¿Quién es el que anduvo aquí?…Es Crí crí

¿Quién es el que anduvo aquí?…Es Crí crí

[bctt tweet=»En la década de los 60’ se filmó una película sobre su vida, que a la postre resultó ser poco biográfica. En ella se ve a un Cri crí interpretado por Ignacio López Tarso, muy romántico y solitario,» username=»crisolhoy»]

Gabilondo Soler Crí crí

 

Gabilondo Soler Crí crí, el gran creador de música para niños

 

Nadie puede decir que no sabe quién es Cri cri, que dada la naturaleza de la onomatopeya, debía pronunciarse Crí crí, y no Cricrí, como decimos todos, acentuando sólo la última “i”.

Compositores de música para niños –¡Cuidado! “música infantil” es otra cosa– ha habido muchos, pero sin menospreciar a nadie, pocos han sabido escribir sus letras con inteligencia, pese a lo que algún o algunos enajenados pensaron cuando pretendieron prohibir la música de este notable compositor, porque iba a “traumar” a los niños por sus “extrañas” canciones donde las hormigas usaban paraguas, y las muñecas, feas o no, se escondían a hablar con los ratones y plumeros; eso sin contar con los ratones gringos que usan pistolas, y las patitas con patos desobligados por esposos; ¿Y qué decir de vocales marchando, chorritos que suben y bajan?

Nadie pensó nunca en prohibir a los hermanos Grimm, o a Christian Andersen, o Perrault, etc., con sus cuentos de hadas, pero bueno, cada cabeza es un mundo, y como sabemos, existen “mundos idiotas”. Ahora bien, una cosa es hablar del compositor, tema de este artículo, y otra muy diferente hacer el análisis psicosocial de su obra, tarea que, ciertamente,  corresponde a alguien más.

José Francisco Gabilondo Soler, vino al mundo en Orizaba, Veracruz, el 6 de octubre de 1907. De origen vasco por su padre y catalán por su madre, tenía piel muy blanca y ojos de un intenso azul. Tuvo muchas aficiones e intereses, pero la escuela formal no era una de ellas; En algunas de sus canciones manda a sus personajes muy gustosos a las aulas, Caminito de la escuela, pero él no compartía la afición; estudió hasta el 6º grado de Primaria, pero como ávido lector que era, aprendió de los libros lo necesario para desarrollar dos de sus grandes aficiones (entre otras) la música y la astronomía. La música que lo acompañaría a lo largo de su vida y que le daría sustento, fama y dinero, y la astronomía que fue su refugio y consuelo en sus últimos años, cuando ya alejado de la radio, los discos y de la composición misma, montó en su casa de Texcoco (un poblado cerca de la ciudad de Mexico) un pequeño observatorio que le permitía ver las estrellas, hasta que sus ojos se negaron a ello.

Sus primeras composiciones musicales estaban influenciadas por los ritmos de moda entonces: danzón, fox-trot y tango. Sus primeras composiciones en estos ritmos fueron creadas todavía en su natal Orizaba. Estas obras de juventud estuvieron perdidas por décadas, pero hoy se conocen gracias a la Fundación Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri, A.C.

En busca de mejores horizontes, emigró a la Ciudad de México en 1928. Obtuvo un puesto en el Observatorio Nacional, en calidad de voluntario, pero luego su voluntad se enteró que hacía falta dinero.

En la década de los 60’ se filmó una película sobre su vida, que a la postre resultó ser poco biográfica. En ella se ve a un Cri crí interpretado por Ignacio López Tarso, muy romántico y solitario, pero la realidad es que pudo ser muy romántico, pero no solitario; se casó en 1927 con tan sólo 20 años de edad, con Rosario Patiño Domínguez, quien sería no sólo su esposa, sino además promotora, representante y acicate. Se conocieron en Orizaba y fue Rosario quien instó al tránsito al DF. Sus primeros hijos fueron los primeros niños que conocieron la música del Grillito cantor.

Ya en el DF, Rosario consigue un puesto en la XEW, y desde ahí insiste y consigue para Gabilondo un programa de radio. Bueno, un pequeño espacio de 15 minutos sin sueldo y sin patrocinador. Es 1932 y empieza con un personaje que hace crítica social por medio de la música, haciéndose llamar: El Guasón del teclado. Nuevamente mueve su mano Rosario Patiño, y convence al Sr. Othon Vélez para que Gabilondo cante canciones para niños, las que ya cantaba a sus hijos. Finalmente el 15 de octubre de 1934 se trasmite un nuevo programa que habla de historias de animales y otros personajes, mitad cuentos, mitad canciones. Eran sólo 15 minutos pero no cualquier horario; este programa era previo al muy exitoso “La Hora Azul”, nada menos que con Agustín Lara y Pedro Vargas. A sugerencia del mismo Sr. Vélez, adoptó el nombre con el que lo conocería el mundo entero: Cri-crí, El Grillito Cantor.

Y sumando minutos hasta tener la media hora, y luego la hora completa, se mantuvo al aire por 27 años, hasta el 30 de julio de 1961.

A mediados de los años 70’, hastiado de la gran urbe en que se había convertido el DF, decide retirarse al pueblo de San Miguel Tocuila, cerca de Texcoco, en donde quiso reproducir la casa de su infancia.

Francisco Gabilondo Soler, Cri crí, compuso 263 canciones, además de escribir también muchos cuentos.

El 11 de octubre de 2007, con motivo del centenario del natalicio de D. Francisco Gabilondo, el servicio postal mexicano, emitió planillas de estampillas conmemorativas con su imagen, la de “Cri Crí” y algunos de los personajes de sus canciones.

A principios de los 80’ la televisión mexicana le rindió un homenaje donde participaron Plácido Domingo, Mireille Mathieu y Emmanuel. La voz de Plácido Domingo resultó demasiada voz para la dulzura que exige la música de Cri crí, y el español tan extraño de Mathieu tampoco ayudaron mucho a la buena aceptación del programa; únicamente el “Che araña” que interpretó  Emmanuel, estuvo a la altura del programa.

De 1994 al 2008, 16 canciones de Cri Crí fueron traducidas al esperanto por el señor profesor Vicente Valdés Bejarano, cuya trayectoria en la música lo coloca como el único mexicano hasta la fecha que ha traducido a este idioma una colección importante de las canciones de Francisco Gabilondo Soler y otras melodías tradicionales mexicanas.

Si usted, como yo, creció con la música del Grillito Cantor, seguro recuerda “El Ropero” y “Di por qué”, canciones que le canta a su abuela materna, la misma que cumple un papel importante en la película ya mencionada. Pues esa señora, esa abuelita, que además tenía en su casa de Orizaba la original fuente de El Chorrito, se llamaba Emilia Fernández Flores. Ella misma tocaba el piano, y le enseñó las primeras notas al futuro compositor.

Entre las muchas canciones de Gabilondo Soler, están, entre otras:

  • El chorrito
  • Bombón I
  • El ratón vaquero
  • La muñeca fea
  • Métete Teté
  • Los cochinitos dormilones
  • El casamiento de los palomos
  • El ropero
  • Negrito Sandía
  • El chivo ciclista
  • La marcha de las letras
  • La patita
  • El ropavejero

Y muchas más.

Además de lo didáctico de muchas de sus canciones, la Marcha de las letras la que más, se preocupó el señor Gabilondo por mostrar su orgullo de mexicano y su patriotismo con canciones como Mi Bandera:

Encendieron en la sierra una fogata

e ilumina con su rojo resplandor

a la nieve que es tan blanca como plata

y a los bosques matizados de verdor.

Tres colores hay arriba en la sierra:

Verde, blanco y rojo pabellón;

Son los tres colores naturales

de la tierra mexicana que palpita en mi canción;

Una gran Bandera hecha de fuego

con murmullo de los bosques

Y volcanes bajo el sol.

 

Hubo un momento en que ya no pudo continuar con su afición a la astronomía, pues sus ojos cansados ya no le permitían ver casi nada. Y así, cansado y ciego, dejó de funcionar su corazón el 14 de diciembre de 1990.

Se han erigido miles de estatuas, ya para el Grillito Cantor, ya para el artista, ya para sus personajes, pero estoy seguro que el monumento más entrañable es el que pusimos en nuestras almas de niño quienes crecimos con su música.

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!