El presente solo nos está mostrando toda la fuerza negativa reunida en los últimos años
El presente solo nos está mostrando toda la fuerza negativa reunida en los últimos años
Para recordarlo otra vez, porque parece que no estamos aprendiendo lo necesario, Pandemias hubo muchas en la historia, comenzando por las pestes de la Roma Imperial, pasando por la peste negra en la Edad Media a las enfermedades que vinieron de Europa y arrasaron con la población autóctona en América en tiempos de la conquista, hasta la influenza de 1918 que infectó a un estimado que va de los 600 a los 800 millones de personas en todo el mundo, alrededor del 30% de la población mundial de entonces, y matando en unos pocos meses a un aproximado al 2,5% de la de esa población global, sobre 50 millones de personas.
[bctt tweet=»estamos hoy ante la emergencia de un Leviatán sanitario transitorio, en el que parece haber un retorno del Estado social» username=»crisolhoy»]
Sin embargo, nunca vivimos en un estado de cuarentena global, nunca pensamos que se levantaría tan veloz el entramado de un Estado de excepción transitorio, un Leviatán sanitario, por la vía de los Estados nacionales, y es que en la actualidad, casi un tercio de la humanidad se encuentra en situación de confinamiento obligatorio.
Por un lado, se cierran fronteras externas, se instalan controles internos, se expande el paradigma de la seguridad y el control, se exige el aislamiento y el distanciamiento social. Por otro lado, aquellos que hasta ayer defendían políticas de reducción del Estado hoy rearman su discurso en torno de la necesaria intervención estatal, se maldicen los programas de austeridad que golpearon de lleno la salud pública, incluso en los países del Norte global… El presente está mostrando toda la fuerza negativa que ha ido reuniendo en los últimos años, como expresa Maristella Svampa, en un reciente artículo publicado en la revista Nueva Sociedad (https://nuso.org)
Reformulando la idea de Leviatán climático de Geoff Mann y Joel Wainwright, la socióloga argentina, afirma que es viable decir que estamos hoy ante la emergencia de un Leviatán sanitario transitorio, en el que parece haber un retorno del Estado social. Así, las medidas que se están aplicando en el mundo implican una intervención decidida del Estado, lo cual incluye desde gobiernos con Estados fuertes –Alemania y Francia– hasta gobiernos con una marcada vocación liberal, como Estados Unidos e Inglaterra.
Siguiendo con las reflexiones del artículo, este nos lleva a encontrarnos con la pesada certeza de que estamos en una situación de tal gravedad, ante la pérdida de empleo y los millones de desocupados, que esta crisis generará, que incluso los economistas más liberales están pensando en un segundo New Deal en el marco de esta gran crisis sistémica. A mediano y largo plazo, la pregunta siempre es a qué sectores beneficiarán estas políticas, ahora que en realidad vemos como en los países del Sur, antes que una sociedad de vigilancia digital al estilo asiático, lo que encontramos es la expansión de un modelo de vigilancia menos sofisticado, llevado a cabo por las diferentes fuerzas de seguridad, lo que puede golpear aún más a los sectores más vulnerables, en nombre de la guerra contra el coronavirus.
La extensa colaboración de Svampa para «Nueva Sociedad», formula un planteamiento que abunda en indicar que la solución es y deberá seguir siendo global, e incluir en forma y contenido una reformulación radical de las relaciones Norte-Sur, en el marco de un multilateralismo democrático que apunte a la creación de Estados nacionales en los cuales lo social, lo ambiental y lo económico aparezcan interconectados y en el centro de la agenda, sostiene la también colaboradora del diario «Le monde diplomatique» y merecedora de diversos reconocimientos en su país y a nivel internacional.
Frente a la crisis sistémica, el filósofo y poeta alemán, Walter Benjamin se preguntó ¿Qué hacer? pensando en hasta qué punto la política podía ofrecer a sus contemporáneos una «actualidad integral», esa que tenía todo el pasado dentro de sí, redimido. Aunque solo fuera como marco de acción. Para ordenarse según esta idea, hay que recordar, sin embargo, como seres particulares y como seres colectivos que somos, que la verdad mantiene su carácter efímero. El, ¿Qué hacer? nos entrega aún más a la urgencia, y esta urgencia es acaso el único modo del presente que vale la pena reivindicar. Abrir de una vez esta ventana de la historia presente, para fincar el progreso en algo que verdaderamente de sentido a la vida humana.
Publicado en Hidrocalido 2 de diciembre de 2020
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