Volver a la “normalidad” de hace un año solo sería prolongar y hacer aún más trágico el desenlace
A más de la crisis social el coronavirus ha desatado el colapso de las economías y la ruptura de los modelos sanitarios que operaban hasta hace 12 meses. El mundo y sus naciones comienzan este 2021 con una aguda quiebra financiera que al igual que los otros estremecimientos van a requerir de medidas urgentes y extraordinarias, por más que subsistan diferentes formas de entender, explicar e intentar solucionar los problemas.
En poco tiempo el coronavirus se ha diseminado por todo el mundo, no solo infectando y enfermando a millones de personas, sino también cobrándose muchas vidas. Numerosos hombres y mujeres de ciencia están de acuerdo en que la amenaza viral para las personas se vincula con nuestra forma de vida. Como el hábitat de los animales salvajes se reduce cada vez más y, por lo tanto, los seres humanos y los animales inevitablemente entran en contacto más estrecho, el virus ha podido propagarse a los primeros con las consecuencias fatales para la salud que experimentamos hoy.
Las cosas no deberán volver a ser como antes y no cabrá el que unos cambien y otros vuelvan a la “normalidad” de antes de la pandemia. Más que necesario es hoy imprescindible un cambio profundo en nuestras formas de vida, esa que nos pueda ofrecer un marco para avanzar en la búsqueda de un nuevo modelo económico y social sustentable y, que al mismo tiempo permita sortear las enormes dificultades para conciliar y hacer más equitativas las relaciones de poder y de propiedad y las conexiones entre ambas. El Estado mismo, como señala Maja Göpel, la economista política e investigadora en temas de sustentabilidad y cofundadora de Scientists for Future [Científicos por el Futuro] (s4f), en su libro «Unsere Welt neu denken: Eine Einladung» (Repensar nuestro mundo).
El libro, que se ha convertido en los últimos meses en un bestseller a nivel mundial, confirma uno de los puntos fuertes de la autora, su talento creativo y su capacidad para explicar relaciones complejas de tal manera que se la puede seguir sin necesidad de contar con grandes conocimientos especializados. Si bien Göpel no toca directamente el tema de la crisis desatada por el coronavirus, que al momento de la publicación se hallaba aún en la fase inicial, la pandemia ha conferido al libro una actualidad y una urgencia adicionales. Göpel reclama un replanteamiento radical y sistémico. Dice que no pondremos a salvo nuestro futuro mediante muchas buenas y prometedoras soluciones individuales de pequeña escala. Por el contrario, sumadas globalmente, estas pueden incluso convertirse en una amenaza, como lo describe cuando explica el progreso tecnológico o la relación entre mercado, Estado y patrimonio público. Debemos, entonces, cuestionar muchas certezas. En lugar de reaccionar rechazando un futuro aciago, sugiere buscar palancas para dar forma de manera proactiva a un futuro deseable.
Para abundar en eso, la autora ilustra las encrucijada del presente y las oportunidades y las nuevas amenazas por venir, con numerosos ejemplos. Esto le permite lograr algo que se necesita con urgencia: llegar tanto a sectores de la sociedad ajenos a la comunidad científica como a los especialistas. Y tal vez generar, así, aceptación para los cambios necesarios. Por supuesto, esto tiene un precio: tiene que simplificar y no puede adentrarse en todos los aspectos de forma diferenciada. Pero ayuda a comprender el grado de «dependencia del camino» de nuestros patrones de pensamiento existentes y de las verdades científicas aparentes, a la vez que presenta alternativas de salida a las crisis múltiples, con el foco puesto en la ambiental y climática.
Lo importante no es renunciar a lo cómodo y a aquello con que nos hemos encariñado, sino la posibilidad de reflexionar sobre lo realmente necesario y lo que satisface. Los parámetros para esto se conocen desde hace mucho tiempo, y Göpel resume algunos en su libro, desde Repensar la relación entre los seres humanos y la naturaleza, El teorema del crecimiento, El progreso tecnológico , La justicia como principio rector , y un por demás interesante capítulo sobre Mercado, Estado y patrimonio público.
Las reseñas del libro, que está por aparecer en español, asegura que su lectura y reflexiones llegarán en buena hora a muchos públicos, sin necesidad -ya se decía-, de ser científicos, politólogos, economistas o avezados lectores. Como para entender de una vez, que no hemos entendido la seriedad del momento que vivimos.
Maja Göpel, es ya un referente necesario en esta hora de avanzar hacía un nuevo modelo de relaciones económicas y políticas, orientadas en el cambio de paradigmas económicos y sustentadas en el tema vital del ambiente y el cambio climático. Avanzar hacia una nueva vida digna y posible o morir sin intentarlo, o peor aún, volver a la desastrosa normalidad en que vivíamos hace apenas 12 meses, lo cual no sería otra cosa que prolongar y hacer aún más trágico el desenlace.
Publicado en “Hidrocálido” 06.01.2021