ORGANIZACIONES, SOCIEDAD Y NEUROCIENCIAS.

ORGANIZACIONES, SOCIEDAD Y NEUROCIENCIAS.

Desde hace milenios el ser humano se pregunta ¿Quién soy yo?. Las respuestas han sido múltiples y para ello se han usado sobre todo, relatos míticos y creencias religiosas. La Filosofía también ha jugado un papel fundamental. La Teología es una mezcla de filosofía y creencias religiosas.

Desde antes del siglo de las luces (S. XVIII) pero, fundamentalmente en ese siglo y a partir de él, surgieron las ciencias sociales y a partir de éstas se buscó dar una respuesta fundamental a tal cuestionamiento. El razonamiento científico es diferente, al mítico, religioso o filosófico, pero ello no implica que no esté sujeto a deficiencias y errores, sin embargo, y a pesar de ellos, permite un conocimiento más cimentado en los hechos y la vida real. Hasta finales del siglo pasado, las ciencias sociales habían seguido varias pautas en su quehacer: solían basarse en un pensamiento lineal, es decir, de causa efecto. O sea, A es la causa de B que es la causa de C, además buscaban especializarse en sociología; se especializaban en política, clases sociales, procesos religiosos, cultura etc; en economía se especializaban en micro o en macro, o bien en deuda pública, sector financiero, moneda y banca, etc.; otro tanto sucedía en psicología, historia, antropología. Se suponía que los procesos sociales podían dividirse en partes y que al hacerlo, se podía lograr mucho en un conocimiento en profundidad ya que dichas partes, eran más o menos independientes unas de otras.

La biología y el conocimiento del cerebro habían logrado un conocimiento bastante menor que el logrado en las ciencias físicas. Los microscopios de alta capacidad, pero sobre todo, un cambio en los biólogos sobre el cuestionamiento de la vida, abrió las perspectivas y así, en lugar de preguntarse ¿Qué es la vida?, se preguntaron ¿Cómo es el vida?. Y de esta manera comenzaron a estudiar las células en su interior, así como sus mecanismos de funcionamiento. El avance de la biología abrió nuevos caminos al estudio del cerebro humano. Sobre todo, con la electroencefalografía, la resonancia magnética y la estimulación magnética transcraneal, se ha podido ver y conocer el funcionamiento del cerebro en vivo sin ocasionar consecuencias para el ser estudiado. Los viejos filósofos y los científicas sociales y biológicos hicieron muchas hipótesis hicieron muchas sobre la forma de pensar, razonar, sobre las emociones y los afectos pero, no es sino hasta el último cuarto del siglo XX que se comienza a comprender cómo es que realmente lo hacemos. El hecho es que, lo que actualmente sabemos sobre el cerebro es que cambia muchas teorías, que antes se tenían sobre la manera que razonamos y actuamos.

Las ciencias sociales se encuentran en una época de quiebre, esto es, de la aparición de nuevos paradigmas científicos, es decir, de las referencias de lo que es el estudio de las ciencias sociales, de las formas lógicas de proceder, de observar y de comprender. No todo lo anterior es falso, hay muchos conocimientos que deben desecharse, pero hay otros muchos, que deben rescatarse y rehacerse de acuerdo con los nuevos paradigmas. Además, ahora tenemos que integrar la multidisciplinariedad, es decir, reintegrar los conocimientos especializados anteriores en una visión global e interconectada para comprender mejor cómo somos y cómo funciona la sociedad.

Ya he presentado en otras REFLEXIONES, lo que dice la neurociencia sobre las formas de razonar del ser humano, ahora en esta pequeña REFLEXIÓN presentamos las formas entre neurociencias, sociología y antropología, para tratar de comprender mejor cómo es que los seres humanos interaccionamos unos con otros a través de los procesos sociales y organizacionales.

Lo que interesa es el conjunto de elementos (redes neuronales) que intervienen en el proceso de interacción de unos seres humanos con otros, es decir, en el proceso de formación de grupos, organizaciones y sociedad. Desde nuestra primera luz, nacemos en el interior de organizaciones, en el seno de una familia, en el hospital, tenemos interacciones en el seno de una familia o con otros niños, posiblemente nos llevan a la guardería y ahí aprendemos un lenguaje, a relacionarnos con otros y el respeto a nuestro padres, hermanos, parientes y compañeros, es decir, aprendemos un comportamiento y una ética. A lo largo de toda nuestra vida seguimos teniendo interacción con grupos, organizaciones y sociedad.

El siguiente esquema señala los principales elementos cerebrales estudiados por las neurociencias que intervienen en la interacción (socialización) de los seres humanos. NO HAY QUE OLVIDARLO, SOMOS SERES TOTALMENTE INDIVIDUALES Y TOTALENTE SOCIALES. Todos tenemos una memoria autobiográfica que es distinta a las de otros y nos hace totalmente individuos, pero nuestros mapeos cerebrales se forman en las relaciones sociales lo cual nos hace totalmente sociales.

Como puede verse, la interacción social del ser humano pone en juego muchos elementos que interactúan entre sí. Los seres vivos tienden a formar grupos de interacción y cooperación, los ejemplos más claros son las hormigas y las abajas, pero las células, gracias a su ADN, también forman organismos. Desde el punto de vista biológico, un organismo es un conjunto de células que interaccionan entre sí y su interacción da lugar a la vida de tal organismo, es decir, al conjunto de órganos que se integran en un ser vivo.

Pero, en el caso de los seres humanos, su organismo es mucho más complejo básicamente por su cerebro, su corteza cerebral, que incluye la corteza prefrontal yla relación compleja cerebro-cuerpo.

Un elemento fundamental en la socialización, son las denominadas hormonas espejo, ellas nos permiten que, al ver a nuestros semejantes, podamos tener una primer sensación o sentimiento de lo que son, lo que piensan y lo que sienten; nos permiten ver su alegría o su tristeza y nos conducen a una empatía hacia ellos. Por las neuronas espejo se contagian muchos sentimientos y emociones, son neuronas esenciales en la socialización. Los seres humanos no somos los únicos en tener neuronas espejo, pero las tenemos mucho más abundantes y mucho más conectadas a nuestra complejidad cerebral.

La socialización humana pasa por la comunicación del lenguaje y es muchísimo más rica que en cualquier otra especie. El lenguaje se posibilita entre otras cosas, por las Áreas cerebrales de Broca y de Wernicke. La primera es fundamental para la articulación del lenguaje y producir mensajes coherentes y es clave para estructurar la sintáctica del lenguaje. Se localiza en el hemisferio izquierdo, más concretamente, en la parte inferior del lóbulo frontal. La segunda es esencial para establecer la semántica de las palabras, hace comprensibles sus aspectos abstractos yes la responsable de la comprensión sonora, sobre todo del lenguaje. Además, requerimos de lengua y la laringe.

El lenguaje potencializa enormemente la capacidad de razonamiento del ser humano.No es lo mismo relacionar o pensar en imágenes, que hacerlo por medio del lenguaje. Hay una relación de recursividad o sea, de ida y vuelta (el lenguaje potencializa la reflexión y la reflexión potencializa al lenguaje). Ya en otras REFLEXIONES: me he ocupado de cómo piensa el ser humano CONFUSIÓN ANTE LA CRISIS ECONÓMICA Y EL CORONAVIRUS. ¿CÓMO PIENSA EL SER HUMANO?.” Reflexión que se publicó a principios de noviembre del 2020. Sólo recuerdo que el razonamiento es el producto de 8 procesos complejos que interactúan entre sí: su capacidad de ser inteligente, la ciencia que tiene disponible y que conoce, los métodos lógicos que conoce y que pone en práctica, su capacidad imaginativa, la información disponible, sus creencias religiosas o mágicas y la ideología que sustenta. El proceso de razonar es complejo, pero tiene su sustento principal en la corteza prefrontal que únicamente el ser humano la tiene muy desarrollada. Pero el pensamiento y el razonamiento se liga además, con los sentimientos, emociones, empatía, sentido de justicia, egoísmo, etcétera. Es por esto, que las emociones son muy importantes en toda relación social debido a que la amígdala, que es un centro vital del procesamiento de las emociones que juega un papel esencial en la sociabilidad.

La memoria es también fundamental, tenemos que reconocer a las personas con las cuales entramos en relación, tenemos que acordarnos de lo bueno y lo malo que vivimos y de lo bueno o malo que esas personas nos causaron; de las emociones vividas, de losobstáculos conjuntamente superados. En la memoria juega un papel muy importante una red (núcleo) neuronal denominado hipocampo y que forma parte del sistema límbico.

Cuando entramos en relación social, cuando actuamos en cualquier tipo de organización (familiar, escolar, deportiva, de trabajo, etc.) observamos a las personas y calificamos su éxito o fracaso en sus relaciones y aspiraciones y en consecuencia, tendemos a imitarlas. El ser humano es un gran imitador y su mimetismo es clave en la formación de su ser individual y social; desde niños nos repitieron muchas o algunas veces, “fíjate en fulano y actúa como él”.

Toda relación social placentera o de amor, nos deja un placer. Este placer se tiene y se experimenta porque en el cerebro tenemos algo que se denomina circuito del placer. Este circuito del placer (lo veremos en otra REFLEXIÓN), está alimentado por dopamina que es un neurotransmisor. Pero el placer suscitado en una relación social, deja un recuerdo en la memoria y este recuerdo provoca un deseo de vivir de nuevo ese placer. Lo contrario sucede cuando la relación social provoca disgusto o dolor. Es así el circuito del placer o de la recompensa alimentado por el neurotransmisor dopamina, es una fuente muy importante de deseos y de relaciones sociales.

No es el caso, pero las relaciones sociales y organizacionales suelen suscitar un deseo de justicia. La ínsula se encuentra en una cisura o sea entre el lóbulo temporal y el parietal que tiene muchas funciones, pero una de ellas, activa el sentimiento de justicia. La ínsula tiene una relación estrecha con el hipocampo(memoria), la emoción (amígdala) y el razonamiento (corteza prefrontal). Hay gente malévola o sin sentido de justicia por efecto de estas redes neuronales tienen disfuncionamiento o rupturas. Las relaciones sociales se desarrollas a través de campos y organizaciones, y ellas tienen reglas e instituciones de comportamiento que, para que sean adecuadas, sus miembros siguen o reclaman un sentido de justicia ya que, en caso contrario, se necesita la violencia y el miedo para mantener el comportamiento, con lo que los procesos sociales se hacen instables, conflictivos y, como ya lo vimos en otras REFLEXIONES, el campo puede degenerar en arena o en drama social. La ínsula es fundamental para comprender las relaciones sociales y las organizaciones.

Para tener una idea más completa de las relaciones complejas entre cerebro, cuerpo y relaciones sociales, hay que agregar otros dos conceptos: la homeostasis y los sentimientos. Para ello, les recuerdo lo ya dicho en otra REFLEXIÓN.

El cuerpo humano, al igual que la economía, la política o la sociedad, necesita integrar la actividad de miles de millones de células de distintos tipos para que la vida de una persona pueda mantenerse y desarrollarse. A este proceso se le denomina homeostasis.

La homeostasis es una especie de termostato mucho más complejo y eficáz. No tiene parámetros prefijados como el termostato, tiene matices, grados de regulación y contiene fases. Se orienta hacia el futuro del organismo y es una regulación de la vida. Es un sistema complejo adaptativo. Un sistema de esfuerzos por conservar la vida, un “conatus” como lo denominó el filósofo Spinoza.

Al igual que en la política o en la economía, no hay equilibrios sino espacios de estabilización en los cuales operan adecuadamente los procesos económicos homeostáticos. En este espacio homeostático, se establece un proceso dinámico dentro de un rango que permite una reproducción adecuada de los procesos económicos y en los cuales, los mecanismos de regulación operan adecuadamente. Cuando se sale de este espacio, el cuerpo económico se desborda y se desestabiliza. Esto mismo sucede en el cuerpo humano. Hay que regular la temperatura, presión arterial, insulina, hidratación, etc., para mantenerlos dentro de un rango que permita el mantenimiento de la vida etcétera. De esto se encarga la homeostasis.

Según Damasio, los sentimientos juegan un papel clave en la homeostasis. Los sentimientos son experiencias mentales de lo que sucede en el cuerpo. Pueden provenir de procesos internos o externos. De procesos internos, como por ejemplo, una mala digestión conduce a un sentimiento de malestar general; el sentimiento de dolor de cabeza puede provenir de varios problemas surgidos en el cuerpo (que incluye la cabeza), del ser humano; un dolor proveniente de algún disfuncionamiento corporal, etc. También pueden ser externos, un golpe, una información agradable o desagradable, el frío o calor del medio ambiente, la agresión de otro ser humano, etcétera.

Todos los sentimientos se comunican al cerebro y ahí pasan por la amígdala (centro neuronal de las emociones), por lo cual, los sentimientos generan emociones; el dolor es un sentimiento, el sufrimiento es la emoción que da el sentimiento de dolor. Pero también pasan por la corteza prefrontal con lo que se producen reflexiones y de esta manera, provocan una evaluación de los mismos (valencias), que implican bueno o malo, agradable o desagradable. La sensación genera sentimientos que comunican el estado del cuerpo, las valencias los califican.

Los sentimientos sean espontáneos o provocados, generan emociones y valencias en el cerebro y éste responde al cuerpo, mandando señales para corregir el problema: reestablecer la presión arterial, mantener dentro de un rango la temperatura corporal, generar sueño para descansar, etcétera. O bien, provoca la sed y por tanto, la necesidad de tomar agua para reestablecer la hidratación, o el dolor para conducir al sujeto a una curación. Todos estos procesos constituyen el sistema homeostático. Las repuestas pueden ser racionales o emotivas y casi siempre, son una combinación de ambas.

De acuerdo con Damasio, la mente genera una relación entre sensaciones y respuestas. La coordinación se realiza mediante el sistema endócrino, sistema inmunitario, implementada por el sistema nervioso, el cual trabaja en cooperación con el organismo.

La homeostasis biológica es un conjunto de sistemas de regulación, los sentimientos y las emociones no necesariamente son conscientes; la razón sí lo es. Entre todos estos niveles hay relaciones de ida y de vuelta. La regulación biológica esencial conduce a la regulación metabólica y a los reflejos subyacentes fundamentales como lo son el placer y el dolor; a partir de esta regulación básica también se tienen las pulsiones, o sea, la energía que orienta e impulsa un comportamiento determinado y por consiguiente, los sistemas de regulación básica, llevan a movimientos internos que conducen a alcanzar esta homeostasis básica de la vida.La homeostasis realiza una gestión de energía.

La homeostasis no sólo es un proceso biológico y cerebral, sino también es un proceso social y cultural. Se generan espacios de regulación agradables y espacios peligrosos o dolorosos, que enfrentan un medio ambiente físico y social y al cual, responden con procesos homeostáticos y estratégicos. Se reciben señales que pasan como emociones, que implican sentimientos y que pasan a las redes y mapeos neuronales superiores del cerebro y que son juzgadas por medio de la memoria de acontecimientos similares y de su relación con otros acontecimientos y así, en función de la capacidad de razonamiento de cada quién, se elaboran estrategias de respuestas y formas de comportamiento ante los estímulos iniciales.

De esta manera, el ser humano en sus relaciones sociales, genera una ética y un sentido de justicia, así como un conjunto de deseos y aspiraciones; entre estos deseos y aspiraciones, se puede mencionar el amor, el sexo, el dinero y el poder.

Dos palabras sobre el dinero y el poder. Hay estudios neurocientíficos sobre que demuestran lo siguiente. El dinero y el poder generan grandes cantidades del neurotransmisor dopamina, que va al circuito del placer. El placer de contar con dinero y/o poder, genera un enorme placer que es mucho más fuerte que el placer que surge en la vida normal. Con el dinero y el poder, puede suceder algo semejante que con las drogas; éstas entre otras cosas, generan mucha dopamina que va al circuito del placer; el placer provoca deseos muy fuertes de volver a experimentarlo, de ahí que se busque más droga. El problema es que, el circuito del placer tiene sus límites y, cuando se abusa de él, cada vez se necesita más dopamina es decir, más droga para lograr un placer igual o menor que el anterior, lo cual hace que esa búsqueda de placer impulse deseos cada vez más imperativos, de ahí la drogadicción. Algo muy similar sucede con el poder y el dinero; por lo cual el poder y el dinero cuando se abusa de ellos, tienden a convertirse en droga. Los ricos no se sacian y quieren cada vez más y más lo mismo que los que juegan al poder. La ética se rompe y la homeostasis interna y la social pierden su capacidad. Esto lo hemos vivido hace siglos y lo seguimos constatando hoy día. No todos los ricos y poderosos se hacen drogadictos, pero un buen porcentaje de los mismos sí lo hacen.

 

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

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