Sexo y Cultura

Sexo y Cultura

El encuentro y reconocimiento de los sexos como lo plantea Lévi-Strauss se da en «el terreno en el que naturaleza y cultura se enfrentaron por primera vez».

En el origen de una especie que evoluciono y desarrollo una <<revolución cognitiva>>hace unos 70 mil años, la cual «… Podemos llamarla la mutación del árbol del saber» como la nombra Yuval Noah Harari; cuando la especie Homo Sapiens entre los Homos existentes desarrolló la habilidad no solo del lenguaje si no que también la capacidad de crear e imaginar estructuras mentales (signos, símbolos, significados y significantes), fuera de las adquiridas mediante las experiencias sensibles y proyectar un inconsciente colectivo que fuera capaz de unificar al grupo.

Dicha revolución cognitiva tuvo su base en el sistema binario natural de la reproducción biológica distinguiendo las diferencias entre los sexos, proceso consecuente durante la primera división social del trabajo, que estableció procesos simbólicos sobre el cuerpo, sus capacidades reproductoras y trabajo de los individuos, dividiendo a los individuos por el bien del grupo social y coerción de individuos. Esta división de trabajo y de representaciones simbólicas se basada en las oposiciones reproductoras (sexo-cultura), que han dado la pauta inicial del sistema de pensamiento para la reproducción y perpetuación de la especie mediante su propio producto evolutivo distintivo llamado cultura.

En este proceso cognitivo entre naturaleza y cultura, se establecen mediadores sintácticos de oposición: naturaleza <<sexo>> y cultura <<genero>>, donde las diferencias biológicas por mediación interpretativa de la cultura, producen matrices de transformación estableciendo campos simbólicos de representación que describen, clasifican y nombran los cuerpos, sus partes y sus usos. 

Al establecer las diferencias y los usos diría Michel Foucaul, se produjeron las primeras tecnologías de control y poder del <<yo>>, de ahí el origen de la <<microfísica del poder>>, de la cual se desprenden ordenes y sistemas de vigilancia para establecer los usos legítimos de los cuerpos inicialmente por procesos económicos de intercambios de mujeres, establecimiento del incestos  y sistemas de parentesco

Quienes no se sujetaban a las normas establecidas al ser descubiertos por el colectivo en sus practicas y usos siguiendo el discurso de Michel Foucaul y antes de él a Margaret Mead, son nombrados <<anormales>> y potencialmente castigados por el grupo (Vigilar y Castigar), por trasgredir el <<orden social establecido>>. Continuando con Margaret Mead la cultura y no la biología es la fuerza que define la personalidad individual: «…Las diferencias que existen entre los miembros de diferentes culturas, así como las que se dan entre individuos de una misma cultura, pueden apoyarse casi enteramente en las diferencias de condicionamiento, especialmente durante la primera infancia, y la forma de ese condicionamiento se halla determinada culturalmente. 

Las diferencias tipificadas de la personalidad, que se dan entre los sexos, son de este orden; consisten en creaciones culturales, educándose a los hombres y las mujeres de cada generación para adaptarse a ellas. Persiste, sin embargo, el problema del origen de estas diferencias, socialmente estandarizadas.» (Mead, Margaret: Sexo y temperamento en tres sociedades primitivas. 1935)

En este aspecto la especie ha demostrado que aun y con que el sistema se basa en oposiciones binarias, se crean un número infinito de posibilidades como individuos y grupos sociales existan. Mediante procesos de metáforas y metonimias que se encuentran clasificadas por sus sintagmas en campos expresivos; en términos de Lévi-Strauss esta propiedad de producción de signos y diferencias genera la diversidad cultural de la especie que pudieran ser agrupada valiéndonos la metáfora expresiva de la ciencias biológicas en una «tabla periódica» de los elementos culturales. 

Ahora (siglo XXI), con el avance en los estudios de genética y la neuro ciencia; se acepta que los individuos pueden modificar la forma en que absorben e influye en sus cuerpos la cultura, así como los mecanismos que la culturan genera y recrea para que los individuos puedan modificarla también. Ya que la cultura es un sistema cognitivo de transformación continuo de dos vías, moldea y puede ser modificado por los sujetos, siendo adaptado a distintos momentos de los grupos sociales, aun que no a la velocidad que los individuos luego requieran. 

Pasando a los estudios psicológicos y biológicos del cerebro, el proceso de la personalidad se ve atado a procesos mentales en donde los elementos de la personalidad como el <<ello>>,  <<yo>> y <<super yo>>median las respuestas del individuo y su personalidad, así como establecen las formas en la que los individuos se relaciona con el grupo y se adapta a sus circunstancias. Nuevamente los aspectos biológicos del instinto y deseo sexual mas la cultura se entrelazan para crear los mecanismos de creación de la persona y autoafirmación de la personalidad para establecer la relación social entre los individuos y la auto afirmación de la personalidad del individuo.

Estas clasificaciones: <<ello>>,  <<yo>> y <<super yo>>adaptan y transforman a los individuos dentro de los marcos conceptuales de la cultura (genero), para que los individuos manifiesten o interioricen su respuesta de adaptación cultural de su cuerpo respecto al sexo escogiendo los mediadores culturales de su preferencia para apropiarse del genero y reproducirlo, es decir potenciando la recreación de normas o pautas establecidas por el colectivo o la libertad «bajo ciertas reglas sociales» que trasforman la reproducción del genero en el individuo con distintos matices que satisfacen al individuo en particular. 

La revolución sexual del siglo XX en occidente es un ejemplo de como distintos grupos de individuos provenientes de la cultura occidental adaptaron para si mismos las circunstancias históricas para ellos del reconocimiento y uso de los derechos civiles, derechos individuales. derechos humanos, para transformar y adaptar elementos culturales supuestamente estables, pero que siempre tuvieron la capacidad de ser modificados o adaptados según las interpretaciones o preferencias de los individuos y los colectivos aun que mencionamos anteriormente no necesariamente con la velocidad que los individuos necesiten y por ello la aparición de la exigencia de minorías por sus preferencias sexuales, más allá de la heterosexualidad.

Diego de Alba Casillas

Dr. en Ciencias Antropológicas por la UAM-I. Sociólogo de profesión por la UAA. Aprendiz de reportero.

Diego de Alba Casillas

Dr. en Ciencias Antropológicas por la UAM-I. Sociólogo de profesión por la UAA. Aprendiz de reportero.

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