EL MURALISMO CONTINÚA SIENDO EL ARTE SOCIAL POR EXCELENCIA: ENTREVISTA CON EL PINTOR OSWALDO BARRA CUNNINGHAM
La serie anterior de esta columna, compuesta por tres entregas que llevaron el título de “Cuatro pinceladas en honor de Oswaldo Barra Cunningham en el centenario de su nacimiento”, conformaron el discurso pronunciado en la inauguración de la exposición retrospectiva “Homenaje a Osvaldo Barra Cunningham, 1922-1999, en el centenario de su nacimiento”, que estará abierta al público hasta el próximo ocho de noviembre en el Salón de la Plástica Mexicana, Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Ciudad de México, y cuya inauguración tuvo lugar el pasado 20 de agosto.
El Salón de la Plástica Mexicana es un edificio de cuatro pisos, aunque de espacios reducidos, y sin embargo toda la edificación recibió la obra de Barra, que se integró con más de 50 piezas entre pintura, dibujo y bocetos de mural, realizada entre 1940 y 1991, que “recrea la belleza de paisaje, las fiestas y tradiciones, la historia y las costumbres de los pueblos hermanos,” a decir del catálogo.
Por mi parte, dedicaré un par de entregas para finiquitar la presentación de la entrevista que le hice al artista en 1989 para, de esta forma, concluir con esta remembranza de un personaje que llevó a cabo una importante aportación a la identidad local.
Así que corre y se va.,.
-0-
La parte final del primer mural pintado en el Palacio de Gobierno, la del lado derecho del mural, no la tenía yo resuelta en el proyecto; no sabía lo que iba a hacer. Sí había puesto algo pero no me satisfacía. Entonces, lo dejé para el final, porque siempre creo que es más fácil captar los aspectos políticos y económicos de un lugar, mientras que lo cultural es más difícil. Por lo que ocurrió durante el tiempo en que estuve trabajando, creí al final tener el tema y pinté este celo exagerado de la Iglesia hacia la juventud, según me pareció, que trataba de impedir el roce de muchachos y muchachas en un mismo establecimiento, puesto que una de las censuras mas fuertes era que se habían construido unas albercas donde se iban a bañar juntos muchachos y muchachas.
En Ojocaliente, por lo menos en aquel tiempo, las muchachas se bañaban un día y los muchachos el otro, y así. Toda esta serie de cosas me dio a mí el tema de la última parte del mural social, la que está dedicada a la cultura de Aguascalientes. Donde está toda la serie de héroes, hombres de ciencia, políticos y artistas, y en el centro una gran oscuridad. La única claridad en esta oscuridad era la de la Iglesia, y la juventud trataba de salir de esta oscuridad, ya sea para irse a la universidad de México, o sea, al conocimiento universal. Pero la Iglesia, celosa, trataba de evitar esta fuga del elemento humano joven, y fue lo que traté de expresar con los medios de un pintor. Ahí aparece la Madre Tierra, la cultura del maíz, que trata de rescatar; de lanzar a esta juventud hacia el conocimiento universal. Está jalando al joven, que sale de un hoyo oscuro. Está también un sacerote, que lo abraza tiernamente; lo abraza para que no se vaya del lugar de origen. Esta fue la parte que más molestó a algunos sectores. Lo último que pinté en este mural fue la estatua de Jesús Contreras A Pesar de Todo, Malgré Tout.
EL MURAL DEL NORTE
Al terminar el mural social el gobernador, que también estaba montado en su macho, me pidió otro mural y aunque sí hubo críticas, el único que llegó a molestarse un poco fue el ingeniero Ortega Douglas. De ahí en más, nadie dijo nada. El gobernador dijo que yo estaba atacando un tanto al gobierno, por imágenes tales como la ruleta, las autoridades que no ven, cosas así, y me olvidaba que él era el gobierno que me estaba encargando el mural. Hubo crítica, pero me dejó pintar. Para realizarlo estuve en la feria, tomé mucho apunte, mucho documento y tratamos, bueno, fue idea del gobernador; opinión suya, que yo pintara en ese mural todos los retratos que quisiera. Entonces, el mural está plagado de personajes de la época. Muchos ya murieron y otros sobreviven. Por cierto que había un abogado, que cada vez que me lo encontraba me decía que me iba a demandar, que me iba a meter en la cárcel porque lo había pintado entre los jotos, además de que según él, lo había pintado más prieto de lo que en realidad era.
EL NUEVO MURAL
Este nuevo trabajo me lo encargó el gobernador del estado, ingeniero Miguel Angel Barberena Vega, y resultó de una casualidad. Yo tuve que venir a Aguascalientes para unos asuntos. La persona a la que necesitaba ver se reunía a las cinco en el café del Hotel Francia. Entonces llegué y encontré al grupo reunido. Uno de ellos me dijo que recién el gobernador había preguntado por mí porque quería encargarme un mural. Como si esto fuera poca coincidencia, al poco rato apareció en la puerta el gobernador y nos pusimos de acuerdo.
En relación al tema del mural… Hace 30 años asistí a un acto cívico en honor de la bandera. El orador fue un poeta amigo, y habló del verde de la agricultura, el blanco del agua y el rojo de la industria. Entonces, a mí me pareció un bonito tema para un mural. Hice un proyectito, con la posibilidad de realizarlo en México, pero la cosa se burocratizó y llegó un momento en que ya no fue posible hacerlo porque el tiempo político había pasado. (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com).