EL CORPORATIVISMO SE ASOMA A MORENA
Con ritmo lento, pero lamentablemente sin variar de ruta, Morena pareciera conducirse a su descomposición, ya no digamos al estilo de su antecesor, el PRD, sino del PRI. Con ello alimenta los escenarios de su propia finitud, ya vimos en qué quedó el partido del sol azteca. Olvida que se mantiene donde está, no por sus méritos y trabajo, sino por el apabullante apoyo popular de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Al respecto, no ayuda en nada a ese partido, lo realizado en la Cámara de Diputados, al salvar a Cuauhtémoc Blanco en la posibilidad de desafuero, por una acusación de intento de violación, cuando la salida era facilitar a que este problema fuera dirimido por las autoridades correspondientes, dejando claro que Morena no protege a nadie. Pero no lo hicieron asíy ahora esperen las consecuencias.
No podía dejar pasar la referencia por su propia connotación, pero en esta ocasión quisiera abordar otro tema, igualmente negativo por su significado y sus nefastos antecedentes en el periodo del PRI, como uno de los componentes del sistema político mexicano. Me refiero al corporativismo.
Era el tiempo en que las dirigencias y cúpulas sindicales, determinaban por su mismas que sus agremiados entraban de manera mecánica y sin pedir su autorización a un partido determinado, dígase por entonces al PRI. Ese era el caso de la CTM, el sindicato petrolero, la FSTSE y muchos más. No se quedaban ahí, casi siempre obligaban a votar como ellos determinaban.
No defendían posturas ideológicas de los trabajadores, sino intereses particularidades. Algunos de ellos son ahora legisladores de Morena. Cambiaron de partido, no de su forma de pensar y de actuar, siguen con su mismo estilo, lo cual choca con su calidad de representantes de los trabajadores y de un partido que se reivindica de izquierda.
Lo anterior se ha evidenciado más, con la decisión de Morena de lanzar la convocatoria para afiliar a diez millones de mexicanos, que por si misma no sería criticable la iniciativa, si las formas y particularmente el papel jugado por algunas dirigencias sindicales. Es el caso del SNTE, cuyo dirigente informó que habían recibido de parte de la dirección del partido guinda, seis mil tabletas para levantar la afiliación en dicho sindicato. Pero no se quedó ahí, sino que afiliarían a dos millones y medio de agremiados, más una cantidad mayor entre los familiares.
Trascendió que si hay denuncia de por medio, el INE podría intervenir en la pretensión del SNTE de afiliar a Morena iacantidad señalada. Una cosa es que miembros de ese sindicato integrantes del partido referido, por su cuenta afilien nuevos miembros y, otra cosa es que desde la cúpula sindical se promueva esta actividad incluso al interior de la agrupación gremial. En tiempos del PRI, eso se llamaba corporativismo.
Reiteramos, nada de lo que antes se señala tiene que ver con un partido que se dice de izquierda y por lo mismo debiera deslindarse de ello. Si no, esperen las consecuencias.