Historias de la educación en Aguascalientes y Zacatecas, siglos XIX y XX.

Historias de la educación en Aguascalientes y Zacatecas, siglos XIX y XX.

Para Lupita Camacho, excelente asesora psicopedagoga.

Días de memoria y celebración

Celebrar y participar en las actividades del 45° aniversario de la Licenciatura en Asesoría Psicopedagógica (LAP) de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) me hizo recordar que, de algún modo, formo parte de su historia, de ese río que es el tiempo, a veces sosegado otras veces abrupto. Y me puse a recordar los inicios de mi trayectoria vocacional y profesional.

Tal vez fueron los últimos meses de 1977, quizás los primeros de 1978, pero lo que no olvido, ni olvidaré, es haber viajado a la Ciudad de México para ir a la Universidad Nacional Autónoma de México. Allá estudiaba me hermano Fernando -siempre inquieto, rebelde e inteligente- la licenciatura en Economía y me invitó para que explorara las opciones de carreras en tan famosa e histórica institución. Debía elegir una de ella, pero no me era fácil. Me llamaban la atención los mundos de la Psicología y la Sociología, pero también los de las artes y las humanidades. Eran tiempos de definición y me costaba pensar que tenía que dejar mi familia y la ciudad de Aguascalientes. Era y sigo siendo muy provinciano, lo reconozco, pero estaba dispuesto a vivir lejos de casa. Fernando me ofrecía un espacio en un pequeño departamento superpoblado por jóvenes aguascalentenses que estudiaban y anhelaban ser profesionistas.

De regreso, abrumado por pensamientos poco claros sobre la decisión que debía tomar y consciente de que era un asunto que marcaría mi vida en un futuro (dicen que hay dos grandes decisiones en la vida cuando se es joven: qué carrera hay que cursar y con quién te vas a casar), me enteré que la UAA estaba por abrir una nueva carrera: la Licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Educación, con tres especialidades en el último año: Asesoría Psicopedagógica, Investigación Educativa y Administración Educativa. No lo pensé mucho y decidí hacer el examen de admisión.

Aprobé y me sumé, en 1978, a una gran aventura académica en la universidad, con una carrera que hoy llega a sus 45 años de vida. En la primera generación se formaron dos grupos sólidos: el de asesores psicopedagogos y el de investigadores educativos, la tercera opción desapareció pronto. El primer grupo estuvo liderado por Luis Manuel Macías López y el segundo por Felipe Martínez Rizo. Dos destacados profesionistas con gran liderazgo que influyeron y lo siguen haciendo, aunque el primero ya no esté entre nosotros. A ellos les debo parte de mi formación en la licenciatura y a otros más, aunque aquí me detengo sólo para mencionar a dos personas a quienes les debo su orientación y paciencia, porque yo era un joven de ideales sociales loables, pero desaliñado y poco atento a la exigencia académica: mi cariño y agradecimiento a Margarita Zorrilla Fierro y Bonifacio Barba Casillas.

Con el tiempo, se crearon las licenciaturas en Asesoría Psicopedagógica e Investigación Educativa, pero ésta no tuvo la respuesta esperada y se decidió mejor crear una maestría y, años después, un doctorado con el perfil investigativo. La formación de asesoras y asesores psicopedagogos tuvo un camino muy importante, hasta la fecha, que se ve en cientos de sus egresados que trabajan en diversos campos: la salud, la empresa, las escuelas de todos los niveles, la consultoría independiente, los centros de readaptación social, las organizaciones no gubernamentales, etc. En las actividades del 45 aniversario, precisamente se llevó a cabo un panel de egresados para que las y los estudiantes visualizaran las múltiples opciones laborales. Allí, fluyeron inquietudes y se externaron experiencias extraordinarias.

Estas actividades de aniversario tuvieron como marco la conmemoración de los 50 años de la creación de la UAA, en la que se vienen realizando eventos de relevancia, como la entrega del grado Honoris Causa a tres aguascalentenses destacados que tuvieron que emigrar a la Ciudad de México para continuar estudiando en una universidad, porque en su juventud no había alternativas en su ciudad natal. Ellos fueron la poeta Dolores Casto Varela, el químico Alfonso Romo de Vivar y el historiador Aurelio de los Reyes García Rojas y Dolores.

Por desgracia, precisamente en este año de aniversarios, también la UAA ha sido víctima de un fraude millonario, que a la fecha sigue opacando a sus autoridades y dañando el prestigio institucional, porque no se han tomado las mejores decisiones para enfrentar el caso.

  1. La presentación de un nuevo libro

Como cada año, en la “Semana de la Licenciatura en Asesoría Psicopedagógica” hay actividades académicas y hay fiesta. El bullicio juvenil acompaña a los talleres y conferencias a los que asisten las estudiantes. Y la Semana de este 2023 no fue la excepción. En este marco, tuvimos la oportunidad de presentar un libro que coordinamos cuatro historiadores de la educación de Zacatecas y Aguascalientes: María del Refugio Magallanes Delgado, Laura Rangel Bernal, René Amaro Peñaflores y Salvador Camacho Sandoval. El libro se titula: “Secularización y laicización de la educación pública en Aguascalientes y Zacatecas. Educación sexual, institutos científicos y mujeres, siglos XIX y XX”.

Los títulos y autores de los capítulos son: “Introducción. Pasado y presente de la secularización y las laicidades: los caminos de la modernidad”, de María del Refugio Magallanes y René Amaro; Capítulo 1. “Secularización: orígenes del concepto, acepciones y críticas”, de Laura Rangel; Capítulo 2. “’La obediencia debe ser completa’. Laicidad e instrucción femenina en Aguascalientes: lecciones en la escuela de niñas No. 1 (1869-1871)”, de Sara Sofía Calvario Ruiz y Salvador Camacho; Capítulo 3. “Modernización y secularización de la instrucción primaria en Zacatecas: análisis desde las ceremonias escolares y los discursos, 1868-1889”, de Laura Rangel. Capítulo 4. “La laicización de la infancia en Zacatecas. Enseñanza de virtudes morales y cristianas, 1870-1910, de María del Refugio Magallanes; Capítulo 5. “Formación para el trabajo en Zacatecas. Del modelo práctico a los fundamentos pedagógicos revolucionarios, 1862-1926”, de René Amaro; Capítulo 6. “La formación de un plan de estudios en la preparatoria del Instituto de Ciencias de Zacatecas, 1843-1909”, de José Luis Acevedo Hurtado; Capítulo 7. “El Instituto de Ciencias en Aguascalientes. La secularización y la educación laica en la memoria escrita de sus estudiantes (1889-1910)”, de Marcela López Arellano; Capítulo 8. “La cultura escolar de las zacatecanas: agentes y saberes de género a principios del siglo XX”, de Norma Gutiérrez Hernández; Capítulo 9. “Eulalia Guzmán, entre la educación, la arqueología y la microhistoria: mujer ilustre de san Pedro Piedra Gorda”, de Judith Alejandra Rivas Hernández; y Capítulo 10. “’Pervertir la infancia temprana’. Laicismo y oposición a la educación sexual en el México contemporáneo”, de Salvador Camacho.

La presentación del libro tuvo lugar en el auditorio Pedro de Alba de la universidad y el Dr. René Amaro Peñaflores, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, expuso brevemente la historia de este libro, la cual remite a una invitación que, en 1999, los doctores Mariana Terán Fuentes y Edgar Hurtado Hernández nos hicieron a Genaro Zalpa Ramírez, Víctor González Esparza y a quien esto escribe para que participáramos en el programa de Maestría en Humanidades, Área Historia de la UAZ. También dijo que a partir de aquel año inició un trabajo de colaboración en el campo de la historia de la educación. Desde entonces, hubo un trabajo académico relevante, consistente en impartición de clases, tutorías de tesis, realización de seminarios, participación en congresos y publicaciones.

El libro tiene como objetivo reflexionar acerca de cierta problemática relacionada con los procesos de secularización, la instrucción laica, la educación sexual y las instituciones formativo-pedagógicas, que giraron en torno a la laicidad y a la nueva cultura escolar moderna en México. En su conjunto, los temas abordados buscan explicar proyectos educativos que aspiraban y siguen aspirando a crear rasgos específicos en la formación de las nuevas generaciones y en la construcción de un país mejor.

Los autores parece que tienen una convicción compartida, piensan que la problemática existente, sobre todo en la educación básica, debe fortalecer aún más la educación laica; dar mayor importancia a la formación integral de las mujeres en un sistema de equidad e inclusión; y brindar una atención decidida, profunda y amplia a la educación sexual, la cual, de no darse, provoca graves problemas personales, familiares y sociales.

Laura Rangel, en su capítulo, nos explica que tenemos que pensar la secularización y la laicización como procesos interactuantes y que, en términos generales, “la secularización se ubica en el plano de lo sociocultural, de las maneras en las que las sociedades modifican paulatinamente su forma de concebir el mundo, ya sea en estricto apego a concepciones religiosas, o en ideas cada vez más alejadas de estas últimas”. Retomando a varios autores, también dice que “la laicización, por su parte, comprende un proceso que atañe de forma particular a las instituciones estatales e implica adopción del principio de laicidad, que es un valor político propio del liberalismo”.

Desde esta mirada, el libro crea un andamiaje explicativo de fenómenos complejos y también una suerte de propuestas, un punto de partida que contribuya a generar soluciones integrales en educación. Las y los autores tienen la convicción -se anota en la contraportada- de que, como lo señala George Santayana, “la historia no es sólo pasado, sino también, y principalmente, presente y futuro, es proyección, es construcción social de la realidad futura”.

  1. “La obediencia debe ser completa”

En la presentación del libro en el auditorio Pedro de Alba, la licenciada en Asesoría Psicopedagógica y maestra en Historia, Sara Sofía Calvario Ruiz, presentó parte del contenido de su trabajo, en el cual dio a conocer que en su investigación se percató de que, entre 1869 y 1871, encontró instrumentos y estrategias de enseñanza que se utilizaron para la instrucción femenina en la Escuela de Niñas No. 1 en la ciudad de Aguascalientes, “mostrando la complejidad que tuvo el tránsito de la moral religiosa a la moral laica en esta escuela y en varias de su tipo, como parte de una tendencia de laicización de la educación dentro de un proceso paulatino de secularización de la sociedad mexicana”.

Fue importante escucharla cuando dijo que esto se podía comprender con un análisis que hizo de contenidos aparentemente sencillos y sin mayor pretensión ideológica y valoral: las lecciones de caligrafía. Ella investigó datos de la Escuela de Niñas No. 1, y concluyó que era común usar material escolar con una influencia religiosa, específicamente textos relativos a una moral cristiana, a pesar de que el gobierno buscó retirarla de la currícula.

Con fotografías de documentos de la época, la maestra Sara Sofía Calvario dijo que en su investigación puso atención especial en un proceso lento y dilatado de una educación liberal y laica que no nació completa y no desplazó de inmediato contenidos y métodos de una educación católica. Ella partió de una concepción de laicidad como un hecho social, es decir de la presencia de estructuras políticas estatales independientes de cualquier religión y con dinámicas sociales en las que la referencia a lo divino ha desaparecido, aunque, aclaró que el concepto de laicidad no se agota en la idea de la mera separación entre la Iglesia y el Estado, o entre la religión y la política, tampoco se queda en la demarcación del papel del Estado en tanto árbitro, y mucho menos en la idea de un Estado que garantice que “La obediencia debe ser completa”.

La autora de este capítulo del libro, dedica gran parte de su trabajo a explorar la laicidad en la instrucción femenina en Aguascalientes, para lo cual recurrió a documentos que le permitieron comprender el mundo escolar de aquellos años, y llegó a concluir que, no obstante la normatividad liberal, no hubo un ejercicio libre de todas las prácticas religiosas, sino que este precepto colocó formalmente al Estado fuera de todo asunto que tuviera que ver con las creencias y las prácticas religiosas, y a la vez lo colocó como garante de que las instituciones educativas públicas cumplirán con el ordenamiento de mantenerse ajenas a las religiones, aunque en los hechos no se cumplió del todo.

Muestra de ello era que se continuó distribuyendo material escolar anterior; por ejemplo, el libro del Padre de Ripalda fue distribuido por los gobiernos liberales y los preceptores tuvieron acceso y mayor conocimiento de su contenido e implicaciones. Este catecismo se continuó usando para instruir a la población, pero no implicó que la Iglesia católica estuviera a cargo de las escuelas públicas. Este planteamiento se apoya en lo que señala Anne Staples, cuando dice que “el hecho de que la cultura fuera católica no significaba que la Iglesia, como institución, monopolizara la transmisión del saber”. La cultura escolar en México, con las ideas y normas liberales, cambiaba, pero no de la noche a la mañana.

  1. Instituto de Ciencias: entre mochos y liberales

En la presentación del libro también participó la doctora Marcela López Arellano, quien dio a conocer parte del contenido de su capítulo: “El Instituto de Ciencias en Aguascalientes. La secularización y la educación laica en la memoria escrita de sus estudiantes (1889-1910)”. La autora nos recordó que la UAA tiene su origen en la creación, en 1867, de la Escuela de Agricultura en Aguascalientes, que luego fue Instituto Científico y Literario y más tarde Instituto de Ciencias, marcada por la ideología liberal plasmada en leyes y acciones en la vida social. Nos dijo también que estos cambios implicaron la redefinición de lo público y lo privado, y el rol de la religión católica en la formación y transmisión de hábitos, costumbres, ideas, valores y en las prácticas sociales en la vida cotidiana de la población, en particular en el ámbito de la institución escolar.

Con este origen, señala la autora, el Instituto de Ciencias en Aguascalientes vivió los debates ideológicos entre conservadores y liberales durante la segunda mitad del siglo XIX, por definir objetivos y orientaciones en la formación de estudiantes. Después de señalar que hizo un breve recorrido cronológico por las leyes y decretos nacionales y analizar Actas de Exámenes del Instituto de Ciencias de 1876 a 1929 en el Archivo Histórico de la UAA, comentó que seleccionó a cuatro destacadas personas que estudiaron en el instituto entre el periodo de 1889 a 1910. Estos egresados destacaron luego en el mundo de la cultura, la política y la literatura, y que publicaron narraciones autobiográficas en las que recordaron su experiencia en el Instituto de Ciencias.

Estos textos le permitieron a la doctora López Arellano observar la dualidad entre las enseñanzas religiosas en casa y las primeras letras, así como la educación laica en el instituto y las contrariedades que vivieron en su persona. Estos personajes son: el escritor Eduardo J. Correa (1874-1964), el ingeniero Alberto J. Pani (1878-1955), su hermano el también ingeniero y diplomático Arturo Pani (1880-1962), y el médico y literato Pedro de Alba (1887-1960), quienes fueron alumnos entre 1889 y 1910. Sus textos, nos aclara la autora, van desde narraciones autobiográficas amplias, hasta relatos cortos sobre sus recuerdos de Aguascalientes y la vida en la ciudad, así como de lo que ocurría y opinaban del Instituto de Ciencias en Aguascalientes.

En estas narraciones, los autores refieren a las experiencias personales que tuvieron al enfrentar el dilema de un catolicismo acentuado vivido en casa y las ideas de un liberalismo radical de algunos de sus profesores y compañeros de clase. En ellos se reflejaba lo que en la sociedad se disputaba: ideas, prestigios, poderes y posesiones.

De las cuatro personas, la autora resaltó el caso de Eduardo J. Correa, que fue alumno del instituto de 1889 a 1991, y posteriormente escritor, novelista, director y editor de periódicos locales y nacionales. En su Autobiografía íntima refirió cómo era la educación desde el seno de una familia católica de Aguascalientes. J. Correa contó que su madre le enseñó las primeras letras cuando era niño, y que luego estuvo en una escuela donde aprendió “a leer, a escribir, las operaciones fundamentales de la aritmética, la Historia Sagrada, el Catecismo de Ripalda y rudimentos de Gramática”. Posteriormente estudió en la “Sociedad Católica” y en 1885 su padre, “católico recalcitrante”, lo registró en el recién fundado Seminario Conciliar de Santa María de Guadalupe, pero al no tener vocación sacerdotal, su papá se vio obligado a inscribirlo en el Instituto de Ciencias del Estado. Allí vivió y sufrió los ataque liberales y anticlericales de algunos de sus maestros y compañeros, que le decían que era “mocho” y se burlaban de sus creencias y prácticas religiosas.

La secularización y la educación laica se expresaban en clases que giraban en torno a las concepciones positivistas y científicas de la época contrarias a la posición de defensa religiosa que mantenía Correa y otros estudiantes como él.

….

Al final, me tocó a mí intervenir y, sobre el tema de la disputa entre creencias religiosas e ideas liberales, me referí a los movimientos de oposición a la educación sexual de la segunda mitad del siglo XX a la fecha, en las escuelas de educación básica en México, tomando como un caso controvertido, lo ocurrido en el estado de Aguascalientes.

  1. Nota de felicitación

En suma, la presentación de este libro formó parte de las actividades de celebración del 45° aniversario de la Licenciatura de Asesoría Psicopedagógica. Vale este texto para reconocer la labor de un gran equipo de estudiantes, profesoras y profesores que hizo posible este evento, el cual es una muestra de profesionalismo y de un interés por analizar esta profesión en un mundo que requiere de jóvenes comprometidos con el saber y con la construcción de una mejor sociedad.

Mi reconocimiento también va a quien encabezó todas estas actividades, la Dra. Victoria Eugenia Gutiérrez Marfileño, Jefa del Departamento de Educación de la UAA.

Texto

Descripción generada automáticamente

Un nuevo libro en el 45° aniversario de LAP

Historia - UAA | Universidad Autónoma de Aguascalientes | UAA | Universidad  Autónoma de Aguascalientes

Liberales contra “mochos” en el Instituto de Ciencias, hoy UAA

Sitio web, Escala de tiempo

Descripción generada automáticamente

Retomar la historia de la educación como parte de la celebración

Un grupo de personas posando delante de una pared blanca

Descripción generada automáticamente

Estudiantes de LAP en el taller de Risoterapia

Un grupo de personas sentadas en un auditorio

Descripción generada automáticamente

Estudiantes de LAP en el auditorio Pedro de Alba de la UAA

Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!