EL REY DEL CASH, SU PANTANO ES DE ESOS…


“Hay aves que cruzan el pantano y no se manchan, mi pantano es de esos”
— Carlos Monsivais
El día de ayer, tal como se había anunciado, empezó a circular, como ahora se dice en forma “viral”, el libro “El rey del cash” de la periodista Elena Chávez, arropada con el prólogo de la periodista (de investigación) Anabel Hernández, conocida por haber escrito varios libros en que denuncia las actividades de la delincuencia organizada con la connivencia de las policías y milicias corruptas que, como dijera el “Tecolote” Aguirre y Fierro: “eso no es cierto pero sucede”.
Gracias a la generosa complicidad de un amigo, antes de que tuviera tiempo de pensar en adquirirlo ya lo tenía en el buzón del WhatsApp, de manera que sucedieron dos cosas: una que me ahorré unos pesos y la lata de pedirlo y dos, que no tuve más remedio que leerlo, aunque debo confesar que puse en práctica la lectura diagonal recordando mis clases de lectura rápida. Además, hay que decirlo, que los que tenemos cierta proclividad al chisme político, tenemos un atractivo adicional para su lectura.
La circulación del libro fue precedida de una serie de comentarios que se difundieron profusamente en los medios de comunicación, los formales y los de chisme que son los más, en internet. Que si el gobierno iba a boicotear la edición, que si había comprado la totalidad de los ejemplares, que si había amenazado a la autora, que si le iba a decir “Fuchi caca” a Jef Bezos, (Entiendo que Amazon tiene los derechos de la distribución y venta” y otras “jaladas” (así decía mi maestro Guillermo Colín Sánchez) por el estilo. Comoquiera que sea el libro se publicó y se ha convidado tan rápido, que todos a los que les quise presumir de que me lo habían regalado ya lo tenían. No me quedo más remedio que leerlo rápido para presumir de algo.
Para el lector distraído que no esté al tanto, el librito de marras (tiene escasamente ciento setenta y tantas hojas, agrandado por unos apéndices, tres entrevistas y unas cuantas declaraciones patrimoniales) se lee fácil y rápido. No es un trabajo de investigación, no es una obra documentada con citas a pie de página, no es un ensayo concienzudo y bien pensado y fundamentado, es, en mi opinión, ni más ni menos que un relato de acciones y sucedidos de corrupción de personajes corruptos cuyo líder: “el mesías tropical” a la manera del que fuera obispo de Aguascalientes monseñor Rafael Godínez, que pensaba que las limosnas del narco se santificaban al llegar a las alcancías de los templo, consideraba y considera que sea cual sea su fuente las “aportaciones” se legitiman, legalizan y moralizan cuando llegan a sus manos. Nosotros no somos iguales, porque yo lo digo.
Ciertamente “El rey del Cash” es un libro oportunista que se publica cuando inicia la tercera parte del sexenio del presidente López Obrador, momento en que empieza a declinar la estrella de los mandatarios, o al menos así ha sucedido con sus antecesores. Con una aparente e importante diferencia: hasta ahora la imagen del presidente parece haber resistido todos los errores políticos y de administración, su terquedad, su ignorancia, sus contradicciones, sus mentiras, sus difamaciones, parecen haber hecho poca mella en la consideración de la mayoría de la población.
La información oficial obtenida fraudulentamente y difundida por la organización denominada Guacamaya Leaks, con lo poco que se ha conocido, hubiera bastado para provocar una crisis que pondría a temblar, si no hacer caer, a cualquier gobierno y, sin embargo en México, parece no haber dañado bajo la línea de flotación a la desmantelada 4T y a su desorientado timonel.
Volviendo al libro, la autora, periodista y burócrata de poca monta, fue concubina por cerca de veinte años de un funcionario muy cercano a Andrés Manuel López Obrador, desde su militancia en el PRI hasta la actualidad en que César Yañez, que durante muchos años fuera su vocero oficial, se desempeña como Subsecretario de Gobernación.
La relación de alcoba y la cercanía a López Obrador permitió a Elena Chávez, presenciar y conocer de cerca la forma de financiamento de la campaña permanente de AMLO y los personajes que contribuían a su actividad constante y al patrocinio de grupos, campañas y movimientos. Desfilan por el libro desde los tres hijos mayores, Marcelo Ebrard que contribuía distrayendo fondos del Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, aparente corcholata favorita que siempre ha sido puntual en sus aportaciones, Alejandor Esquer Verdugo, actual secretario particular, que según la autora, durante muchos años ha sido uno de los recaudadores y organizadores de las finanzas de AMLO, basada fundamentalmente, de allí el nombre del libro, en las aportaciones en efectivo (cash) lo que desde luego complica que se pueda rastrear y que permite que alguien pueda sobrevivir con doscientos pesos en la bolsa.
No podía faltar Mario Delgado, secretario de finanzas de la ciudad de México con Ebrard, acusado de malversación de fondos y que, aunque no tuvo necesidad de ausentarse del país como Ebrard, fue exonerado y arropado por AMLO que lo tuvo siempre como uno de sus encargados de contribuir y organizar la contribución de las aportaciones. Un protagonista importante es el agrónomo director de PEMEX Octavio Romero Oropeza que fuera Oficial Mayor en la ciudad de México en el gobierno de AMLO y que fue de los creadores del sistema de moches y aportaciones “voluntarias”. Por supuesto no podía faltar Delfina Gómez que esquilmaba a sus trabajadores para contribuir a la 4T y también Miguel Ángel Mancera que contribuía generosamente con sus aportaciones.
En fin, una narración repugnante de algo que se sabía o al menos se sospechaba. No puede ser que una persona con un tren de actividades políticas pueda sobrevivir 18 años sin ingresos, pero además con el agravante de haber ocultado y no declarado las “aportaciones”, y con las acusaciones constantes de la corrupción de sus familiares y colaboradores cercanos.
El libro es un testimonio de alguien que lo vivió de cerca y que, con independencia de la validez moral de las revelaciones, constituye una denuncia valiente y oportuna.
Una mancha más al tigre, una herida más, ¿Cuántas más aguantará?.
Su pantano se agranda también cada vez más.
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