¿Derrumbe inminente?

¿Derrumbe inminente?

Crisis ecológico-energética, crisis económico-social. serían de acuerdo a las ideas surgidas a principios del Siglo XX, distintas manifestaciones de las mismas fuerzas estructurales. La primera originada con amplitud por una industrialización rampante que ha desbordado la capacidad de la Tierra para amortiguar y contener la desestabilización ecológica. La segunda derivada de la forma de imperialismo conocida como “globalización”, con efectos desintegradores en las sociedades que encuentra a su paso.

Los signos son inconfundibles hoy, por más que al parecer hayamos superado la fase aguda de la peste. Nos inventamos la certeza de que todo se va a superar y que el “schok” solo ha sido temporal, pero los efectos estructurales siguen aquí; la salud de la población ha decaído aún más y las secuelas del covid apenas se comienzan a descubrir, hay crisis económica severa para los más, las desigualdades se acentúan y más allá de los anuncios de la recuperación, el mundo es hoy más que nunca inequitativo e injusto.

Las contradicciones están profundamente interrelacionadas. El escenario mundial es de derrumbe inminente. De inmediato la comunidad internacional debe asumir un cambio radical desde la perspectiva cercana de un cambio climático y una crisis energética súper-catastrófica. Imparable. Dar pasos en la discusión de un programa político coherente con este horizonte tenebroso.

Para ello, lo han repetido los expertos, se debe reducir al máximo el antropocentrismo y la egolatría cupular de las reducidas élites de la sociedad mundial, egolatría causada por el fatal capitalismo de dispendio que ha desdeñado sistemáticamente las leyes de la entropía.

Es así. Las previsiones del tiempo son de mayores tormentas, mientras las potencias no cedan en sus planes hegemónicos y los gobierno locales no logren conducir el crecimiento por caminos que pongan alguna corrección a la aniquilarte concentración de la riqueza que amenaza devorar a todos.

 

Un futuro digno de vivirse

No se vale prejuzgar ni caer en la estúpida negación del inminente peligro que se cierne sobre la vida y el planeta. El sistema actual es profundamente insustentable y debe ser cambiado de manera fundamental, y mejor aun, reemplazado, si ha de existir un futuro digno de vivirse. La orientación de una economía que a nivel global está dominada por los beneficios en pocas manos, el crecimiento depredador del equilibrio de la naturaleza, el dispendio y la lucha hegemónica, nos llevan al desastre.

Se deben crear un nuevo modelo, hoy y no mañana. Las condiciones para conjurar de manera efectiva y en beneficio para el mundo y la humanidad entera aún están a nuestro alcance. No hacerlo implica el peligro inminente del derrumbe global de las fuerzas productivas en un contexto de escasez aguda, lo que podría encontrarse en una potencial división entre los sectores de la sociedad aptos para asegurar su sobrevivencia por sus propios medios y aquellos sectores remanentes que sólo podrían obtenerlo, ya de forma pacífica o violenta arrebatándolo a los primeros.

Es inaplazable cuidar el presente y trabajar el futuro, y solo hay dos versiones: La primera apunta a que el futuro no existe porque aún no hemos tomado las decisiones que nos van a llevar a él, y la segunda, que puede estar ya definida porque no podemos obviar las leyes de la física, las de la economía, las de la sustentabilidad del planeta y las ciudades, todas esas leyes que determinan el desarrollo de las sociedades.

Una vez más hay que dejarlo claro. Es ahora o nunca la toma de decisiones de consenso que trasciendan a élites económicas y a los grupos formales y fácticos de interés económico y político. O el interés general sobre la ferocidad de la acumulación o un escenario más pronunciado de deterioro de las condiciones en donde puedan darse un avance social y acuerdos democráticos reales.

El suicidio, un “hecho social”.

Estudiosos del tema, consideran que el suicidio en Aguascalientes responde en mayor medida a una problemática social vinculada de forma cercana a las condiciones adversas de integración social de ciertos sectores con poco margen de movilidad y ascenso social. La distribución espacial de esta problemática, enfatizan, tiende a concentrarse en áreas de media y baja marginación, en su mayoría.

Vivimos, aquí y ahora en un medio social depredador, abusivo e injusto donde se fomenta por encima de todo la competencia, el individualismo y la pasión por el dinero

Durkheim no duda de que el suicidio implique una decisión individual; no obstante, concibe que la tasa de suicidios (cociente entre la cantidad de suicidios y la cantidad de población) es un «hecho social» que no puede ser explicado mediante la apelación a factores individuales.

Los viejos vínculos solidarios que caracterizaban a Aguascalientes se han vuelto trizas y saltan por los aires. Algo en serio debería hacerse. No se ve por donde.

Armando Alonso de Alba

Poeta y periodista hidrocálido.

Armando Alonso de Alba

Poeta y periodista hidrocálido.

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