Mi última oración a un Dios antropomorfo
Esta es mi última oración para ti que afirmas ser el único Dios de los hombres.
Tú que dices ser el camino, la verdad y la vida, tú que prometes salvarnos del infierno, ¡Sálvanos de tu creación el hombre que destruye todo lo que toca! Tú qué tienes el poder inmenso para crear el universo, ¿por qué dices parecerte a un patético hombre? ¿Qué tenemos de especial y noble los bípedos con alma, que tú juras amarnos y ser semejante a nosotros? ¿Nuestra conciencia podrida merece ser eterna por dominar a las demás especies, por suponer que el resto de lo que creaste está para nuestro consumo? Nosotros los humanos, los herederos de la guerra fría, los que supimos de los campos de concentración y volvimos a olvidar el significado del sufrimiento. ¿Estás hecho a imagen y semejanza de un nazi, de un bolchevique, de un Talibán, de un bombardero nuclear norteamericano? Si el hombre está hecho a tu imagen y semejanza, si tu creación es naturaleza, si tu creación es esta bestia, si de lo que creas no se puede extirpar la violencia, ¿que pensabas cuando nos creaste? En un error, en gastar una mala broma, o, ¿solo tienes un mal sueño del que aún no puedes despertar?
Dios del amor, ¿por qué la paz se mantiene teniendo un arsenal repleto de armas nucleares por si la lógica y las palabras fallan?
Dios del perdón, ¿por qué hay seres imposibles de perdonar como tú enemigo satán?
Dios del gozo eterno, ¿por qué inventaste el sufrimiento y después decidiste morir por el hombre que te hizo sufrir?
Dios de la fe, ¿por qué gritaste en la cruz que te habían abandonado? Espero no me envíes al infierno por gritar lo mismo al cielo.
Dios claro que no se lo que hago, ni lo que quiero, y a los que hablan en tu nombre les encanta condenar a todos suponiendo tienen indulgencias en el cielo; acaso Dios , ¿eres tú el lobo del hombre? ¿Creaste a un animal bípedo e inteligente que es capaz de aniquilar el planeta entero? Dios no debe tener forma humana, ni pensamientos semejantes a los nuestros, ¿quien puede afirmar que un hombre es semejante a un Dios después del siglo XX?
Un ser todopoderoso y justo no necesitaría de un más allá para justificar las miserias del más acá, la única explicación posible para entender lo que le pasa a la humanidad es que el diablo exista para culparlo por las fallas de diseño de Dios.
¿Acaso no nos parecemos más a los simios que a los grandes héroes? ¿Somos el único animal con derechos según la carta de derechos universales del hombre? O quizás, somos el bípedo más letal y destructivo, una especie vanidosa que supone ella misma puede crear un paraíso en la tierra, acaso Dios no es una proyección del hombre, la suma de todos sus miedos, la búsqueda de los padres que se lleva la muerte, el anhelo de lo imposible que es tener a dónde ir después de morirse, la absurda vanidad de suponerse humano demasiado humano y superior al resto de los objetos, la humanidad es mucho más inmunda que cualquier otra especie, mucho más vergonzante, somos una herida para el universo.
Dios de forma humana que afirmas estar en los cielos, nos hiciste de una naturaleza ajena a tus valores, dices venimos al mundo a sufrir y a dañar a otros, a pedirte perdón por lo que te hicieron los fariseos que pidieron te asesinaran de la forma más brutal posible.
Dios de forma humana, nadie se salva de sufrir su crucifixión subjetiva y personal, los azotes de la duda, la miseria de lo que nos rodea, la humanidad y su eterna concupiscencia, el terror a morirse respirando la nada, asfixiarse de soledad, tener solamente fe en lugar de certezas, esperanzas que prolongan el tormento, aspirar a paraísos por conocer el infierno de la existencia.
Dios de forma humana, si tus representantes son los que juran hacer el bien a los demás en tu nombre, ¿por qué siempre condenan a los que no piensan como ellos? ¿por qué la violencia y la decadencia hacen más ruido que las millones de acciones buenas? La paz es un periodo entre guerras en esta desigual existencia.
Los héroes deberían ser los que construyen un lugar mejor, el mundo desde hace siglos es un orbe inhóspito repleto de sufrimientos. Dios parece se hartó de nosotros y se fue a buscar otra especie, a otra galaxia, en el infinito universo para jugar a los humanos y mirar indiferentemente – como un niño –, a sus juguetes que se destruyen por su violento juego.