Sobre quiebras y colapsos.

Sobre quiebras y colapsos

Para don Gus: Un amigo  conversador y conocedor cultísimo que impulsaba y publicaba  a  desconocidos como yo. Nos vemos en la eternidad del misterio, en la estación de los que dudan y piensan, nos vemos en la estación de los tolerantes sin certezas absolutas.  

Hablar de pérdidas, quiebras y colapsos  es difícil y confuso, particularmente cuando difícilmente los sujetos leen lo que critican y cuando lo leen difícilmente  le encuentran sentido a algo, lo que sea del texto. ¿Cuánta gente odia a Marx sin abrir un solo libro del autor? Este odio es una consecuencia del siglo XX; en 1989 el comunismo real colapsaba,  los individuos estaban encantados con las promesas del comercio y los entretenimientos ofertados por el mercado, los individuos habían tenido suficiente de dictaduras que hablaban solamente de colectividad y anti imperialismo. Se suponía un final feliz al terminar la pesadilla, el famoso: 《fin de la historia》.

De esto solía conversar a la distancia con don Gus. La quiebra del marxismo y el supuesto triunfo absoluto del capitalismo, solía conversar con él  precisamente porqué era de los escasos lectores de Marx que conocía a distancia y se interesaba en mis ensayos disparatados de aprendiz. ¿El capitalismo es absoluto después de 1989? ¿Se acabaron los derechos laborales? ¿Se terminó absolutamente  la utopía de una sociedad que garantice: comida, servicios de salud, jubilaciones a todos? ¿Las sociedades comunistas realizaron las ideas de Marx o sólo unos sujetos en su nombre y con su discurso se adueñaron del poder y de la justicia? ¿Se terminó el resentimiento ante la acumulación convulsa de riqueza en las manos de  unos cuantos mientras casi todo el mundo gana menos de 1.90 dólares al día? Muchas de mis preguntas estoy seguro las dialogue con don Gus, muchas otras preguntas quedaron sin dialogar lamentablemente, no tendré más sus iluminados comentarios. 

Marx es de esos autores que propicia que  los intelectuales: le odien. El mismo junto a Engels se pasaron la vida combatiendo batallas ideológicas en libros que durante el devenir de la historia del  siglo XX, llegaron al naufragio. Ni anarquistas, ni comunistas; fue el capitalismo: las rentas, los bancos, la libertad de invertir evadiendo  a cualquier Estado que cobre dinero a las empresas que generan el valor y las mercancías, fueron los bancos los que florecieron. Ni anarquistas, ni comunistas, la ironía es que Marx y Engels  dedican: La ideología alemana ante su fiebre por  la crítica anarquista, ante su severa advertencia: 《cuidado con el dogma de colectivizar en nombre del bien, de la justicia, de una nueva sociedad》. Y es que el dinero se necesita para contar, para medir, para cuantificar ideológicamente el mérito de cada individuo: ¿Quién tiene una propuesta para que el mundo funcione sin dinero? El problema con el capital no es que no cumpla su función, es que la única manera que existe para distribuirlo es generándolo y trasladar su valor a una moneda estable o al oro: ¿Cuántas veces han fracasado dictadores que imprimieron papel moneda a lo absurdo para terminar pidiéndole ayuda a las instituciones que representan a los mercados internacionales? 

A Marx lo han enterrado junto a sus ideas más de cien  veces, pero sus ideas parecen resucitar en el resentimiento de cada desahuciado, de cada cansado, de cada ninguneado que mira al mundo en sus excesos y goznes mientras el observador  sujeto de la  precariedad  solo puede desear lo que el valor de su trabajo nunca le alcanzará a brindar por misteriosas leyes en las que según el mercado: su trabajo vale menos. Su empleo y las prestaciones sociales  que adquirió como empleado nadie las financió o ni existen; el capitalismo es hermoso hasta que descubres que eres de los que sólo tiene mano de obra barata  para vender y posiblemente nunca saldrás de la precariedad;  por esto, en estos tiempos, todos sueñan con ser empresarios dueños del capital, y aunque lo logren,  nunca logran ser dueños de su tiempo de vida. Las patologías mentales aumentan año con año principalmente en las naciones donde existe la salud mental: el primer mundo, dudo que en África se tenga la medición exacta de cuantas personas se han deprimido en la última década; sólo una cifra estimada, ni hablar del tratamiento de las enfermedades mentales en el tercer mundo. 

 Todo cuesta, la frase predilecta de los doctos liberales, lo que no dicen es que todo cuesta tiempo de vida y que nadie quiere estar en lo más bajo de la cadena de los empleos que nadie quiere hacer: un empleado del servicio Estatal de recolección de basura merece ganar quizás más que muchos puestos políticos y burocráticos los cuales su  relevancia es nula y su utilidad absurda. 

Cuando colapsen los intereses colectivos más le vale al mercado tener una respuesta para los millones sin cobertura de salud, ni derecho a la jubilación, el peligro a esto es que si se responde con represión  a los estallidos sociales, el peor costo lo pagarán aquellos que se atrevan a protestar contra un sistema y diversos Estados que controlan cada día mejor a sus poblaciones utilizando la fuerza bruta. El terrorismo sólo genera más violencia, no encuentro un solo caso de un justiciero social  que resolviera los problemas del mundo poniendo bombas y siendo violento. Los problemas del mundo empezando con la pobreza:  cada año se agravan más,  y sí se mitigó algo de la abrumadora  pobreza es porque como dicen los amantes del capitalismo: 《 es gracias  al capitalismo, que la pobreza  extrema esté casi erradicada》, aún existe pobreza aunque el comunismo dejó de existir en 1989, Rusia tiene un modo de producción capitalista, China tiene un modo de producción capitalista. La ideología vencedora culpa de su miseria a todo aquel país que tuvo un conflicto con las reglas del juego  impuestas por  las instituciones que regulan al mundo. El tercer mundo es pobre por no seguir las reglas como el primer mundo, el sujeto precario seguramente es un haragán improductivo para ellos, producir capital  significa enajenar tu tiempo de vida entero, sacrificarte ante el Dios capital con tu mejor esfuerzo. El problema ante la ideología del esfuerzo  es que el mundo del capital no es meritocrático pero: es lo que hay, sería aún más injusto que un tirano a nombre del Estado defina tu porvenir. 

Sólo obedeciendo ciegamente las reglas institucionales, se crea la confianza para atraer capital; el capital requiere certeza, Estados que garanticen reprimiran a cualquiera que quiera romper el orden establecido. Por esto el mercado necesita de Estados fuertes y es una soberana estupidez pensar que el mercado funciona sin un Estado robusto, o el Estado funcione sin una economía eficiente. El Estado y el capital son cómplices. El comunismo fracasó al limitar la libertad del individuo bajo la consigna de un dogma que no servía para salir de pobres, en el momento de declararse enemigo del capitalismo, cualquier Estado colapsaría lógicamente al hacerse: 《enemigo del mercado》. Las  Naciones más acaudaladas tienen Estados tremendamente poderosos, vaya ironía.  ¿Es posible separar al Estado de la economía para Marx? No, todo problema político en el fondo es un problema económico para Marx. Quizás los populistas actuales debieran entender que si los acaudalados controlan el mundo, sólo siguiendo sus reglas se puede sobrevivir. ¿Existe un ejemplo de algún país que tuvo una sociedad robusta y floreciente pero no tuviera comercio ni seguridad interior? 

Me despido entre letras y con un ensayo para mi amigo Don Gus. La partida de los amigos con conversaciones interminables supongo siempre nos dejan más solos y jodidos, aislados, rodeados de conversaciones que ahora sólo terminan en la soledad del papel en blanco.