87.5 por ciento del territorio potosino padece la falta de agua
En el día mundial del agua, crisis en el suministro
Sigue presente y agudizándose la escasez del agua no solo en la capital potosina, también en el estado y porque no precisarlo, en la región, el caso Monterrey es un claro ejemplo.
Esta sequía amenaza agravar las dificultades del abastecimiento urbano pero también con afectar seriamente la agricultura y la ganadería de la región.
Sólo siete de los 58 municipios potosinos escaparon de la sequía al cierre de marzo pasado, reportó la Comisión Nacional del Agua (CNA). El 87.5% de la superficie estatal sufre algún tipo de estiaje, según la dependencia.
34 de los municipios potosinos presentan condiciones de clima seco. Entre ellos, está el de la capital. Los 17 restantes, que se concentran en la Zona Media, padecen condiciones de sequía severa, entre ellos están Rioverde Salinas y Villa de Reyes.
Apenas estamos entrando al periodo de estiaje en la entidad y el problema está afectando a la capital de manera crítica, como lo confirman cinco regidores, que convocan al presidente municipal, de extracción priista, para informar a la ciudadanía acerca de las acciones que se tomarán a efecto de solucionar de manera pronta y efectiva esa grave situación.
Se requieren soluciones de corto, mediano y largo plazo, pues ya hay problemas causados por la sequía, presas casi vacías, pozos contaminados con flúor, equipos dañados y más del 50 por ciento del agua se pierde a través de fugas.
Funcionarios encargados del suministro del vital líquido proponen, por lo pronto, medidas paliativas a mediano plazo, como ¨inversiones importantes en materia de equipos para la estabilización del agua y el retiro de los contaminantes, porque lo que impacta a nivel de lo extraído es el hecho de que el agua se tiene que filtrar.”
Agregan que “se tiene que pensar en una solución para volver a utilizar el agua de los pozos de la región, y con ello meter el caudal que falta».
En resumen, sobreexplotar el agua subterránea, que no tiene ya los niveles necesarios para proveer el agua a las próximas generaciones debido a que las recargas provenientes del agua superficial y de lluvia son cada día más escasas, son producto del mal manejo y eficiencia en la captación.
El agua un bien vital, un derecho humano, y por esto con un valor de uso imprescindible, ahora con las políticas neoliberales está convertido en una mercancía de cambio, cada vez más escasa y por lo tanto, más cara conforme pasa el tiempo.
El mercantilismo acuífero se vino a agudizar debido a que volvió a fracturarse el ducto de la presa el Realito, a la altura del municipio de Tierra Nueva, así lo informó la Comisión Estatal del Agua (CEA), es decir, en lo que va del año, “El Realito” vuelve a fallar, producto del bajo grosor de los tubos y de malos cálculos en la mecánica de suelos, dejado a los potosinos sin agua.
La cortina de la presa El Realito construida y administrada por Aqualia, empresa privada, cuya filial AQUOS El Realito, S. A. de C.V., inaugurada por Felipe Calderón en el 2012, se encuentra ubicada sobre el río Santa María, a unos 500 metros aguas arriba de la comunidad de Mineral El Realito, municipio de San Luis de la Paz, Guanajuato.
El agua se conduce a un tanque de aguas claras, a partir del cual es enviada a la zona metropolitana de San Luis Potosí, previa aplicación de cloro en el canal.
Según estudios de ingenieros de la Universidad son mil 800 metros de tubería los más dañados, pero no los únicos que han presentado fugas, pues si se realiza un mapeo de los 38 que ha habido se encontrará que han ocurrido a lo largo de 40 kilómetros, desde la estación de bombeo antes de Tierranueva hasta el puente Enramadas, cerca del crucero de Lourdes.
La empresa operadora del Acueducto, propone reponer los mil 800 metros, pero señalan los estudiosos que la estrategia de éstos es ganar tiempo, sustituir la tubería más dañada o defectuosa y en el resto de los kilómetros mal construidos espera a que se presenten fugas para repararlas.
Esta situación de desperfectos que ya es permanente desde que se construyó el sistema, viene a complicar la petición, que el gobierno de Nuevo León reclama, sobre el aprovechamiento de las aguas del Río Pánuco a su paso por la Huasteca potosina, para llevarla a la zona metropolitana de Monterrey, a través del proyecto Monterrey VI.
Los cortes de agua por la escasez en las presas de Nuevo León llegaron a esa entidad de manera oficial este 22 de marzo, en el Día Mundial del Agua, pero los pobladores empezaron a enfrentar problemas desde días y semanas atrás.
Félix Díaz, delegado de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), aseveró que la decisión definitiva sobre el aprovechamiento o no de las aguas del Río Panuco para canalizarlas a Monterrey se tomará en las oficinas centrales de la Conagua.
El tema es complejo, ya que luego de que la ciudad de Monterrey accedió a un título de asignación de estas aguas por 473 millones de metros cúbicos en el año 2011 —mismo que fue renovado en 2014— éste no se ha hecho efectivo y normalmente los títulos dejan de estar vigentes cada dos años, situación que se está analizando por parte de la CONAGUA y del gobierno potosino.
San Luis, como ya lo han reconocido las autoridades del estado, no está exento del problema de abastecimiento y enfrenta una situación complicada de agua en varios sectores, en el uso doméstico en la capital y agropecuario en La Huasteca.
Esta problemática que se da en los dos estados tiene un origen común de fondo que radica en la comercialización y privatización del agua. Las autoridades del estado han venido exigiendo que la empresa privada Aqualia, empresa que opera el proyecto del acueducto, se responsabilice y resuelva eficazmente y a fondo los constantes problemas relacionados con el acueducto, luego de que esta fallara por octava vez en tan solo tres meses.
Hasta el momento las diversas autoridades estatales no han propuesto una revisión crítica y viable no solo a los problemas sociales y ambientales que genera una mala gestión y administración del recurso hídrico para las poblaciones, sino tampoco han puesto el ojo en la forma de llevar a cabo una gestión sustentable de las reservas acuíferas de la región.
San Luis presenta varias deficiencias, desde décadas pasadas, no solo en el suministro, distribución, costo calidad y accesibilidad, del vital líquido, también enfrenta la contaminación por los niveles altos de explotación del sistema acuífero del valle, producto del crecimiento industrial desordenado centrado en la capital, que parece no observar los impactos que dicho crecimiento genera en el acuífero, flexibilizando las regulaciones ambientales.
De la misma manera que Nuevo León que vive una crisis hídrica en la zona metropolitana de la capital, en la capital de San Luis Potosí existen concesiones de pozos a particulares, deportivos y empresas urbanizadoras que no están conectados a la red de Servicios de Agua y Drenaje por lo que no pagan el consumo que realizan, usufructuándolo con fines de lucro.