¿Dónde andaba Cristo esta Navidad?

¿Dónde andaba Cristo esta Navidad?

(NAVIDAD EN PALACIO NACIONAL.- El equipo de asesores de AMLO, Ramírez, Epigmeo, El Fisgón, Pedro Miguel, decidieron pasar para el 28 la celebración de navidad, el Kkash protestó pero lo convencieron pronto: 1° Tenemos otros datos, le dijeron, 2° en la 4T todo llega retrasado si es que llega y 3° como es el día de los Inocentes, ningún adversario reclamará.)

Sospecho que así como en México desaparecen hasta los desaparecidos, debe haber una campaña sistemática, organizada y, desde luego bien pagada y soportada para desaparecer a Jesucristo niño de las celebraciones navideñas, aunque su origen, su razón de ser y su verdadero valor es la navidad del señor, el nacimiento del Niño Dios, pues.

Desde hace algunos años, empecé a notar sospechosamente una cierta transformación en los mensajes de Navidad, en un principio pensé que solamente se trataba de alguna de esas gringaderas a las que somos tan afectos los mexicanos, y luego nos quejamos de las invasiones, de las conquistas, y de los conquistadores que tan mal dejan a nuestros pueblos originarios, por cierto, han notada de un tiempo a esta parte como proliferan los pelos (¿y las pelas?) rubios y pelirrojos entre nuestros connacionales y connacionalas, así como ha ido mutando el sombrero y transformándose en cachucha, ora el prototipo mexicano es prieto pero rubio, con calzones bermudas y con cachucha pa’l frente o de reversa. La transformación empezó en las tarjetas de navidad (un adminículo casi extinto), en vez de “Feliz Navidad” apareció el mensaje “Felices Fiestas”, obviamente traducción libre del “Happy hollydays” de los güeros pelos de elote de allende el Bravo.

Muchas expresiones curiosas que proliferan en México se deben a las malas traducciones de los doblajes de las series de televisión americanas, y otras producto de esa costumbre tan mexicana de temer llamar a las cosas por su nombre, alimentada con ridiculeces que hacen pasar por derechos humanos. ¿Cómo le vas a decir viejo a un viejo?, ¿y entonces cómo hay que decirle?, pues persona de la tercera edad, ¿y que quiere decir eso de “la tercera edad”?, pues viejo, ah, ya entendí. Y no se te vaya a ocurrir llamar gorda a una gorda, ni flaco a un flaco, ni negro a un negro, ni prieto a un prieto, ni te vayas a confundir en alguna de las denominaciones de la taxonomía de las variantes de la sexualidad elegida.

Pero no, la cuestión no es sólo la traducción de una infeliz expresión sino la intención perversa de suprimir el nombre de la Navidad, por su expresa connotación al nacimiento de Jesús Cristo.

De un tiempo a esta parte resulta curioso también una tendencia a no hablar de las fechas con la siglas A.C. o D.C. , sino a referirse designándolas como antes o después de la Era Común, como naturalmente los mexicas somos noveleros y malinchistas, así como Moctecuzoma y Malintzin se alborotaron con Cortés, cada quien por su lado, todo es que algún “intelecual” lo escuche para que lo pesque y lo haga suyo y los tengamos, a la menor provocación, hablando de la Era Común. La explicación bastante boba por cierto, es que el pobre monje Dioniso el Exiguo, equivocó las cuentas, no como en los Bandidos de Río Frío, (invitación a leerlo), sino que cómo parece haberse demostrado, aunque por cierto muchos dudan de la existencia histórica de Jesucristo, el nacimiento tuvo que haber tenido lugar algunos años antes del año que ahora se señala como el natal. Basta un detalle, Herodes Antipas, murió algo así como cuatro años antes del año uno, por lo tanto la persecución de los infantes tuvo lugar antes del año uno. Algunos astrónomos piensan que la estrella milagrosa fue en realidad el cometa Halley que debió haber cruzado el cielo de Judea 746 U.C. ( o sea 746 años Urbes Condita, 746 años antes de la fundación de Roma) el nacimiento de Cristo lo fijó Dioniso en el año 753 U.C..

Estos ingeniosos calendólogos sostienen que si Cristo en realidad no nació el año uno, entonces la era cristiana debe empezar el año siete, y la que usamos llamarse Era Común. Pero bueno, ésto deveras es buscarle chiches a las hormigas. Simplemente preguntemos ¿que dio a lugar a la era común?, pues la creencia en la fecha de nacimiento de Cristo, entonces sigámosle llamando era cristiana. ¡Pero cómo! Si de lo que se trata es de borrar a Cristo, hasta del calendario.

La Navidad actual es tan diferente a la que yo recuerdo, y conste que no digo que fuera mejor, era diferente. El monumento principal en la Plaza de Armas no era un anuncio de Coca-Cola, sino un pesebre con un “misterio” clásico y los adornos: farolillos, piñatas, heno, musgo, y elementos que recordaban no al bofo, gordinflón, ridículo y abominable hombre de las nieves, sino a los peregrinos, a los pastores, a los borregos y animales domésticos que seguramente rodearon el pesebre. Y luego, apenas unos días después el milagro de los Reyes Magos, el Caballo, el Camello (dicen que es dromedario, para mí era camello y sigue siendo camello) y el Elefante, ni nieve, ni renos, ni trineos, ni cosas raras ajenas a la tradición mexicana y a la doctrina cristiana,

En estos días pasados me impresionó la desesperación de la gente por salir, por curiosear, por comprar, por disfrazarse de pino, de renos, de Santa Claus, patéticas expresiones de malinchismo cocacolero, fotografiándose para guardar el recuerdo de una Navidad que alude a todo menos a la Navidad.

El punto no es solamente lo anecdótico, sino que sin pensarlo nos adherimos a una campaña intencional para arrebatarnos lo que nos une como mexicanos, las tradiciones, las creencias, la idiosincrasias, pero ¿adónde va Vicente?…

(LA PARTE DE LAS AUTORIDADES.- El gobierno (los gobiernos) parecen estar más enfocados a la promoción de espectáculos que a la difusión de una cultura nacional y, desde luego, de una cultura regional. La patria y la matria deberían fortalecerse como responsabilidad primordial de los gobernante. El catecismo de Alfonso Reyes o los valores plasmados en la cultura nacionalista que tuvo como cuna a Aguascalientes, serían herramientas idóneas para fortalecer un pensamiento unificador, que, me parece será indispensable para enfrentar el complicado futuro que se nos avizora.)

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Jesús Eduardo Martín Jáuregui

Abogado, maestro universitario, taurino en retiro, lector compulsivo y escribidor catártico. Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, Notario Público 19 en Aguascalientes México, Ex-presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Ags., Integrante del Comité Técnico del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, maestro de Derecho Romano y de Hermenéutica Jurídica en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, miembro fundador de la Academia Mexicana de Derecho Notarial, miembro correspondiente del Seminario de Cultura Mexicana.

Jesús Eduardo Martín Jáuregui

Abogado, maestro universitario, taurino en retiro, lector compulsivo y escribidor catártico. Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, Notario Público 19 en Aguascalientes México, Ex-presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Ags., Integrante del Comité Técnico del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, maestro de Derecho Romano y de Hermenéutica Jurídica en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, miembro fundador de la Academia Mexicana de Derecho Notarial, miembro correspondiente del Seminario de Cultura Mexicana.

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