Sexo y temperamento: Margaret Mead
En occidente tendemos a considerar que nuestra solución es superior a la de los samoanos, acostumbrados como estamos a encauzar los impulsos sexuales por sendas muy estrechas y aprobadas socialmente (…) pero con la luz que nos da contemplar las soluciones de la sociedad samoana, podemos considerar que el precio que tenemos que pagar por ello es demasiado caro. Margaret Mead
Integrando tres investigaciones etnografícas de igual número de pueblos originarios de los mares del Sur. Margaret Mead observa como la cultura vista como una institución genera las regulaciones y normativas para la interpretación y reproducción de tres grupos humanos que aunque próximos en el territorio son diferentes en manifestaciones culturales. Dichas manifestaciones expresivas de las culturas basadas en las distinciones por alteridades asentadas en el sistema de oposición biológico de los caracteres sexuales de los individuos y que en ellos se expresan su interiorización del <<ser>> como sujetos ante ellos mismos y su representación como <<sujetos-objeto>> ante el grupo por mecanismos de mediación interpretativa proveniente de sus realidades culturales, como generadores y reproductores de sistemas culturales que tratan de garantizar la vida en colectivo permitiendo la sobrevivencia y adaptación de la especie en su ecosistema.
Margaret Mead llega a una conclusión sorprendente: los distintos rasgos psicológicos que en nuestra sociedad atribuimos al temperamento femenino y al masculino no constituyen el producto de un determinismo biológico, sino que derivan de una particular estructura cultural: en otras culturas tales diferencias pueden no existir o darse de manera muy diversa e incluso opuesta. Descubrimiento, en fin, que en su día arrojó nueva luz sobre la crisis de la personalidad del hombre y la mujer contemporáneos, que la autora examina basándose en los resultados de sus observaciones.
La investigación como ya se menciono se convirtió en un clásico de la antropología cultural, por que ha sido muchas veces el punto silencioso de partida como referente de importantes y posteriores investigaciones relacionadas con el sexo, genero y cultura que se desarrollaron durante el siglo XX y posterior a él Por ello la lectura de Mead se hace obligada aunque sea para encontrar el hilo conductor de la discusión actual sobre genero y diversidad sexual, sustentadas en como la biología y la cultura interactúan como procesos moldeadores en los individuos, y como ellos manifiestan su personalidad y establecen relaciones sociales ante el grupo.
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(…) Todo esto indica que hay un tipo de persona inadaptada que no lo es por tener alguna debilidad física o mental, sino porque sus disposiciones innatas chocan con las normas de su sociedad. Margaret Mead