Guillermo González, el señor de los rayos y otros asuntos 1/5
Si me permite, en esta y en próximas ocasiones, voy a escribir sobre el artista plástico Guillermo González, y sobre la que podría considerarse como su obra maestra: la fachada del templo del Señor de los Rayos… De seguro usted lo conoce; segurito lo ha visto, dado que, por su portada, se trata de una construcción que por ningún motivo pasa desapercibida, y quizá hasta se ha preguntado: ¡pero qué es esto? Tan excepcional es, que el académico J. Jesús López le dedicó la portada de su libro “Aguascalientes (1945-1956) Arribo a la modernidad arquitectónica”, volumen 3 de su Historia de la Arquitectura y el Urbanismo en Aguascalientes, publicado por la UAA en 2010.
Dedico estas líneas a este tema, porque ahora con la feria de San Marcos una de las exposiciones que el Instituto Cultural de Aguascalientes ofreció al público estuvo dedicada a la obra de este personaje originario de la ciudad de México, tan poco conocido entre nosotros. En efecto, el jueves 21 de abril se inauguró una exposición de 41 grabados, que en palabras del señor Germán González, hijo del artista “representa una muestra cuidadosa de sus diferentes facetas como grabador”. La exposición está abierta en el espléndido Taller de la Gráfica Nacional, ubicado en FICO13, al sur de la nave industrial que alberga a la Escuela de Danza, y al norte del punto de referencia obligado: la antigua Casa de Fuerza, hoy Biblioteca Centenario Bicentenario, con sus dos chimeneas en los extremos, visibles desde prácticamente toda la ciudad antigua, como si se tratara de las torres de una catedral industrial. ¿No conoce por ahí? Esta es una buena oportunidad para apersonarse en esa zona, que está llamada a ser un lugar de esparcimiento para quien quiera acercarse. La exposición estará abierta hasta fines de junio.
Luego, el sábado 23, se llevó a cabo una ceremonia para develar el recién restaurado viacrucis que González había realizado para el templo, y que fue retirado de su lugar, vaya usted a saber cuando y por quién. Al mismo tiempo, el doctor J. Jesús López García, historiador de la arquitectura de Aguascalientes, ofreció una conferencia sobre estos temas.
Por lo pronto, al día siguiente de la inauguración de la exposición, tuve el privilegio de reunirme con los familiares del artista, y conversar sobre la vida y obra de González. Ellos son su esposa, la señora Edna Hidalgo con quien procreó dos hijos, una mujer y un hombre, este último, también presente en la exposición, el señor Germán González, su esposa, la señora Blanca Lilia Morales y una nieta del autor, la señorita Jade Sánchez González, hija de Gisela González Hidalgo.
Por cierto que la señora Edna encabeza el Archivo Histórico Guillermo González y también ha realizado la restauración de algunas obras de González.
También estuvo presente el señor Gonzalo Infante, director de la galería México Antiguo, de la ciudad de México, y que se define como un galero, quien desde hace unos 5 años ha contribuido junto con los familiares a rescatar la obra de González, “a darle forma, enmarcarla, reproducirla, exponerla.”
Aparte de los lazos familiares, a todos ellos los une el empeño en el rescate y difusión de la obra de un artista que no tenía ningún interés en esto último.
Y así como para iniciar un acercamiento al templo del Señor de los Rayos, y dicho con todo respeto –preámbulo siempre del golpe que se va a dar- en la página de Facebook de la capellanía (Facebook) se dice una serie de despropósitos. En el primero de ellos se afirma que el templo se terminó de edificar en 1957, cuando no hay tal; imposible si consideramos que la primera piedra se colocó en enero de 1956. El segundo despropósito es que se trata del primer templo construido bajo los lineamientos del Concilio Vaticano II. Entiendo el punto, considerando que más o menos al mismo tiempo se estaba concluyendo el templo del Sagrado Corazón de Jesús, que probablemente es el último que responde a los criterios tradicionales. Sin embargo con el Señor de los Rayos no hay tal, no puede haberlo, dado que el citado concilio se celebró entre 1962 y 1965, cuando el templo se encontraba en su fase final de edificación, y esto no hace sino aumentar el misterio a propósito de la presencia de esta fachada en la conservadora ciudad de Aguascalientes. Por cierto que la magna reunión fue anunciada por el papa Juan XXIII tres años después de la colocación de la primera piedra, el domingo 29 de enero de 1959. Finalmente, ahí se menciona que quien fue el motor de la construcción fue el sacerdote Juventino Rosas (homónimo del compositor de valses como “Sobre las olas”,) cosa que no es así, sino Juventino Díaz.
Ya seguiré platicándole sobre este tema… Por lo pronto, si tiene usted algo que platicarme sobre el templo, escríbame. (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com).