Roth).
Cada episodio posee elementos conductivos a una hisotria macro pero con suficiencia autocontenida para que gradualmente vayamos conociendo mejor a los personajes y sus situaciones, todas ellas delirantes y, en momentos, muy reales. El trabajo Jessica Gao, creadora y argumentista, encuentra solidez en la estupenda química que se desarrolla entre el reparto así como en la espléndida caracterización tanto de Jennifer Walters como de la Mujer Hulk (así se le conoció en nuestro país por muchos años en las versiones traducidas por Novedades Editores a la giganta verdosa), estableciendo una rica dicotomía entre lo que significa ser mujer de carrera en una urbe falocéntrica como lo es Nueva York a la vez que heroína poco sutil en ésas mismas circunstancias sin caer en panfletos ligeros o absurdos sobre géneros. “She-Hullk: Defensora de Héroes” es una serie cuyo veredicto está completamente a su favor.
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