Aguascalientes, la ciudad que es y podrá ser

Aguascalientes, la ciudad que es y podrá ser

Conversar con el Dr. Alfonso Pérez Romo, durante los últimos años de su vida, fue muy agradable, sobre todo porque lo hacíamos dentro de un ambiente universitario, con respeto y con la intención de analizar realidades que nos importaban a los dos. Y digo “con respeto”, porque sabíamos que cada uno mantenía posturas ideológicas diferentes en ciertos asuntos. Por ejemplo, yo lo recuerdo como un hombre conservador cuando hacía reflexiones sobre la problemática social desde sus convicciones católicas, apelando a la fortaleza de valores familiares y a un pasado idílico que añoraba. Y digo “conservador” sin ninguna connotación negativa.

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Reconocer problemas y trabajar para resolverlos

Recuerdo un debate público, entre 1961 y 1962, sobre el contenido del mural del Palacio de Gobierno, pintado por el chileno Oswaldo Barra Cunningham, quien, desde una visión maniquea de la historia de México y Aguascalientes, representó, entre otros temas, a la Iglesia católica como una institución que propiciaba y legitimaba la explotación de las personas, desde el virreinato hasta el presente. Para ello, no fue suficiente pintar a los misioneros vinculados a los conquistadores, sino que también pintó al entonces obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Salvador Quezada Limón.

De aquella época, en entrevista, el poeta y gestor cultural Víctor Sandoval, uno de los que defendían el mural, me comentó lo siguiente: “El canibalismo era muy fuerte entre los que llegaban (a la ciudad de Aguascalientes) contra los que nos íbamos”. El medio en que se desarrollaba dicho debate era la prensa: “Había escritos que nos aventábamos Pérez Romo y yo. Él en El Sol del Centro y nosotros desde Paralelo”. Era la época de la revolución latinoamericana, el anticomunismo de la posguerra, y en México, del movimiento ferrocarrilero y la lucha por los libros de texto gratuitos, que el grupo Paralelo también defendió con el interés de quien cuida algo propio y lo hace «por el bien de la colectividad».

El diario local publicó varios textos críticos del Dr. Pérez Romo, en uno de ellos – “Paredes pintarrajeaditas”- mencionó que el muralista distorsionaba la historia, que, como “extranjero pernicioso”, interpretaba pésimamente nuestra cultura con un “manojo de vulgaridades artísticas y falsedades históricas”. Al final, el doctor concluyó: los culpables de llegar a tener esta obra en un edificio emblemático de Aguascalientes no eran el muralista y su grupo (Víctor Sandoval, Alejandro Topete del Valle, Mauricio Gallardo Topete y, entre otros, el propio gobernador Luis Ortega Douglas), sino los católicos porque no habían sabido ser buenos cristianos y no actuaban correctamente. *

Después de muchos años, tuve la oportunidad de preguntarle al doctor si pensaba lo mismo del mural del Palacio tal como lo cuestionó entonces. Su respuesta fue que había cambiado de parecer y que ahora dicha obra ya formaba parte del patrimonio del estado. En mi interior, pensé que él seguía cuestionando dicho mural y a sus defensores, y que fue políticamente correcto conmigo, pero ¿cómo saberlo? De lo que estoy seguro es que uno de los rasgos de su personalidad era que sabía muy bien acomodar las piezas de temas y cuestionamientos según la ocasión y la persona. De allí, entre otros factores, su postura mediadora y su capacidad de liderazgo.

En las pláticas que el Dr. Pérez Romo y yo tuvimos durante el año 2022, cada uno interpretábamos hechos concretos a partir de nuestras convicciones personales, de nuestra filosofía y creencias, a la vez que coincidíamos en identificar problemas acuciantes de nuestra sociedad en el presente. A los dos nos indignaba, por ejemplo, la corrupción de nuestros pésimos gobernantes y la injusticia social en nuestro país. En una plática que tuvimos el día 27 de junio de 2022, se refirió concretamente a la realidad de nuestro estado.

Al doctor le interesaba la política, pero no la vida partidista. Que yo sepa, nunca estuvo afiliado a un partido político, pero esto no impidió que tuviera una postura ideológica y política, aunque, a mi parecer, muchas de sus convicciones partían desde sus creencias católicas. Para él, la pérdida de valores en la familia y en la sociedad eran la causa de lo que él llamó “turbulencia”. A continuación, comparto parte de aquella conversación.

Salvador Camacho Sandoval (SCS): ¿Cuál sería ese factor que nos lleva a esa turbulencia? o ¿hay varios factores?

Alfonso Pérez Romo (APR): Yo creo que para todos se necesita un sustrato moral … En Aguascalientes, se ha lesionado muchísimo la vida familiar y hogareña, sobre todo en sectores muy grandes e importantes de la población, que han sido descuidados por el gobierno. ¿Cómo es posible que tengamos zonas precarias tan inmensamente grandes donde las familias están descuidadas? No hay escuelas suficientes, no hay policías suficientes, no hay centros de salud inicial suficientes para las cosas básicas, no hay buena transportación, no hay sitios de recreo ni hay posibilidad de que los muchachos pueden decir “bueno yo voy a pasar de donde estoy a otra cosa”. No hay horizonte para estas familias, y no son diez, son miles y miles y miles de personas. Yo digo, bueno y ¿dónde está el cerebro director de esta comunidad tan importante de Aguascalientes? ¿Dónde está el liderazgo? ¿Dónde está el pensamiento para dirigir, anticipar, para ver qué vamos a hacer? Francamente, no lo tenemos ahora.

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El mural, pretexto para discutir pasado, presente y futuro

SCS: Entonces, ¿usted cree que esta problemática y su solución tienen que ver con la cultura, la educación, la ética?

APR:

SCS: ¿Por dónde habría que atacar esta problemática? ¿Por dónde habría que resolver todo esto para que las cosas, por lo menos, no empeoren?

APR: Mire, un estado utópico es un estado en el que la mitad de todo el presupuesto se gastara en educación y la otra mitad en salud, miles de millones de pesos en salud para todos, como un derecho general que tiene la gente, y en educación. Con eso usted acababa con todas las tremendas divisiones que tenemos.

Aguascalientes es una entidad ideal para hacer un servicio de salud general de primer nivel absolutamente bueno y relativamente barato. En segundo lugar, tenemos que atender el grave problema del agua. Nos la estamos acabando. ¿Cómo vamos a realimentar nuestros mantos acuíferos si no llueve? Un tercer problema es el transporte público. Aguascalientes es una de las ciudades del país que más automóviles tiene por habitante. El problema no se resuelve con lo que hizo el Martín Orozco, trayendo más autobuses, sino con un gran proyecto de largo plazo, en el que se pueda transportar a muchas personas cómoda y rápidamente.

Al mismo tiempo, se debe dejar la producción de bienes y servicios al sector empresarial, pero siempre regulándolo; porque, de lo contrario, tendríamos un capitalismo neoliberal, que crea muchas cosas, pero también crea otras peores.

SCS: ¿Está pensando en la necesidad de tener un Estado regulador fuerte en México?

¿Cómo tener agua si no llueve?

APR: Un Estado regulador fuerte donde se diga qué se tiene que hacer, entonces ya concesiona para que las empresas lo hagan, y lo hagan bien. El Estado debe tener la fuerza clave y permitir que la gente haga negocios. Para ello se requiere tener un buen sistema fiscal y buen sistema de planeación, entre otras medidas. Pero, cómo vamos a acabar con las enormes diferencias cuando sólo se dedica el 5% del PIB a salud y el 4% a educación.

SCS: Sí, es insuficiente. Quienes nos dedicamos a investigar la educación, vemos como un logro el acceso al sistema educativo, sobre todo en educación básica; pero, el gran problema es la calidad de la educación. Las interrogantes son ¿qué contenidos reciben los niños, adolescente y jóvenes en la escuela? Y si éstos se están aprendiendo. Hay que asegurar que las personas tengan escuela, pero hay que darles buena educación, y eso es lo que está faltando, según yo. La calidad comprende el aprendizaje de las matemáticas, el español, la historia…, pero también una ética, una moral ciudadana responsable que forme personas en la honestidad, la solidaridad…

APR: Para mí sean perdido los valores esenciales, han perdido vigencia social; se ha perdido un espíritu de colaboración entre todos; se ha perdido el sentido de otredad, de que pertenecemos unos a otros; hay un individualismo que me parece sumamente grave… También lo que no me gusta del Aguascalientes nuevo es que se está creando una enorme desigualdad que antes no había. La ciudad se componía de una clase media; era un lugar muy homogéneo, amable y comunicable. No había una persona pobre que se quedará sin atención médica, ni uno. Y no había un seguro social, no había nada. Yo ejercí la medicina durante 25 años y a nuestros consultorios llegaba mucha gente sin un centavo. No llegaba a pedir, llegaba porque sabía que podía contar con nosotros de todas maneras, trajera dinero o no trajera.

SCS: Esto es imposible ya.

APR: Absolutamente imposible, usted ahorita para ir con un médico tiene que vender su coche primero, para que le digan que vaya a tomarse una radiografía y después le dan la receta. Perdóname, pero esa es la realidad. Todas esas cosas no me gustan, es decir, la comercialización desenfrenada, el ansia de dinero. Esto se ve también con los especuladores de tierras. Todo eso echó a perder a Aguascalientes. Tampoco quiero un Aguascalientes persignado como el que había, aunque sí valoro ese sustrato moral importante que teníamos.

Las religiones no deben de ser perseguidas, no deben ser atacadas, y en México se ha confundido mucho. Se ha confundido a la iglesia como institución política o administrativa con la religión, con lo que son los sentimientos que uno tiene en relación con la divinidad. Todas las religiones tienen más o menos el mismo sustrato moral, todas le dicen que no mate, que no robe, que comparta con otros lo que usted tiene. Entonces, ¿para que las persiguen? Ciertamente, no hay que dejar que se metan en donde no deben meterse.

Yo digo que la Reforma del siglo XIX aquí en México sí era necesaria, claro que sí y qué bueno que se hizo, pero siempre hay esa confusión: ¿para qué destruir la religión?, ¿para qué cerrar los templos?, ¿para qué cerrar las escuelas católicas? No, no era por ahí, sólo había que sacar a la Iglesia de la administración pública. Si usted no quiere que la religión sea la que tenga que regir en la sociedad, pues que haya en las escuelas un sustrato ético, como usted lo decía hace rato, donde se forme el aspecto moral de las personas y vivan decentemente unos con otros.

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En fin, el tema de las religiones y las iglesias es muy importante, porque hasta la muerte se ha llegado.

SCS: Sí, y no hablemos del pasado. A manera de ejemplo están los jesuitas asesinados estos días (Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar fueron asesinados a balazos el 20 de junio de 2022 en la Parroquia de San Francisco Javier en Cerocahui, Chihuahua).

APR: Sí, ¿qué le parece?

SCS: Lo que ocurrió es un ejemplo de la manera en que se está tratando a las personas que tienen una opción por lo pobres y trabajan a favor de la justicia y la paz.

APR: En algunos pueblos de México, como en Jalisco y Michoacán, las mafias están pidiendo piso a las iglesias, exigiéndoles dinero. Esto es el desorden absoluto, la falta de sentido. Eso es lo que no me está gustando del Aguascalientes nuevo. Llega la delincuencia y hay concentración de la riqueza, que es también peligrosa. También podemos haber de la concentración del conocimiento y la tecnología, donde pocas empresas o los gobiernos poderosos monopolizan y controlan hasta nuestros gustos y preferencias.

SCS: Me ha compartido aquello que critica y no le agrada de Aguascalientes. Ahora, dígame ¿qué le gusta?, ¿por qué se quedó aquí?, ¿cómo vive con su familia? ¿Qué es lo que hace?

APR: Lo que me gusta es que todavía veo debajo de toda esta barbarie, de todo este remolino que nos está afectando, un sustrato muy importante en mucha gente. Todavía hay cosas que valen la pena; por ejemplo, la universidad ¿verdad? un lugar como éste, y que no es el único, porque hay muchos lugares donde todavía late profundamente el espíritu de solidaridad, de progreso compartido, de formación integral de los seres humanos, y yo creo que eso es lo que ha sostenido a Aguascalientes un poco fuera del ritmo terrible que ha tenido el país. Probablemente, todavía queda un sustrato importante de amor por ciertas experiencias, personas y momentos fundamentales. Eso me gusta.

SCS: ¿Algunos lugares atractivos de la ciudad que sean de su agrado? ¿Podemos hablar de espacios dignos que valen la pena destacar? Yo tengo los míos, pero ¿cuáles son los suyos?

APR: Me gusta, por ejemplo, que a pesar de que la ciudad ha sido mal planeada, algunas cosas se anticiparon, como lo hizo el entonces gobernador Luis Ortega Douglas, al planear los anillos de circunvalación, que convirtieron a Aguascalientes en una ciudad un poquito menos complicada, en comparación con otras ciudades del país. También me gusta que todavía podemos caminar sin tener el peligro que se tiene en otros lados.

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¿Una feria que ha perdido rumbo?

SCS: A usted le gustan los jardines, en especial San Marcos cuando hay feria. Usted estuvo en el Patronato.

APR: La feria siempre me gustó desde que era chico. Siendo presidente del patronato de la Feria de San Marcos me di cuenta, desgraciadamente, que ahí hay una serie de cosas que no se pueden controlar, como la intromisión de la gente de dinero… Los antros están controlados por mafias, y al gobierno le corresponde aplicar la ley, pero no lo hace. Las grandes compañías que venden alcohol son las que dominan lo que se hace y no se hace en la feria. En otras ferias de México y otros países se tienen restricciones necesarias, aquí no. Es una pena lo que tenemos, pero así es.

* Sobre aquella polémica, ver: Camacho, Salvador; “Los murales del Palacio en debate. Ciudad de Aguascalientes, 1962”, en el libro Terán, Mariana y Genaro Zalpa (Coords.); La trama y la urdimbre. Ensayos de historia cultural, UAZ-ICA, México, 2005, pp. 193-214.

Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

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