Aguascalientes, Del encanto y la magia a la neurosis
[bctt tweet=»En el mercado de trabajo en Aguascalientes, la población que gana de uno a dos salarios mínimos, para el caso de las mujeres asciende a 63 % y de los hombres a 31%. » username=»crisolhoy»]
LA VIDA BREVE
«Hemos sido incapaces de sobrepasar las fronteras del mundo familiar y ganarnos el mundo de la vida en su totalidad. Somos incapaces hoy frente a la violencia, la mentira y el odio, de transformarlos en antiviolencia, en amor, solidaridad y energia vital».
Hablaba en la colaboración anterior sobre la realidad cruda que se vive en Aguascalientes donde los antiguos lazos de solidaridad expresados de algua manera a lo largo de décadas -más allá de todas sus contradicciones-, han acabado por estallar en pedazos y vuelan hoy sobre nuestros ojos. Me refería al suicidio, como uno de los reflejos más oscuros de la crisis social y económica, como una respuesta del individuo ante el estado general de las cosas y por supuesto también, como un hecho social.
Más allá del suicidio. Signo de los tiempos, la violencia vista en sus diferentes modos, se ha convertido en la era global contemporánea en una emergencia de tres caras: violencia ambiental, violencia económico social y violencia mental. Pero además, dicen los clásicos, las causas y razones de la violencia -a más de politicas y económicas-, son por igual estéticas y éticas, al verse afectadas gravemente frente a esto las relaciones interpersonales y transpersonales de forma inmediata, y con ello la vida, misma reducida a una batalla feroz de unos contra otros y de todos contra todos. Un constante y sonante Ensayo sobre la ceguera.
Sigamos, si bien es cierto que cada ciudad, poniendo el ejempo de Latinoamérica y en particular de México, junto con otras en los países pobres, presentan una cara diferente entre las múltiples facetas de la violencia pensada en su presencia fáctica. donde se encuentran más semejanzas que diferencias es justo en las zonas con más desigualdades y hacinamiento social. Lo vemos día con día testimoniado a través de las redes sociales y de los demás medios de comunicación; la violencia se propaga como “rastrillo de pólvora”.
Estos hechos presenciales que van por las calles y la familia, o en las escuelas y el trabajo, encuentran su génesis en la desigualdad social y en el modo de repartir la riqueza, no queda duda. El estado de violencia es producido por el modelo de la Economía política subsistente en países como el nuestro, y que determina a final de cuentas las relaciones sociales. El cumplimiento o no de los satisfactores básicos y de las expectativas de vida y movilidad social. El ser humano ha perdido el sentido de su plenitud viviente y libre y se acomodó en las relaciones económicas y políticas desiguales e insustentables . Es, o una vida transitada en la cotidianeidad de la razonada esperanza, o una vida pasada frente a las contrariedades y el drama de la miseria social. Se perdió el sentido de una tercera vía
Está claro, o se cambia el modelo económico político o nos vamos todos al carajo. Todo lo demas será un mero paliativo, de la caridad vacía de justicia, hasta la solidaridad sin vena, a las preocupaciones institucionales o los devaneos de un gran sector de la sociedad civil organizada, en el fondo más empeñada en la promoción personal que en el rescate del empodernamiento ciudadano. Y digo, gran parte, no toda la sociedad civil, porque es justo reconocer que existen actitudes valiosas y con dirección y sentido. Habrá que sumarse a ellas.
Hemos sido incapaces de sobrepasar las fronteras del mundo familiar y ganarnos el mundo de la vida en su totalidad. Somos incapaces hoy frente a la violencia, la mentira y el odio, de transformarlos en antiviolencia, en amor, solidaridad y energia vital. A pesar de ser una ciudad todavía llena de encantos y magia, Aguascalientes se va cada día más convirtiendo en una ciudad peligrosa y sus ciudadanos en neuróticos o en vías de serlo, salvedades aparte.
Para documentar este pesimismo teórico, dejo aquí sin más, algunos datos reveladores:
En el año 2000 había en Aguascalientes 38 mil 722 hogares que estaban jefaturados por mujeres y porcentualmente el número de hogares ascendía a 18.6% y 81.4 jefaturados por hombres; para 2015, con más del doble (87 mil 578), las mujeres jefaturan el 26.2 por ciento de los hogares y, los hombres, 73.8 por ciento.
Entre uno y otro periodo, la población bajo la tutela de la mujer pasó de 142 mil 449 personas a 297 mil 784. Llama la atención que, casi 4 de cada 10 hogares, jefaturados por mujeres, está integrados por familias que se clasifican como ampliados que son los que están conformados por un hogar nuclear y al menos otro pariente, o por un jefe(a) y al menos otro pariente; por ejemplo, puede vivir el papá o la mamá de alguno de los cónyuges.
Luego de esto, el datro demoledor: En el mercado de trabajo en Aguascalientes, la población que gana de uno a dos salarios mínimos, para el caso de las mujeres asciende a 63 % y de los hombres a 31%.
P.D. Una realidad más, y tiene que ver y mucho con todo lo anterior; gran parte de los espacios en las redes sociales buscan volver normal el lenguaje del odio y la violencia y crean una atmósfera para legitimarlos contra ciertas comunidades.como lo dicen informes de organismos internacionales, que enfatizan la situación que vivimos bajo las redes de captura de la sociedad del control que dispone de todos los datos que circulan en la web y en las comunicaciones telefónicas y trata de potencializar y disponer de la violencia como estado natural. Poca poesía le queda a la vida.
Publicado en «Hidrocálido» el 05.02.2020