EL “CHOU” DEBE CONTINUAR

EL “CHOU” DEBE CONTINUAR

La Señora Presidenta fue una farsa que representada por Gonzalo Vega tuvo mucho éxito, tanto que siguió representándola hasta poco antes de morir, los mexicanos somos amantes del guateque, de mitote y del argüende y tenemos una proclividad para postrarnos ante lo que consideramos autoridad, para bien o para mal. Ayer tomó posesión la Sra. Claudia Sheinbaum Pardo como presidente de la república y como ella insiste en que se le llame presidenta como “gobernadora o bombera” (sic) olvidando que el sufijo “ente” se aplica a cualquier género v.gr. remitente, asistente, sustentante, no pude evitar que  viniera a la memoria Gonzalo Vega y su “presidenta”: ambas farsas al fin. 

López Obrador es un histrión dotado, que duda cabe, de cierta gracia y simpatía (a algunos hasta le parece carisma, lo que yo creo hiperbólico), de la cual carece su sucesora, por más esfuerzos que realiza para parecer sangre liviana, Podría pasar por estudiosa, por matada, por acuciosa, no por simpática y menos tratar de ser graciosa. La toma de posesión de la presidenta contó con todos los elementos escenográficos y coreográficos de la toma de posesión de su antecesor, sin faltar, por supuesto, el numerito fantasioso de la entrega del “bastón de mando” símbolo que no simboliza nada, de los rescoldos de algunas etnias, muchas de las cuales no tienen nada en común, ni la lengua, ni la historia, ni las tradiciones y lo único que las unifica es pertenecer a un país: México, hermanado por un lenguaje, por una religión mayoritaria, por una mitología histórica compartida incluida la Independencia y la Revolución y una cultura chauvinista que sin embargo nos hace reconocernos. La presunta “limpia” resulta más anacrónica y grotesca que si se hubiera escenificado un te deum en la catedral. El apotegma romano “pan y circo” reducido a su mínima expresión “circo y circo”.

Sus cien puntos que son una especie de columna vertebral de su gobierno, planteados casi como números clausos. “Si se me olvida algo, ai me lo recuerdan” dijo en un dejo “chistoso”, son como dijo Roger Bartra de los 100 de Lopez Obrador, unos cuantos relevantes, pocos importantes, la mayoría intrascendentes. Para muestra un botón: “taparemos los baches de las carreteras nacionales” quizás le faltó agregar barreremos y trapearemos diariamente la residencia de la presidente de la república, antiguamente museo de sitio del Palacio Nacional. Así como el saliente, la entrante (que no la entranta) quiere aprovechar que el pueblo bueno y sabio es sensible a la magia y consecuentemente a los símbolos. Está convencido de que los mexicanos somos los mejores en todo, siempre que no nos pongan a prueba, y que los españoles que venían de Granada y de la Alahambra se maravillaron ante Tenochtitlan y los conocedores del Escorial se descoyuntaron la mandíbula al ver las piedras amontonadas del Gran Teocalli. 

Después de sus panegíricos a López Obrador a quien no sólo reconoció como el creador de la Cuarta Transformación, sino en un chico rato pudo haber identificado como el Dios encargado en Teotihuacan de la creación del cosmos del Sexto Sol, básicamente su programa, si es que se podría caracterizar así, a la serie de propuestas inconexas, es la continuación de las ocurrencias del anterior, con la notable e importante (¿o importanta) diferencia, de que la asumiente (¿o asumienta?) del cargo presidencial consciente (¿o conscienta?) de la necesidad de pensar en las energías renovables, destacó la necesidad de promoverlas por sus características de resultar más baratas y menos contaminantes (¿o contaminantas?). 

Aunque se calificó como mujer y científica, por lo menos dejó claro que el pensamiento lógico no es su fuerte. Sostuvo que el pasar la Guardia Nacional a formar parte de los cuerpos militares, esto no es militarizarla, porque (¡atención!) tendrá una jefa ciudadana, lo que es tanto como afirmar que el ejército dejará de ser militar porque la presidente de la república, y jefa “nata” del ejército es ciudadana. Con esa lógica y un carrito de paletas tendrá su porvenir asegurado aunque no venda gelatinas. No se requiere ser científico para entender que un policía militar es militar aunque funja como policía para los militares, porque lo caracteriza como militar es la formación, la disciplina, la pertenencia a un cuerpo de mando, la adscripción a la milicia, la convivencia e incluso, el sometimiento a un código de ética y de justicia militar. Pensar lo contrario es hacerle al tío Lolo o para complacer a la Calca, hacerle a la tía Lola. 

Si bien se asumió como defensora de los derechos fundamentales ninguna de sus expresiones mostró alguna esperanza en el sentido de que se fortalecerán o al menos se preservarán, De las instituciones trituradas por el autocratismo de López Obrador no hizo menciones, salvo para justificar su transformación o su desaparición, Tuvo el mal tino de no aludir a la presidente de la Suprema Corte, aunque sí se refirió a algunos diputados españoles (les dio más importancia que al jefe de estado). Culpó de la violencia y el crecimiento del narco, nada menos que al presidente Calderón, que hace 24 años terminó su mandato. Realmente no me importa que le culpen, lo que me molesta es que tanto uno como otra, el saliente y la entrante, nos consideren tan imbéciles como para seguir tragándonos ese cuento. En seis años no pudo reducir el número de homicidios y de desapariciones, se incrementaron con todo y sus abrazos y su supuesto “ataque” a las causas. Una cosa es clara, repartir dádivas puede mejorar temporalmente el ingreso y aparentar disminución de la pobreza, pero no produce cambios estructurales.  

Para los interesados en analizar datos les recomiendo los libros “Los puntos sobre las íes” de Amparo Casar y “El costo de una locura” de Pablo Hiriart y en el sitio de internet de Integralia, los datos del sexenio. 

Los mitos requieren de ritos para su permanencia y continuación. Cuando el mito de la revolución mexicana se deslavó, Andrés Manuel López Obrador se inventó un nuevo mito, el de la cuarta transformación, que vino a ser continuación del otro y su régimen el renacimiento del viejo PRI. El mito se continúa con Sheimbaum y ayer se cumplió el rito de la toma de posesión. 

jemartinj@aim.com                         facebook jemartinj                        X @jemartinj 

Jesús Eduardo Martín Jáuregui

Abogado, maestro universitario, taurino en retiro, lector compulsivo y escribidor catártico. Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, Notario Público 19 en Aguascalientes México, Ex-presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Ags., Integrante del Comité Técnico del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, maestro de Derecho Romano y de Hermenéutica Jurídica en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, miembro fundador de la Academia Mexicana de Derecho Notarial, miembro correspondiente del Seminario de Cultura Mexicana.

Jesús Eduardo Martín Jáuregui

Abogado, maestro universitario, taurino en retiro, lector compulsivo y escribidor catártico. Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, Notario Público 19 en Aguascalientes México, Ex-presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Ags., Integrante del Comité Técnico del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, maestro de Derecho Romano y de Hermenéutica Jurídica en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, miembro fundador de la Academia Mexicana de Derecho Notarial, miembro correspondiente del Seminario de Cultura Mexicana.

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