Pensamiento mágico y psicología: Los cuatro acuerdos de Miguel Ángel Ruiz Macías
Influenciado por los textos de antropo-esoterismo de Carlos Castaneda, el escritor y auto nombrado “nagual del linaje de los Guerreros del Águila”, dice compartir para sus lectores “las profundas enseñanzas de los toltecas”, basadas en cuatro supuestos acuerdos generales que darán la llave a la “felicidad y el amor” por medio del autoconocimiento en la aplicación de cuatro paradigmas o para estar a tono con el autor; “acuerdos” que son:
- Sé impecable con tus palabras.
- No tomes nada personalmente.
- No hagas suposiciones.
- Haz siempre tu máximo esfuerzo.
Separando y desdeñando las imprecisiones históricas sobre la influencia y flujo de las ideas dentro de las culturas mesoamericanas, así como el sincretismo de paganismo y religión mesoamericana con chispas de cristianismo dirigido hacia el panteísmo que se mezcla al mismo tiempo con psicología humanista, principios gestaltistas y la filosofía existencialista y que sea dicho de paso no habría textos de estas naturalezas si no se hiciera este tipo de ejercicios híbridos culturales, donde las contradicciones se omiten y se toma eclécticamente lo que conviene para el fin del autor presentado en su discurso dichos elementos en lenguajes metafóricos. En este sentido y otorgando el beneficio de la duda el profeta “Guerrero del Águila” nos propone sus cuatro “acuerdos” como recetas hacia un mundo mejor dentro de este plano material, creando en nosotros un clima de microcosmos auto completativo (narcisista), y reflexivo en un ser existencialista.
Sé impecable con tus palabras.
En el proceso de educación visto como cauce lógico de la domesticación de los sujetos, se introyecta a los individuos de forma continua y latente la cultura que permite interpretar e interactuar entre todos nosotros la vida en sociedad, mediante la herramienta básica de los “signos” expresivos del acto comunicativo, por ello la importancia imprescindible de encontrar en el acto de comunicación y reflexión las palabras precisas para expresar de forma ordenada y concatenada las ideas con el fin de tratar de excluir errores contextuales que el intérprete pueda generar por diferencias en sus competencias textuales o errores propios de paralaje ocasionados por las distancias del intérprete con el objeto en cuestión.
Esto errores generan los desacuerdos entre los individuos, sufriendo el individuos de forma continua por el mismo error, si este no se hace consciente de la “creación de un veneno emocional” basado en un drama emocional generado por nosotros mismos por falta de actos reflexivos. De ahí el primer acuerdo como base inicial “Sé impecable con tus palabras”, ya que ellas programan tus emociones, sentimientos y trasmiten de forma expresiva tus pensamientos al tiempo que nos programan para sentir y experimentar continuamente martirios o nuevas emociones placenteras. Evitemos el miedo y la cólera.
En base a nuestras percepciones y actos comunicativos almacenamos verdades y creencias, ilusiones personales del “ser que creemos ser”, que en el proceso educativo nos definimos a nosotros mismos en una imagen de perfección por medio a la alteridad que se presenta en nosotros en un choque de “reflexivo” que nos lleva a definirnos en un proceso doble de rechazo y deseo de aceptación de “nosotros mismos y hacia el otro”.
Así construimos por medio de nuestras palabras acuerdos que pierden nuestro ser en miedos que nos desgastan y nos encaminan hacia la infelicidad, por no poder separar y asignar palabras correctas que califiquen y transmitan de forma eficiente nuestras emociones y sensaciones.
Vivir y juzgar con miedos es conducirnos a lo contrario que es la felicidad. Ser impecable con las palabras implica evitar propagar disonancias emocionales que nos evitan relacionarnos con el otro de forma eficiente, reprimiedonos y negandonos la felicidad propia por nuestros miedos.
“La verdad nos hará libres” (Juan 8:31-38)
No tomes nada personalmente
En el proceso del acto comunicativo las interacciones entre los individuos están tan llenas de obstrucciones emocionales en el lenguaje, de forma inconsciente acumuladas entre los individuos por partir de forma errónea en supuestos emocionales que no han sido reflexionados y menos apropiados en su justa dimensión, ya que han sido sacados de contexto y apropiados de forma negativa por los miedos de otros en el interior de uno mismo. No tomes nada personalmente, es la recomendación más sana que se puede hacer para la vida, los comentarios de los otros en una inmensa mayoría no buscan dañar al otro, pero son nuevamente esos miedos los que nos introducen en nuestro “self” o ser interior como veneno que nos destruye y obstruye nuestra felicidad y encontrar el amor a nosotros mismos que nos permita por su adquisición ultima poder compartir sanamente con el otro y completar una interacción armoniosa con el otro, lo que en sentido de Daniel Goleman sería un proceso de sintia emocional con el otro, por oposición la ausencia de empatía y sintonía emocional se conoce como «trastorno borderline de la personalidad».
“En este momento, la persona se siente incapaz de perdonar y se cierra a todo razonamiento. Todos sus pensamientos gravitan en torno a la venganza y la represalia, sin detenerse a considerar las posibles consecuencias de sus actos. Este alto nivel de excitación, afirma Zillman, «alimenta una ilusión de poder e invulnerabilidad que promueve y fomenta la agresividad», ya que, «a falta de toda guía cognitiva adecuada», la persona enfadada se retrotrae a la más primitiva de las ascendente y las lecciones más rudimentarias de la brutalidad terminan convirtiéndose en guías para la acción.” (Daniel Goleman: La inteligencia emocional. 106)
Continuar en el camino del miedo potencializa los problemas y los hace aprensivos al ser. Limitando las capacidades del individuo al distraer energías y tiempo en “dar vueltas y más vueltas” en el entorno peligroso de emociones negativas, profundizamos el surco del pensamiento que atemoriza a la persona, incrementado el miedo de comprometerse con los otros. Y con ello nuestro autoconocimiento, pues nosotros mismos somos nuestros propios jueces, de tomarnos las cosas a pecho, nuestro fallo será implacable y nos atormentara por siempre hasta no resolver el problema de nuestra dolencia que nos aqueja.
Recordemos que “el yo” se define inicialmente por lo que “no queremos ser” en oposición al otro y rechazo a “él”, pero al mismo tiempo se busca la aceptación del “otro” y su reconocimiento a un “yo” y “nosotros”, si no tenemos claro “nuestro yo”, no podemos comunicar al “otro” y perdemos acertividad en la reproducción de nuestros mensajes. Si en un “yo” no nos damos cuenta de este doble proceso de negación y autoafirmación los miedos, grandes enemigos del “yo” se apoderan del “yo”, impidiendo por nuestra negación a dimensionar las cosas en justas proporciones y situaciones. Si todo el tiempo lo dedicamos a repetir “no soy feliz”, “estoy gordo” etc, la mente se programa para creer como una realidad irremediable en la que no hay fuerza humana que la propia fuerza de voluntad para erradicar dichos pensamientos en nuestra mente y dejen de afectarnos negandonos compartir nuestro ser con el otro.
Por ello el consejo como segundo acuerdo de No tomes nada personalmente. Y todo lo que escuchamos o se sienta, pasarlo por el filtro del primer acuerdo. Sólo somos responsables por lo que hacemos nosotros mismos.
No hagas suposiciones
A menudo por nuestro ego y mala programación en la elección de nuestras palabras, creamos suposiciones que usamos para catalogar el mundo que nos rodea. Efectivamente el recorrido emocional los sentimientos y pensamientos dominados por el miedo nos llevan a concebir opiniones de uno mismo de forma negativa avaladas por suposiciones creadas por uno mismos que imposibilita la relación con los otros, porque creemos que el otro sabe lo que queremos, pero esto lo hemos creado desde nuestras suposiciones sin darle al otro herramientas que pueda interpretar de forma correcta nuestro sentir. “Ante esta negativa del otro que no sabe interpretar lo que nosotros suponemos debe él de saber de nosotros mismos”, nos refugiamos en la ira de nuestros pensamientos dominados por el miedo que evita establecer acuerdos y sintonía emocional con él otro, porque hemos creado en nuestra mente que la oportunidad hacia nuestra felicidad es que el otro actúe bajo los supuestos que creemos él posee de nosotros, por no aplicar los dos acuerdos y dejarse dominar por las pasiones del miedo, la cólera y la ira no llevamos el proceso de los dos acuerdos iniciales por lo que no tendremos una comunicación asertiva con el otro. Por ello no juzgar al otro y no concentrarnos en suposiciones y deseos hacia el otro en lo que para nosotros es aparente y lógico.
El amor verdadero es aceptar a nosotros y al otro tal cual como son. Sin partir de supuestos. Trata de elegir las palabras
Haz siempre tu máximo esfuerzo
Buscar realizar los tres primeros acuerdos de forma impecable es la forma ideal para cumplir las expectativas de uno mismo, anhelos y deseos, una actitud basada en la elección correcta de palabras, no tomar nada personal y no partir de supuestos requiere de grandes esfuerzos individuales para dominar nuestros miedos, emociones y rencores, al lograr controlar las emociones cumpliendo los tres primeros acuerdos como esfuerzo y meta de vida la felicidad y el autoconocimiento nos permitirá no derramar venenos emocionales hacia el otro, creando mejores relaciones y aceptación de nuestro yo con el otro.
Independientemente del resultado, sigue haciendo siempre lo máximo que puedas, ni más ni menos. Si intentas de la necesaria, y al final tu rendimiento no será suficiente. Cuando te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti, y por consiguiente te resulta más difícil alcanzar tus objetivos. Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes a ti mismo a frustraciones, juicios, culpas y reproches. (Los cuatro acuerdos)
Vive el presente, deja el pasado, has siempre lo mejor que se pueda y transformaras tu autoestima. Actúa como ser humano. No permitas vivir en suposiciones y miedos. Transforma las palabras en pensamientos positivos sin concentrarse en objetos materiales, sino en trascender en la vida de los otros de forma positiva. Aunque sean continuas las caídas no permitas convertirte en una víctima. Vive el día a día y rompe los viejos acuerdos.