La necesidad instintiva y el amor liquido

La necesidad instintiva y el amor liquido

[bctt tweet=»“El arte de amar”, un libro en el cual poéticamente se muestra como una guía para amar y ser amado.» username=»crisolhoy»]

Lo que no puede estar dentro de un debate son las necesidades básicas del ser humano, por otro lado, los inventos maquillados cuyos orígenes se dan en las necesidades básicas, por ejemplo: el amor y este es el punto de partida de este escrito.

¡Oh vaya! mientras varios poetas tratan de ver el amor como algo romántico, creando unas fantasías llenas de metáforas, metáforas hermosas haciendo un juego lleno de analogías y engañando a los instintos, creando esos neurotransmisores que calman al ser y lo inundan con falacias, al ser humano le encanta el engaño cuando requiere de los sueños. Un ejemplo es ese poeta romano cuyo libro fue tan erótico para la elite romana que fue causa de su persecución, así es, el protagonista fue Publio Ovidio Nasón, el libro: “El arte de amar”, un libro en el cual poéticamente se muestra como una guía para amar y ser amado.

Si en la ciudad de Roma alguien no conoce el arte de amar, que lea mis páginas y me ame ilustrados con mis versos. El arte impele con las velas y el remo las rápidas naves. El arte conduce a los veloces carros, y el amor se debe regir por el arte”. (Nasón, 2006)

Por otro lado, los “crudos” filósofos que tumban el romanticismo, citando a Arthur Schopenhauer: “Toda inclinación tierna por etérea que afecte ser, sumerge todas sus raíces en el instituto natural de los sexos, y hasta no es otra cosa más que este instinto especializado, determinado, individualizado por completo”1. Como vemos, son dos posturas diferentes con el mismo objetivo, el amor. Al momento de preocuparnos por un tema, es porque algo nos causa figura en un fondo determinando.

Lo coherente de la sociedad liquida (concepto manejado por Zygmunt Bauman) es que el sujeto se preside por una necesidad de amor, de atención, de contacto… el sujeto ya se dio cuenta que el amor solo es fenómeno temporal, le denomina amor solo para etiquetar la necesidad instintiva y otorgar coherencia a sus necesidades.

La individualización de la sociedad liquida ha creado conciencia de que el romanticismo solo es un medio para recrear el idilio, como una droga que al paso de la dosis se va a diluir. El sujeto contemporáneo, liquido; se va a administrar por el instinto sexual y sabe de antemano que no puede prescindir de eso, las prioridades son otras. La sociedad liquida se caracteriza por esa facilidad al cambio y al consumismo desechable y las relaciones sentimentales están dentro de la baraja liquida.

La intención de mantener viva la afinidad es presagio de una lucha cotidiana y promesa de una vigilancia sin descanso”. (Bauman, 2003)

El hombre moderno, el hombre líquido, ya tomó conciencia de la temporalidad de los fenómenos sociales, cada vez son más fugaces, pero vive atormentado entre los valores morales y las instituciones, en este caso el matrimonio y la cuestión de fidelidad. El sujeto como lo mencioné en otro escrito, necesita etiquetar las nuevas acciones con la finalidad de darse un respiro ante la angustia existencial. El hombre liquido vive en un mundo amorfo, capaz de moldear a su antojo de manera neurótica, es decir sin una solidez.

BIBLIOGRAFÍA

1 (Schopenhauer, 2006)

Bauman, Z. (2003). Amor líquido. Buenos Aires: Fodo de cultura económica de Argentina.

Nasón, P. O. (2006). El arte de amar. Argentina: Editorial del cardo.

Schopenhauer, A. (2006). El amor, las mujeres y la muerte. Argentina: Editorial el cardo.

Carlos Leon

Lic. en Sociología, con Maestría en Psicoterapia y Doctorante en Filosofía.

Carlos Leon

Lic. en Sociología, con Maestría en Psicoterapia y Doctorante en Filosofía.

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