ATAQUE DE RUSIA A UCRANIA. RUSIA BUSCA MÁS PODER EN EL “CAMPO” MUNDIAL.

ATAQUE DE RUSIA A UCRANIA. RUSIA BUSCA MÁS PODER EN EL “CAMPO” MUNDIAL.

El ataque militar de Rusia a Ucrania no sólo es reprobable en todos sentidos, sino que nos pone frente a los que podríamos denominar “drama social”. Vivimos ya en un mundo muy complejo y problemático, en donde se entrecruzan varias crisis, a las cuales hoy se debe agregar otra, que es la lucha por el poder mundial.

La mundialización actual no sólo es problemática, sino que ha generado trastornos de gran calado como pocas veces en la historia de la humanidad. Desde mi punto de vista, encontraba hasta la crisis actual de Ucrania, 11 problemas muy graves que no únicamente se encuentran presentes al mismo tiempo, sino que interactúan unas con otras y se refuerzan mutuamente.

Ellas son: la concentración de la riqueza en un porcentaje muy pequeño de la población y el dominio económico y político de grandes grupos económicos; una crisis de gobernanza Estatal y mundial; la mundialización económica, ya no funciona y genera contradicciones peligrosas; el sistema monetario internacional tiene muchos problemas; en todo el mundo hay migraciones muy altas; la inteligencia artificial puede provocar niveles de desempleo enormes; hay una deuda privada y gubernamental de dimensionas enormes; el cambio de clima ya llegó y nos está afectando seriamente; las viejas ideologías de derecha y de izquierda ya no son creíbles para la mayoría de la gente; el consumo de drogas ha llegado a niveles no conocidos en la historia, y con él, carteles muy violentos; la crisis bursátil es al mismo tiempo, un componente de la problemática y un resultado de la interacción de todos estos problemas.

No me ocuparé de ellas en esta REFLEXIÓN, pues ya he hablado de ellas con anterioridad y seguiré profundizando más sobre las mismas, en futuras entregas. Las menciono, pues lo que hoy sucede no es para nada ajeno a ellas; la menciono porque de alguna manera, todas ellas están presentes en la crisis de Ucrania y todas ellas se interaccionan entre sí y son factores que hay que tomar en cuenta para la comprensión de lo que actualmente sucede.

En esta REFLEXIÓN me centraré en lo que es un “campo”, la crisis que en él se vive y que nos conduce hacia un “drama social”.

El concepto de drama social parte de la idea de campo. Un campo es un espacio social y/o físico en el que se encuentran involucrados actores, relaciones y reglas.

El concepto de campo lo tomaré de los análisis de Víctor Turner “Dramas, Fields and Methaphors” y en “Anthropology of Performance”. Tomaré en cuenta la versión, que del mismo, hizo mi amigo (que ya no está con nosotros y a quién le debo mucho), el antropólogo Roberto Varela.

Los actores son personas o grupos de interés político y económico, que se hacen presentes y se enfrentan para lograr premios o beneficios. Se crea un espacio y los actores acuden a él, en búsqueda de premios o beneficios.

Las relaciones son aquellas en las que los diversos actores entran en juego para lograr sus beneficios o premios; estas relaciones pueden ser políticas (de poder) o de tipo mercantil (búsqueda de una ganancia por medio de relaciones productivas y mercantiles) o bien, de tipo social (búsqueda de prestigio, reconocimiento, etcétera).

En un campo, las relaciones entre actores están sujetas a reglas del juego ya que, en la búsqueda de beneficios o premios, no se vale cualquier comportamiento debido a que, el tipo de relaciones que se da entre los actores, se encuentra reglamentado. Tal es el caso de la legislación en una democracia.

Finalmente, estos actores que entran en relaciones reglamentadas para la búsqueda de la obtención de un beneficio, poder o prestigio, no se dan en el vacío, sino que sólo se pueden establecer en un espacio social institucionalizado. Las instituciones acogen a los actores, hacen posible el juego, vigilan el cumplimiento de las reglas y castigan a sus infractores.

Todas las relaciones que existen entre actores, relaciones y reglas, se dan en el interior de una estructura cultural y se encuentran reguladas por un conjunto institucional. Las instituciones son a la vez, una codificación simbólica, una relación social y un organismo social.

En tanto que codificación simbólica, la institución normaliza las representaciones sociales es decir que, dado un conjunto de representaciones fundamentales que se presentan en una sociedad, los actores que participan en ésta tienden a interpretarlas de la misma manera. Además, el código simbólico establecido por la institución, induce a los individuos a comportarse de maneras determinadas y a establecer determinadas prácticas sociales. La institución es, así mismo, la base de convenciones sociales que son vitales para el funcionamiento de una sociedad y de una economía[1].

En tanto que relación social, las instituciones establecen reglas escritas y no escritas. Estas últimas configuran las costumbres. Las instituciones también establecen los modos de coordinación de la actividad entre diferentes individuos y grupos sociales. Así, las formas de coordinación en Japón, Europa y EU son diferentes, ya que se establecen en diferentes culturas que tienen instituciones diversas.

Finalmente, en tanto que organismos sociales, las instituciones son organismos establecidos para cierto propósito (político, social o económico) y con tal objetivo actúan en el interior de los procesos sociales. Estos organismos son cuerpos estructurados en atención a la finalidad que se proponen. Desde otro punto de vista, se puede decir que son agencias reguladoras.

En todo campo hay un cierto nivel de corrupción que no afecta una reproducción más o menos adecuada del mismo, pero puede existir un nivel de corrupción que deforme o haga problemática la reproducción del campo. Maurice Godelier señalaba en sus clases, que una sociedad sólo puede existir si cuenta con instrumentos y procesos adecuados para resolver sus propias contradicciones.

El campo es así, un proceso complejo que implica relaciones de cooperación y de rivalidad y que se desarrolla, por medio de armonías, tensiones y contradicciones, hacia la búsqueda de premios, cuyo valor se define en el interior de un proceso cultural e institucional en donde las jerarquías de poder son fundamentales.

En el campo la relación entre los actores no es tranquila; todos quieren su beneficio y por ende, en el campo hay una lucha, en la que se usa la fuerza y la cual genera tensiones. Fuerza, tensión y lucha corresponden al funcionamiento normal de todo campo; para eso son las reglas, no para evitar que en la lucha se use la fuerza, sino para reglamentarla, no para evitar las tensiones sino para impedir que estas desborden los límites del campo. Cuando las tensiones sobrepasan a las reglas y a las instituciones, se configuran antagonismos y enfrentamientos y entonces el campo deja lugar a la arena. La arena surge cuando las tensiones desbordan el campo, cuando éstas se polarizan y configuran antagonismos.

La confrontación de poderes en la arena suele conducir al establecimiento de nuevos poderes o nuevas coaliciones de poder, que establecen nuevas reglas del juego y configuran un nuevo campo de cooperación y confrontación.

Cuando la arena no puede reestablecer un nuevo campo, el conflicto conduce a lo que Turner denomina “drama social” que es un conflicto más problemático y más duradero.

El drama social tiene cuatro fases principales: 1) Rompimiento de una relación socialmente normada: surgimiento de una arena política. 2) Crisis creciente en todo el campo político que tiende a polarizarse en torno a los dos grupos antagónicos de la arena. 3) Acción de reajuste desde el arbitraje personal e informal hasta la maquinaria formal y judicial, y el ritual público para limitar o solucionar la crisis. 4) Restauración de la paz: o ratificación de un cisma definitivo.

A partir del drama social, la estructura del campo presenta cambios; las partes en conflicto han encontrado nuevas alianzas y se presenta un nuevo poder en el interior de una nueva autoridad. Partes independientes se han fundido o bien, han surgido nuevas segmentaciones. Surgen nuevas normas y reglas.

Desde mi punto de vista, el conflicto de Ucrania implica que ya se pasó la fase de la arena y nos encontramos en pleno drama social. Incluso que nos encontramos en plena fase 2; es decir la más problemática.

La fase 1) que implica la relación socialmente normada, se rompió con el ataque armado a Ucrania.

La fase 2) del drama social ya también la superamos. La polarización, es extrema y casi mundial.

La fase 3), la de acción de reajuste desde el arbitraje personal e informal hasta la maquinaria formal y judicial, y el ritual público para limitar o solucionar la crisis, se dio antes de la invasión militar y fue un fracaso. Hoy día, aún existen algunos intentos que no han logrado casi ningún objetivo.

El drama social implica la necesidad de cambios profundos indispensables al nivel de las relaciones mundiales. Lo grave sería que nos brincásemos la etapa de restauración de la paz y llegar a otra, en la que conduzca a la prolongación peligrosa del conflicto.

Por fortuna, el conflicto, aunque de índole mundial, parece hasta ahora estar limitado territorialmente y además hay una clara e intensa búsqueda por evitar una escalada. El evitar esta escalada, parece haber acuerdo en ambos polos.

El conflicto es complicado, pues como ya dijimos al inicio de esta REFLEXIÓN, se integra a muchas otras crisis presentes, y a sanciones económicas complejas que pueden tener repercusiones retroactivas hacia los países occidentales.

Del lado de la oposición a Rusia han habido importantes sanciones económicas y financieras que sin duda, afectarán no únicamente a Putin, sino también al pueblo ruso, pero que también pueden ser retroactivas sobre la economía mundial. La recuperación en curso puede estar amenazada, la inflación se puede acentuar, en Europa se pueden vivir carencias energéticas por la falta de petróleo y gas; las sanciones a los bancos rusos pueden repercutir en una crisis de deuda internacional, etcétera. De todo esto me ocuparé con más detenimiento en las próximas entregas.

LOS ORÍGENES DEL CONFLICTO.

Después de la segunda guerra mundial, el concepto de campo que hemos descrito con anterioridad, se configuró por un mundo bipolar con dos polos dominantes: Estados Unidos de un lado y la URSS del otro.

Del mundo bipolar dominado por los EUA y la URSS que se formó en la postguerra, surge un mundo tríadico que proviene tanto de la decadencia de la URSS como del surgimiento de del Japón en Asia y de una Europa fuerte que tuvo a Alemania como centro.

El crecimiento económico y el incremento del poder político principalmente de China y complementariamente de la India, generaron un nuevo giro hacia un nuevo campo mundial que se impuso en una nueva estructura política económica y social dando lugar a una cuadriga.

En el anterior mundo tríadico la fuerza fundamental recaía en lo económico y la industria, en el actual mundo de cuatro centros de poder, la fuerza fundamental ha pasado al sector financiero.

Esta cuadriga estructuraba un nuevo campo con cuatro centros de poder: Japón, EUA, China y Europa. Rusia ya no era, desde la tríada, un centro de poder mundial, tenía, claro está, un importante juego en los procesos políticos y económicos, pero ya no era central como lo había sido en la postguerra.

En el mundo tríadico, México y América Latina giraban como satélites alrededor de los EUA. En el mundo actual una buena parte de los países de América del sur se ha relacionado de manera significativa hacia el Asia con lo que han disminuido el vigor de sus relaciones con Europa y los EUA.

Pero en la actualidad los cambios tecnológicos son rápidos, pero mucho más lo han sido los geográficos. Europa y Japón, han visto disminuir su crecimiento económico en relación con EUA y sobre todo con China. Esta última ha tenido un crecimiento económico sorprendente, a la vez que un desarro0llo tecnológico impresionante. Todos estos procesos cambiaron el campo mundial y condujeron a una nueva diada (dos poderes centrales) en los cuales el dominio central son los EUA y China; tal como se ilustra en el esquema siguiente:

Alrededor de los EUA, giran Canadá y México. Europa, Japón y la India, no desaparecen, pero pierden centralidad. Nótese que en este nuevo campo Rusia sigue figurando, pero cada vez más en una posición menos significativa. Nótese también, que el narcotráfico ya es un componente del poder económico y político mundial.

Mi hipótesis es que el ataque de Rusia a Ucrania, se explica fundamentalmente porque Rusia y Putin, buscan reaparecer como centros claves del poder mundial ya que, en el campo mundial diádico actual, solamente juegan un papel secundario. Su potencia económica e ideológica están muy lejos de la que tuvieron con la URSS, pero su poder militar sigue siendo una amenaza desbastadora y ese poder militar es el que están usando hoy día. Para ellos, es mi hipótesis, Ucrania no sólo es un territorio estratégico, sino que contiene producción y materias primas que son importantes. Además, usan las diversas crisis que se entrelazan en el mundo actual y que mencionamos al inicio de esta REFLEXIÓN, le configuran un espacio político, social y económico no solo para amenazar sino también para generar miedo, en términos favorables para Putin y Rusia.

Pretenden configurar un nuevo campo en el que Rusia y Putin jueguen un papel mayor en la estructura del poder mundial.

Seguiré reflexionado al respecto, pero mucho requiero de comentarios y críticas, positivas o negativas.

  1. Ver “Analyse Économique des Conventions”. Bajo la dirección de André Orléan. PUF, Économie. Paris 1994.

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!