Guía para el aprovechamiento de un confinamiento
El hecho de permanecer en casa es una revelación histórica para la humanidad. La transformación del espacio físico, la convivencia, las horas sin límite frente a una pantalla luminosa, la pérdida de la noción del tiempo, y el estilo de relacionarse con el mundo exterior de forma asincrónica, nos ha empujado a crear un espectro de nueva realidad.
El ser humano por sí mismo tiene la capacidad de adaptación a nuevos y diversos entornos para su propia supervivencia. El ser ante su propia complejidad nos ha demostrado que aún bajo las circunstancias más adversas es capaz de probar su voluntad, tesón y gallardía con el ánimo de seguir vivo, de pie, y en ocasiones roce la emoción en busca de la sensación endorfina para alcanzar la felicidad.
[bctt tweet=»Nuestro día a día antes del confinamiento no solía dejarnos oportunidades para atender a nuestra vida emocional» username=»crisolhoy»]
Ahora con el tiempo “detenido” se concibe la ansiedad, la depresión, y hasta la frustración. Con el animo de comprender nuestro entorno social es posible iniciar una nueva dinámica para atender y trabajar los estados emocionales los cuales a razón de la Universitat de Barcelona en su unidad de Terapia de la Conducta son los siguientes:
- IDENTIFICAR: supone ser consciente de las emociones. La identificación requiere tiempo y atención. Nuestro día a día antes del confinamiento no solía dejarnos oportunidades para atender a nuestra vida emocional, lo que genera una falta de hábito que nos hace difícil dicha tarea. Ahora tenemos una oportunidad para dedicar un tiempo a escucharnos, atendiendo cómo nos estamos sintiendo.
- ASUMIR: implica ser consciente y aceptar que las emociones son reacciones normales ante la valoración que hacemos de los acontecimientos que estamos viviendo. Reconocer que todas nuestras emociones y todas nuestras reacciones son legítimas, supone normalizarlas y es el primer paso para poder gestionarlas. Aceptación pues para normalizar el tener todas estas emociones negativas en esta situación (rabia, miedo, tristeza, confusión…etc.) y así acabar asumiendo cómo nos sentimos.
- GESTIONAR: la gestión de las emociones supone un trabajo personal para descubrir y comprender qué causa dichas emociones, para intentar controlarlas o modificarlas intentando afrontar la situación de la forma más adaptativa posible. No responde a la aplicación de un protocolo único de actuación ni a la aspiración de encontrar “una solución”.
En función de su duración, frecuencia e intensidad requerirán un tipo de abordaje más o menos intensivo y orientado por profesionales expertos.
Ya identificadas las emociones es necesario abordar actividades que representen una forma adicional de aprender como:
- COCINAR. Aunque no lo sepas hacer, el hecho de entrar a ese lugar y experimentar con gusto lo que ha de probar la familia. Es absolutamente retador preparar un platillo fuera de lo común,
- ESCRIBIR. Lo que se siente, lo que nunca se ha atrevido a plasmar por escrito de manera personal o hasta en un blog público.
- JUGAR. Todos los elementos que se tienen en casa nos permiten crear la posibilidad de jugar con los que hacíamos de niños o los tradicionales juegos de mesa que están empolvados en algún lugar.
4.MEDITAR. Crear un espacio para determinar una rutina de meditación en silencio o guiada a través de la música.
5.DIBUJAR. Desde un paisaje hasta la solución de un problema en un mapa mental
6.EJERCITARSE. Las rutinas cardiovasculares y de anaeróbicas para mantener un peso y un refrescamiento del cuerpo y de la mente lo permite de manera natural el ejercicio.
Las emociones estarán presentes, sin embargo, las acciones corresponden a la fuerza de la voluntad y a la respuesta de un bienser y bienestar.
Fuentes: