Diálogo sobre la nada y Dios.
[bctt tweet=»En el fondo de mi abismo, está el nihilismo cínico y el creyente sabio. Para Unamuno los actos de fe se dan en cualquier idea, para Schopenhauer; el lenguaje es mera representación que nunca alcanza la realidad del mundo ni de la naturaleza,» username=»crisolhoy»]
《El origen del mal no es, como ya de antiguo le han visto muchos, sino eso que por otro nombre se llama inercia en la materia, y en el espíritu pereza. Y por algo se dijo que la pereza es la madre de todos los vicios. Sin olvidar que la suprema pereza es la de no anhelar locamente la inmortalidad.》
Miguel De Unamuno, Del Sentimiento Trágico De La Vida.
Durante el IV coloquio de humanidades y hermenéutica, celebrado en la Academia De Lenguas Clásicas Fray Alonso De La Veracruz durante el mes de Junio del año 2019. Tuve la oportunidad de escuchar la conferencia magistral del Dr. Mario Magallón, citó un par de ocasiones a don Miguel De Unamuno durante su espléndida cátedra. Fue cuando tome el libro que casualmente estaba guardado en mi mochila:《Del Sentimiento Trágico De La vida》, fui a la página que estaba leyendo ese día; venía subrayada la pregunta que iba a hacerle, tengo la extraña costumbre de subrayar y hacer anotaciones en mis libros, 《más vale una pálida tinta que una lánguida memoria,》 recuerdo afirmaba Cervantes.
-Dr. Magallón, exclame durante el tiempo de preguntas-, gracias por tan excelsa conferencia; aquí mi pregunta: Unamuno afirmaba : 《 Hemos creado a Dios para salvar al Universo de la nada, pues lo que no es consciencia y consciencia eterna, no es nada más que apariencia. Lo único de veras real es lo que siente, sufre, compadece, ama, anhela, es la consciencia; lo único sustancial es la consciencia-.》Después de leer lo anterior, le pregunté: ¿Usted que piensa de esta frase de este filósofo predilecto y conspicuo?
– El ser es indefinible-, recuerdo me contestó con la brevedad característica de los grandes pensadores. -Solo los tontos dejan de asombrarse ante el misterio-, añadió.
Unamuno es el Schopenhauer de los creyentes; si te atreves a leerlo, encontrarás semejanzas de estilo claras con el amargo filosofo de Danzing. Debe uno prepararse para una pelea, una serie de golpes con forma de argumentos van a parar al alma del escéptico, argumentos que el nihilista suele pasar por alto; el ateo más convencido suele dudar de su fe en la nada, tambalea cualquier soberbio nihilista ante cualquier dialogo con Unamuno.
En el caso de Schopenhauer, el es un peleador que hace dudar hasta al más devoto, sus argumentos son golpes duros a la fe del creyente de la vida eterna, nuestro cuerpo es voluntad, y tener voluntad significa sufrir; la vida es una especie de error que no debería repetirse, los actos humanos son insignificantes para aspirar a ser eternos; Schopenhauer, interpreto, guía el escepticismo de Borges cuando este último dijo: 《Los actos de los hombres no merecen la gloria eterna ni el fuego perpetuo.》
Cuando leí a estos autores, lo que me sorprendió era lo directo y profundo de sus explicaciones, su estilo, ambos parecen unos guerreros de la escritura dispuestos a vapulear a quien sea que les contradiga.
《El fondo del abismo》 como diría Unamuno, en el fondo de mi abismo, de cada libro que terminó de alguno de estos dos titanes, salgo con más dudas y cicatrices.
En el fondo de mi abismo, está el nihilismo cínico y el creyente sabio. Para Unamuno los actos de fe se dan en cualquier idea, para Schopenhauer; el lenguaje es mera representación que nunca alcanza la realidad del mundo ni de la naturaleza , suscribe la tesis que su adorado Kant le enseñó.
《¿Quién se atrevió a interrumpir el santo reposo de la nada.》 Recuerdo le leí a Arthur en su célebre: El mundo como Voluntad Y Representación. El discurso de Schopenhauer es el discurso de:《 la aflicción infinita,》es decir; en la cosmovisión que interpreta Schopenhauer, no hay dicha ni tranquilidad posible. Mientras tengamos deseos, estamos condenados, la vida desgasta tanto, que por esto se descansa eternamente de la vida; está última frase se la aprendí a un amigo que es precisamente un devoto lector de Arthur.
《Este mundo donde oscuramente triunfa la vida, se contrapone a lo que Schopenhauer considera la superior aspiración de los hombres: la felicidad. Schopenhauer parte de la tranquilidad como cláusula prominente de la felicidad y desde esa premisa emprende, a partir del conflicto que sucede en el interior del hombre entre el deseo y la resistencia de la realidad, la comprensión del mundo y su doble significado: voluntad y representación.》(1)
Mientras el deseo este enquistado en la consciencia del hombre, su alma padece una especie de cáncer, la tranquilidad no es asequible. Recordemos aquel inmenso axioma de las enseñanzas budistas: 《todo apego nos lleva a sufrir,》 es decir; todo deseo nos conduce al sufrimiento, a la incompletitud, a la falta, deseamos como enseñó Diotima a Sócrates en el Banquete de Platón: 《lo que nos falta.》
Pareciera Shopenhauer en este diálogo nos deja sin contestación. Shopenhauer odiaba a Hegel, pero nunca pudo conocer la dialéctica analógica; un método que el filósofo Mauricio Beuchot descubriría siglos después. Sin eliminar las contradicciones de estos pensadores, las antípodas de sus argumentos, proseguiré con mi escueto análisis de estos filosofos aparentemente con razonamientos irreconciliables, aquí está su semejanza: para Unamuno, la razón no atrapa a la vida, para Kant la razón también es insuficiente. Schopenhauer es el primero en teorizar sobre la voluntad, intuía que el cuerpo dominaba la frágil razón humana, la razón es representación de la realidad, nunca la realidad en sí; el lenguaje no atrapa a la realidad, no la puede definir, mucho menos a Dios; otra enseñanza Kantiana:
《 Para Unamuno, filosofía no es conocimiento conceptual, sino desarrollo de una visión del mundo que, habiendo nacido del sentimiento de la vida, influye sobre él y lo determina. Vida y razón son para él dos polos opuestos. Todo lo vital es irracional, todo lo racional es anti-vital. la fe en la razón está expuesta a la misma insostenibilidad racional que toda fe. Y cabe decir, con Roberto Browning, que: “todo lo que hemos ganado con nuestra incredulidad es una vida de duda diversificada por la fe, en vez de una fe diversificada por la duda”.》(2)
Advertí que un concepto interpretó fundamental en la filosofía de Unamuno es que las ideas son un acto de fe, se necesita creer en ellas para que después sean una idea, la creencia no es exclusiva de los creyentes, los fríos racionalistas, positivistas, también son creyentes; los soberbios nihilistas también creen en su Dios nada, en su negación orgullosa, la interpretación de Unamuno sobre Browning, es un misil a la soberbia razón supuestamente escéptica.
Continua el inmenso Unamuno : 《 El más arraigado instinto de la naturaleza humana es el de mantener su ser y eternizarlo. Su más profundo anhelo es el hambre de inmortalidad: La subsistencia personal del alma. Ante la razón, no hay modo de justificar la fe en la inmortalidad. La razón conduce inevitablemente al escepticismo. La consecuencia vital del racionalismo sería-como también vio Kierkegaard- el suicidio.
La razón a su vez no puede sostenerse sino sobre fe, sobre vida, siquiera fe en la razón, fe en que ésta sirve para algo más que para conocer, sirve para vivir. Y, sin embargo, ni la fe es transmisible o racional, ni la razón es vital.》(3)
Alguna vez leí que Schopenhauer tenía la cínica costumbre de visitar tabernas, sentarse solitario, poner una moneda de oro sobre la mesa, y soberbiamente exclamaba en voz alta: 《obsequió está moneda a quien pueda sostener una conversación racional a mi nivel.》Creo don Miguel De Unamuno le habría robado su moneda que aparentemente nadie le quitó nunca al adusto viejo de Danzing con su perro French Poodle.
La cima de la filosofía de Shopenhauer, consideró la escribió el suicida desconocido, nihilista, Philipp Mainländer, (1841-1876). Su libro sólo conocido por los eruditos :
《 En el prólogo de la Filosofía de la redención, apuntará Mainländer que su pensamiento no es más que “la prosecución de las doctrinas de Kant y Schopenhauer, y la confirmación del budismo y del cristianismo más puro. Aquellos sistemas filosóficos se corrigen y completan mediante dicha filosofía, al tiempo que ambas religiones se reconcilian a través de ella con la ciencia”.》(4)
No se nos olvide que este filósofo suicida, entendía a Dios como la metáfora de un suicida: (el todo que se divide en partes y muere) , primero fue el todo que muere, se expande; luego el cosmos, para Mainländer sólo somos fragmentos de un Dios suicida, fragmentos de lo que una vez fue el todo, hasta que al final desaparezca el estertor de la muerte de una especie de antropomorfo y suicida universo.
Quizás Mainländer es de los contados suicidas que nos alcanzó a decir exactamente el motivo por el cual: su mismo instinto de conservación, su apego por la vida, despareció; todo un misterio es el suicidio , más cuando es por causas ajenas al dolor fisiológico. Philipp Mainländer se suicidó después de afirmar entender que su voluntad es un fragmento incandescente de un Dios suicida, la voluntad es un fragmento de un cosmos que una vez lo fue todo, se fragmento en partes hasta perder su fuerza, su potencia, su materia, somos materia en expansión con destino a la nada. Entendió eso antes de sus cuarenta años y dejó de desear, de tener voluntad, de existir desesperado, corrió a su nada absoluta, a la noche eterna, no pensó en Hamlet repleto de dudas sobre el destino del ser.
El nihilismo mata, si está existencia es sólo algo insignificante, burdo, sin sentido, si la belleza no da por si misma el sentido a la existencia, si existir no se justifica porque la vida es bella, entonces comienza la sensación de absurdo, si para vivir se necesita de un sentido; este último no advendrá del pensamiento que no acepta otra explicación que dejar de existir para redimirse, morir para alcanzar la redención.
Si vivir no justifica y asombra, si el único inconveniente es haber nacido; si el único deseo es no pensar, si sólo somos restos de lo que una vez fue algo, si somos devenir, materia en tránsito a la nada, la muerte y la no consciencia, la materia inerte, es el estado más sublime del universo.
Entre estas dos filosofías, en el fondo de el abismo, la analogía, el diálogo es lo que nos permite navegar como Ulises sin distraernos, sin perder la cordura. El método que interpretó tiene la dialéctica analógica, es conservar los opuestos sin destruirlos, para formar una mejor síntesis.
Cuando el Dr. Mauricio Beuchot afirma que Nietzsche afina el cristianismo, algunos compañeros filósofos amantes de la soberbia me dijeron: eso es imposible, Nietzsche estaba en las antípodas del cristianismo. Pero encontramos que también a Philipp Mainländer también lo llaman un:《filósofo que depura con su crítica a la cristiandad.》
¿Por qué considero Unamuno tiene una semejanza con la postura aparentemente contraria de Shopenhauer? ¿Porqué la hermenéutica analógica hace posible este diálogo de opuestos?
Unamuno delira con el escepticismo, la nada lo hace escribir, dudar, dialogar con los autores de todos los siglos, en última instancia orar, desesperase, agonizar ante la muerte del cuerpo; en el pensamiento de Unamuno, uno se encuentra de frente con una pared: nuestra mortandad, morir se torna trágico y horrible, Unamuno nos deja frágiles, desvalidos. Lo hace para hacernos notar nuestra indigencia, nuestra sed de Dios, nuestra hambre de ser, la explicación de porque la vida nos parece breve e insuficiente, ese es el punto de partida que encuentro en su filosofía para concluir que Dios es una idea, que todos tenemos sed de inmortalidad.
En Schopenhauer pasa lo contrario, el delirio es Dios: la eternidad, en sus capítulos sobre la compasión; cuando define a la compasión como el valor superior que desborda al ser humano; seguramente lo influyeron sus diversas lecturas sobre budismo, su filosofía del desapego. La vida es dolor, sufrimiento , deseo, uno debe abrazar la nada, la tranquilidad de no desear, no soportar más el peso de la voluntad y sus representaciones. La explicación del porque la vida nos parece breve e insuficiente, es el punto de partida que encuentro en su filosofía para concluir que Dios es la nada, que alguna vez fue la inmortalidad la que terminó fragmentándose en una existencia que se dirige hacia la nada absoluta.
Ambos tienen sed de tranquilidad, sed de que la razón deje de atormentarnos durante nuestra breve y fugaz existencia.
Notas