Las dudas

Las dudas

Las dudas.

Nada es eterno me  dijo el diablo aquel día que se me apreció en un sueño. Ni el alba, ni los animales, ni las personas, ni los sueños, ni el sol que ha brillado tanto tiempo, ni los ángeles,  ni los mitos, ni siquiera la belleza del cosmos lo es.

[bctt tweet=» Te dejo con estas dudas me dijo el miserable del diablo aquel día y se largó. » username=»crisolhoy»]

Nunca entenderás esta muda presencia más allá del significado ni tendrás palabras para ella, ni para el misterio, ni para nombrar la nada y el todo: la muerte y la vida te resultarán ilegibles.

Sólo conociendo el paraíso y lo bello se conoce al verdadero infierno y al sufrimiento:  ¡no soportarías que la existencia fuera eterna!  Dijo sonriendo el infame ángel bello y caído. 

De la   pérdida crónica de tus  instantes que se  hunden sin remedio en el misterio nace aquella  sufriente costumbre convertirte en polvo, la materia de tu cuerpo es tan inestable como tus ideas. Todo se hunde en un olvido y en una negrura insondable e insoportable. 

Este cielo que envejece adusto y anaranjado te lo recuerda; mírale bien por última vez, la repetición es la mentira más común en el alma humana, nada se repite, todo fluye, todo cambia, nada permanece, la materia se transforma pero en otras ilusiones ajenas a tus deseos narcisistas  de inmortalidad. No importas más que las piedras para el divino y altísimo señor. 

Serás errabundo como los furibundos vientos por atreverte a leer y dudar, la felicidad necesita de creencias no de dudas. 

Mirate  inmerso en  esa  aceleración de los tiempos que te  causa tanta angustia, tus  ojos  detestan mirar las manecillas  del reloj porque causan espanto, el sol es una circunferencia repleta de oxígeno, el dios Apolo ha muerto. Hasta los dioses mueren y ustedes estúpidos bípedos buscando un paraíso en el cual salvarse. 

El miedo es la oscuridad que necesitan las ideas religiosas para brillar, el miedo es el padre de la metafísica y la desesperación. Te dejo con estas dudas me dijo el miserable del diablo aquel día  y se largó.

Alejandro Marengo

Mendigo de sueños, distópico, surrealista.   La enajeción desiderativa a la mercancía dinero, se paga siempre con libertad.

Alejandro Marengo

Mendigo de sueños, distópico, surrealista.   La enajeción desiderativa a la mercancía dinero, se paga siempre con libertad.

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