El paraíso de las damas de Emilio Zola
En 1883 Émile Édouard Charles Antoine Zola o mejor conocido como Émile Zola, publicó la novela “El paraíso de las damas”; si bien la crítica literaria en su momento y en la actualidad no considera dicha novela como una de las principales representantes del trabajo novelístico, periodístico y etnográfico del autor francés, tal y como sí le son reconocidas las novelas Geminal (1885), La obra (1886), La bestia humana (1890), El ataque al molino (1893), y Trajo (1901), donde Zola realiza descripciones detalladas de las relaciones sociales de sus personajes centrándose en la realidad observable de los sujetos para construir sus personajes y tramas de manera natural y fluida, retratando mediante el poder expresivo de la literatura costumbres y conductas del momento, las cuales hoy en día nos permiten visualizar y comprender las relaciones sociales de finales del siglo XIX y principios del siglo XX en París y algunas provincias de Francia.
En este tenor Au Bonheur des Dames en francés o en español El paraíso de las damas, una de las 20 novelas que se publicaron en la colección de Les Rougon-Macquart (Historia natural y social de una familia bajo el segundo imperio), en la cual narra la historia de una joven de provincia Denise Baudu, que ha quedado huérfana y responsable de sus hermanos menores; viaja a la París con ellos para tratar de crear mejores condiciones y calidad de vida, pero la realidad la trata con suma crueldad. A su llegada a la ciudad, encuentra trabajo como dependienta de la tienda mayorista El Paraíso de las Damas.
Con la historia de Denise Baudu, Zola, nos presenta la vida de las dependientas de los comercios mayoristas, su organización, anhelos y tabúes, aparte de la dominación masculina y la velada prostitución femenina, que ante la pobreza buscan buscan alternativas de subsistencia.
Zola desglosa el drama familiar, la pobreza de provincia que obliga a emigrar a París. En esta historia lo que importa es analizar cómo las estructuras económicas se están transformando y modificando los hábitos de consumo de la población parisina, los viejos comercios de minoristas se ven opacados y llevados a la extinción por la aparición de las tiendas departamentales que dirigen su atención en ofrecer productos vanguardistas y de moda a un público femenino atraído por las ofertas, la diversidad de productos y el poder pagar a crédito. La organización de la empresa comercial del nuevo sistema capitalista de producción industrial, da muestras de una sociología del trabajo que nos parece ahora tan normal en su organización pero que al momento de que Zola está escribiendo sus novelas es algo novedoso. Por ello se permite el autor presentarnos también el contraste de la forma de organización de los viejos sistemas de comercios agrupados en unidades domésticas de trabajo no especializado frente a las tiendas mayoristas que cuentan con una división social del trabajo más estratificada y especializada, así como sus sistemas de acoso laboral, rotación de empleo y el empobrecimiento de la mano de obra, los internados laborales, el fenómeno de la estigmatización en los comercios, la moda y la gentrificación urbana.
Es en este marco de explotación laboral y nuevos sistemas de comercialización basados en la vanidad femenina de la clase media y las esperanzas de una clase desposeída es lo que permite al autor describir las estrategias de negocio del monopolio comercial de las tiendas departamentales; las guerras comerciales contra los pequeños comerciantes, así como los proveedores se ven sojuzgados ante estas mega tiendas departamentales que fijan los precios y el costo de producción, disminuyen las tasas de ganancias para poder ofertar los productos en menor precio hacia el consumidor, el crédito al consumo es soportado por el productor, proveedor y los propios empleados de la tienda departamental, nunca por el comerciante mayoritario. Así la disminución en la tasa de ganancia del proveedor que compensa su falta de ingreso con la disminución del costo de la mano de obra, al tiempo que los dueños de las fábricas cierran sus empresas para buscar lugares que les permitan explotar de forma más eficiente y barata la mano de obra con costos más bajos, con el fin de poder sostener esta nueva forma de comercio que ni el poder financiero basado en el sistema de rentas del viejo modo feudal pudo resistir ante el nuevo modo de producción y comercialización del capitalismo industrial, lo anterior se nos reseña mientras Zola nos narra la historia de Octavio Mouret dueño del El Paraíso de las Damas.
Contrario a la costumbre de Zola la trama no termina con el desenlace de la derrota de los pobres y la muerte de los bondadosos a manos de los egoístas y poderosos.