45 años de Radio UAA y un libro recomendable: Explorando la radio cultural en Aguascalientes45 años de Radio UAA y un libro recomendable
Maravilloso medio de comunicación
Por fin arreglé el radio de mi carro y, en el trayecto de la casa al trabajo, comencé a sintonizar estaciones para escuchar noticieros y música. Tenía mucho tiempo de no acercarme a este maravilloso “medio de comunicación” (así le dicen, aunque siempre me ha parecido inexacto el nombre), tan importante en varios momentos de la historia, desde su creación a finales del siglo XIX. Por varios días, exploré estaciones y su oferta musical, lo hice de manera consciente y procurando conocer la diversidad de opciones.
Debo confesar que, en lo general, no sólo no me gustó lo que escuché, aunque reconozco que en gustos se rompen géneros, sino que también me preocupó, y me dije: “no es posible que existan personas a las que les gusten estas canciones”. Fue algo así como encontrarme agua de mar cristalina llena de basura. Como en parte me dedico a estudiar asuntos educativos y las posibilidades de su mejora, me pregunté: ¿por qué el sistema educativo mexicano no tiene programas para que niñas, niños, adolescentes y jóvenes tengan una formación musical que les permitan evitar música bitonal, con letras simples y temáticas que deben preocuparnos?
Busqué también la programación de Radio UAA, Estéreo Mendel y Radio y Televisión de Aguascalientes (Alternativa 98.1 y Conexión 92.7). Sé muy bien que, por su naturaleza, estas estaciones no tienen la audiencia que se quisiera. También sé que quienes dirigen la radio gubernamental en reiteradas ocasiones han buscado estrategias y contenidos atractivos para incrementar el número de radioescuchas, sin lograrlo.
Todo esto viene a colación porque Radio UAA celebró sus 45 años y porque, a pesar de sus altibajos, se ha mantenido con una opción relevante y digna. De su historia y de la historia de la radio cultural en Aguascalientes, existe una investigación importante que la Universidad Autónoma de Aguascalientes público, con el nombre de Historias al aire. La Radio en Aguascalientes, 1930-1980, del maestro Víctor Manuel Meza de la Cruz. De este libro quiero compartir parte de su contenido y también referirme a su autor, porque su trayectoria es importante.
Víctor Meza: de Cri Cri a Cuauhtémoc Cárdenas
Originario de Guadalajara, Jalisco, Víctor Manuel Meza de la Cruz es un hombre comprometido y apasionado con su trabajo en la radio desde 1989. Según nos cuenta, desde pequeño le gustaba escuchar las transmisiones de la XEW de su tierra natal y la XELG de León, Guanajuato. Creció escuchando las radionovelas clásicas de la W y las series producidas por Rafael Cutberto Navarro, entre ellas Kalimán, “el hombre increíble”, la más famosa. Tampoco se podía perder los capítulos de Marcelino, pan y vino, en su versión radiofónica; aunque lo que más le gustaba eran los cuentos de Cri- Cri. Con aquellos cuentos musicalizados y todo aquel ambiente de la llamada época romántica de la Radio, hicieron que la imaginación de Víctor volara y le permitieran llegar a ser un joven inquieto y creativo.
En sus visitas a Aguascalientes, descubrió a Radio Casa de la Cultura, con la que su abuelo se deleitaba escuchando música clásica y folclórica, jazz y blues. A Víctor le llamó la atención “la voz misteriosamente elegante” de José Dávila, un hombre que marcaría con su trabajo y su carisma toda una época en la historia contemporánea de la radio cultural en la entidad. Ya radicado en la capital de Aguascalientes, en los años ochenta Víctor descubrió XEUVA, que en aquel entonces programaba música internacional “moderna” y que funcionó bien por algunos años. El pop y el rock parecían ser sus preferencias.
Cursando el bachillerato, Víctor se inició en las artes escénicas y conoció a David García, su maestro de Comunicación, a quien le debe no sólo sus primeras prácticas de radio y haber elegido estudiar Medios Masivos de Comunicación en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, sino también haber conocido el estudio de José Dávila, ese hombre emblemático y extraño del que mucho se escuchaba y pocos conocían.
Durante sus estudios universitarios, mientras algunos de sus compañeros exploraban en la diversidad de los medios de comunicación, Víctor profundizaba y hacía innovaciones en un pequeño cuarto de sonido, como operador de audio en XEUAA, o salía a la calle a pescar novedades para varios programas radiofónicos. Así se fue forjando hasta llegar a ser un buen locutor, operador y productor. En su cabina de transmisión han pasado músicos, poetas, funcionarios públicos, políticos, candidatos a cargos locales y hasta candidatos a la presidencia de la República, como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y ha registrado cientos de casetes y otro tanto de cintas de entrevistas y programas realizados en Radio UAA. Además, recuperó de la basura, literalmente, documentos, revistas, guiones, fotografías, en fin, todo lo que tuviera que ver con la radiodifusión en la entidad.
Así, con una caja llena de documentos y una idea fija, llegó a la Unidad de Historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas, para estudiar una maestría. Fue aceptado y años después se tituló con una historia de la radio, cuyo producto fue un documento que, con ciertas modificaciones, se convirtió este libro que comento.
Involucrado en el mundo de las artes y la academia, Víctor Manuel ha visto la actividad radiofónica con una perspectiva cultural y pedagógica, por lo que no son casualidades sus vínculos con el teatro popular, la recopilación de tradiciones orales populares, los proyectos de educación comunitaria en la región, la difusión de música de calidad para jóvenes y la realización de programas de rescate histórico. En todo ello hay creatividad, pasión, profesionalismo y una actitud solidaria para con sus colegas y su auditorio. Él es de los que siguen creyendo que los medios de comunicación son extraordinarios canales al servicio de una sociedad en la que se dignifique a las personas con contenidos inteligentes y dignos.
En la radio, dicen los especialistas, hay que trabajar para el oído humano, es decir, construir y transmitir textos directos y claros que, al ser percibidos acústicamente, puedan ser decodificados con facilidad por el receptor. En este sentido, para Víctor la radio es un medio que busca formar opinión y maneras particulares de pensar y percibir la realidad. Finalmente, los contenidos radiofónicos son registrados por la audiencia en la llamada memoria a corto plazo, pero que desde un programa de mensajes permanentes puede formar o reforzar maneras de pensar colectivas y con fines específicos a beneficio de una causa, positiva o no.
Desde esta visión crítica, Víctor Manuel también ha dado clases, escrito artículos, asesorado a estudiantes en la elaboración de sus tesis y colaborado en elaboración de documentales. El libro nos da a conocer que la radio en México y en Aguascalientes fue a mediados del siglo XX un extraordinario medio de difusión masivo que llegaba al radioescucha casi de manera personal y cercana sin importar las diferencias sociales y la diversidad de creencias. Bien lo dijo Marshall McLuhan, “la radio afecta a la gente de una forma muy íntima, de tú a tú, y ofrece todo un mundo de comunicación silenciosa entre el escritor-locutor y el oyente».
Del oído al cerebro y al corazón
La radio es parte informativa, formativa y también recreativa, pues vinculados al sonido y a las palabras, la imaginación de quienes la escuchamos se agudiza al recibir música y escuchar historias. Allí se genera una comunicación en la que, a partir de una imagen auditiva, podemos “ver”, como si viéramos el mar por el sonido que hacen las olas. Escuchamos e imaginamos, luego vemos y sentimos, ¿nos llega al corazón? Es verdad, entonces, que la radio es un medio ciego a la vez que un mundo a todo color. Seguramente por esto el autor de este libro se aferró profesional y amorosamente a él.
Otra aportación del libro es que nos señala la manera en que la radio se convirtió, gracias a su poder expansivo, en un instrumento político y de propaganda a favor de ciertos grupos y gobiernos. La radio, desde su creación, se vinculó al poder y se utilizó para crear opinión; tiene un carácter cultural, pero también sociopolítico. Esa función de la radio en México y en Aguascalientes también resultó de interés, por lo que su investigación exploró la urdimbre del poder y el lugar que ocupaba la radio en la confrontación de intereses políticos y económicos.
El libro nos muestra en un apartado breve el origen y desarrollo de la radio a finales del siglo XIX y principio del XX, destacando las primeras experiencias de este medio en México, con sus protagonistas y proyectos, para luego comentar los cimientos de la radiodifusión en Aguascalientes, con su tendencia a comercializar, informar, entretener y hacer política. Y es precisamente por estos intereses de lucro y de poder como su autor señala la marginación del carácter cultural y formativo de la radio. La banalidad que campea en los medios de comunicación -y que yo he palpado en el radio de mi carro cuando voy al trabajo y regreso a casa- es una línea que tendrá que ser estudiada en otra ocasión por él y otros profesionales.
En el tema de la política, el libro analiza, por ejemplo, la manera en que el Partido Nacional Revolucionario (ahora PRI) en el estado en los años treinta vio en la radio un medio extraordinario para cumplir con el propósito de unificar fuerzas políticas dispersas, dispersión que era una secuela de los momentos anárquicos y violentos posrevolucionarios y cómo un gobernador Rafael Quevedo Morán, con fines de control, creó su propia emisora.
En 1920 los dueños de los periódicos, que habían desdeñado el poder de la radio, siguieron trabajando despreocupados, pues les pareció un artefacto poco peligroso para sus negocios. Estaban muy equivocados. La prensa dejó de ser una “industria flamante” y, por los efectos de la crisis internacional, las ganancias y su poder de penetración se vinieron abajo.
Víctor Manuel investiga también el origen y los factores que estuvieron asociados al desarrollo de la radio comercial en Aguascalientes, establecida en la segunda mitad de la década de los treinta. El nombre de Pedro Rivas es clave, como impulsor de nuevas emisoras. Su influencia trastocó el mundo de la radio en el estado y trascendió a otros, en un remolino de innovación tecnológica, ímpetu comercial e iniciativas recreativas y musicales. Fue en estas emisoras comerciales donde se dio cabida al atractivo mundo del Teatro Estudio, que convocaban y ofrecían oportunidades de éxito y fama a los artistas aficionados.
Más tarde, lo documenta el libro, apareció XENM Radio Casa de la Cultura que, a falta de presupuesto, aprovechaba y reciclaba las grabaciones regaladas por embajadas de distintos países, las cuales contenían programas culturales y música que rara vez se escuchaba en Aguascalientes. El autor nos comparte también su malestar cuando narra el declive de este proyecto al convertirse la estación en la voz gubernamental del estado.
En este libro podemos conocer, además, otra experiencia radiofónica singular y no comercial. La estación establecida por una orden religiosa (Agustinos), XHMR Estéreo Mendel, la cual sigue operando desde la segunda mitad de los años setenta en frecuencia modulada y emite una programación musical interrumpida por pequeñas sentencias religiosas, principalmente de San Agustín, con el propósito de generar una reflexión moral entre los radioescuchas. Al igual que la mayoría de las estaciones permisionarias en el país, Estéreo Mendel lucha por sobrevivir, pero sigue siendo una alternativa importante para un grupo significativo de personas en la entidad.
Radio UAA, una alternativa perfectible
Víctor Manuel pone atención especial en la radio universitaria, reivindicándola como la única estación que presenta una programación ajena a intereses comerciales y políticos que tienen otras estaciones, sin negar que falta un análisis más detallado de una presunta neutralidad, pues, por ejemplo, en aras de propiciar la crítica y favorecer la democracia en épocas electorales, la balanza en ocasiones tiende a dejar su equilibrio.
Con todo, es una alternativa que existe en la entidad para abrir puertas y encender micrófonos al debate sobre asuntos de relevancia social y para ofrecer al público exigente un espectro musical que casi no se escucha en la radio comercial. En cierta medida, cumple con su propósito de generar opinión crítica y favorecer una alternativa cultural en la que el desarrollo de la sensibilidad y el pensamiento creativo de los radioescuchas es una prioridad. Desde luego, no niego lo que estos últimos años están haciendo algunas estaciones comerciales, incluso, en cuestión de debates, muy superior a la universitaria.
Radio UAA también es un medio de expresión para las y los estudiantes, aunque faltaría un análisis autocrítico para que se eviten charlas banales que sólo a los jóvenes responsables de su programa les interesa, bajo el supuesto de que esa informalidad resulta atractiva para quienes los escuchamos. La dirección de la estación y un comité de asesoría tendrían que ser más exigentes con las personas que tienen la responsabilidad de conducir un programa. Radio UAA ya no está para improvisaciones, ni mucho menos para el parloteo.
Pero volviendo al libro. Éste está elaborado con fuentes ricas y diversas, desde la consulta y análisis documental tradicional hasta documentos auditivos, fotográficos y videos sobre la radio. Su autor también usó la historia oral, como un medio extraordinario para reconstruir ese pasado vivo que sigue interactuando en el presente.
Durante la celebración de los 45 años, la estación estuvo reproduciendo algunas entrevistas que Víctor Meza realizó durante su investigación. En la lista están los nombres de rectores, directores y personas cercanas a la radiodifusora: Emilio Bolaños Guerra, Patricia Cervantes López, José Dávila Rodríguez, David García Carrillo, José Reynoso Martínez, Sergio Rodríguez Prieto, Pedro Rivas Cuéllar, Humberto Martínez de León y, entre otros, Alfonso Pérez Romo.
Colofón
Víctor Manuel ha escrito una historia de la radio, pero sigue trabajando para contarnos otras. Sabe que en el abanico de estaciones y en el mundo radiofónico se expresa lo que la sociedad tiene y carece y lo que a la gente le preocupa y le apasiona. Del poder que tiene este medio es posible vislumbrar la confrontación de ideas e intereses, a la vez que se observan las iniciativas de muchos por convertir el medio en un instrumento abierto y liberador, que cuestione el status quo y propicie la imaginación y el arribo a mejores mundos posibles. Y en este medio tan versátil, también encontremos alternativas musicales y recreativas que pueden ser más interesantes y seductoras para una audiencia cada vez más grande y exigente.
Por último, este texto se escribe recordando a tres personas que ya no están entre nosotros y que fueron importantes y muy queridas no sólo entre el personal de Radio UAA, sino también en varios grupos que, como ellas, creyeron y creen que la radio es un vínculo que puede poseer la magia de hermanar y ofrecer oportunidades que enaltecen y también que estimulan sensaciones positivas y gozosas en las personas que la escuchan.
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- Parte importante de este texto pertenece al prólogo del libro, escrito por SCS.
- Las fotos fueron proporcionadas por el autor del libro.
- Salvador Camacho Sandoval es profesor – investigador de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. camacho_sal@yahoo.com.mx