Los orígenes de la civilización: Raza y Cultura
En distintos momentos del desarrollo histórico del pensamiento de la especie Homo Sapiens: éste ha contado con individuos y grupos sociales que bajo circunstancias históricas establecen juicios que califican el progreso y el nivel cultural del grupo humano al que pertenecen. Usando para sí mismos, categorías descriptivas de las realidades que actúan como paradigmas culturales; referencias que utiliza, como puntos de partida para la regulación y sustento de la conducta que determina la diferenciación y auto afirmación del grupo e individuo en relación a la distinción de la alteridad y separación de si mismo, en una auto afirmación de principios mayormente establecida por intermediación de juicios etnocéntricos usados para reafirmar una supuesta superioridad en relación al otro.
Históricamente uno de los ejemplos recurrentes en la especie es justificar la diferencias entre grupos e individuos sustentado en valores raciales el principio de una supuesta superioridad «evolutiva» de un grupo determinado, sin dar cuenta que la evolución de la especie es un proceso biológico que permitió al mismo tiempo establecer una serie de sistemas complementarios para la sobrevivencia de la especie como el caminar erguidos, la potencialidad del habla y significar que dieron paso a la posibilidad de creación y generación de culturas, entre otros sistemas y principios que dotan a toda la especie de la misma potencialidad inventiva para crear estrategias diversas de adaptación, distinguiéndose no por principios biológicos, si no por el recorrido material en la historia que determinó circunstancias similares más no iguales produciendo caminos de adaptación diversos e ingeniosos que llamamos «cultura».
Es decir, en otras palabras, la especie mantiene biológicamente la misma potencialidad. Es el recorrido material del grupo y sus individuos que distingue el proceso de una supuesta civilización en el dominio en distintas formas de la naturaleza y las instituciones que la especie ha creado para controlar las eventualidades que permitan la sobrevivencia del grupo y la especie plasmado productos culturales que no necesariamente modifiquen el ADN de individuos para justificar la diferenciación biológica.
Los valores raciales en la actualidad no han tenido sustento biológico mediante el estudio del ADN, lamentablemente su preponderancia si existe bajo escalas de valor establecidas en el sistema cultural, que periódicamente salen a la discusión por ser atractiva a mentes simples para justificar la dominación subyugante en contra de otros pueblos, individuos y culturas, originados en el principio del miedo a la diferencia que pone en contradicho y hacen visible las propias contradicciones de «nuestro sistema cultural».
Aun que dicho sea de paso, el grupo social auto proclamado como el más civilizado y progresista, con mayor capacidad actualmente en manejo de energía, es decir los occidentales, han generado en su proceso mismo de adaptación la capacidad de exterminar la vida misma, ante esa capacidad ¿son el grupo más avanzado? o son los que han desarrollado más rápido la capacidad de aniquilar y extinguir la vida en el planeta. Las estrategias de las culturas occidentales ¿son las más progresistas?
Autores como Vere Gordon Childe en su obra «Los orígenes de la civilización» (1936), en su recorrido narrativo muestra procesos históricos de adaptación de distintos grupos humanos iniciados desde la edad neolítica, demostrando la capacidad inventiva de la especie, donde distintos grupos bajo el principio de la relatividad del tiempo y circunstancias materiales diferentes, son capaces de crear estrategias de adaptación y sobrevivencia de forma tan variada, modificando su sistema cultural antes que su ADN. Mostrando así una capacidad de flexibilidad y rapidez que acelera los cambios en las estrategias de sobrevivencia sin trastocar la base genética de la especie. De seguir el proceso de modificación biológico este es mucho más lento y rígido para generar estrategias de permanencia. Modificar el ADN de una especie para desarrollar otra es infinitamente más lento comparado con la capacidad flexible de adaptación por mediación de la cultura.
Ante ello la vida es un proceso que económicamente experimenta con posibilidades y estrategias de sobrevivencia diferentes y diversos; bajo ese mismo principio la cultura prueba procesos diversos de adaptaciones, que no modifican el ADN, por lo que la discusión de superioridad o mayor progreso de un grupo determinado en oposición a otro, no es el resultado de diferencias raciales, como ya mencionamos anteriormente, si no el resultado de procesos materiales de adaptación diferentes o distintos que permiten a un grupo en referencia a otro la acumulación de distintos productos, tanto materiales o ideológicos que enriquecen la cultura no de un grupo determinado si no de una especie en su conjunto.
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Siguiendo las líneas discursivas de raza y cultura; Claude Lévi-Strauss en 1983 con la publicación de dos ensayos unificados en el libro titulado «Raza y cultura», hace referencia al proceso dentro de la antropología de la concepción de la raza y su lugar en la cultura. Siguiendo ejemplos similares a los de Vere Gordon Child, establece que la diferencia entre los grupos humanos es el resultado de la riqueza de productividad de elementos culturales entre los distintos grupos, así como el de la acumulación de ellos, al mismo tiempo se lamenta al reconocer que dentro de la historia de la especie la capacidad de invención pase por periodos históricos de baja productividad, que conducen a un estancamiento en la creatividad humana poniendo en riesgo la sobrevivencia misma de la especie. Esos procesos en la reflexión de Lévi-Strauss, padre del estructuralismo, pueden ser revertidos cuando los grupos humanos encuentran y reconocen a otros grupos, transfiriendo nuevos elementos y modificando los propios para una mejor adaptación y sobrevivencia.
Lévi-Strauss, reconoce procesos revolucionarios de la especie en el proceso cultural que no tienen que ver con la raza, uno de ellos es la capacidad biológica de adaptación de la especie para la capacidad del habla y su capacidad de significar que dieron paso a los sistemas de parentesco, el otro surge muy próximo al primero que fue el descubrimiento e invención de la agricultura, la ganadería, la pintura, cerámica y otras artes, para pasar por un largo proceso en el que si bien existe acumulación de elementos y productos culturales por distintos grupos, estos no representan cambios significantes en la estructuras de organización y pensamiento hasta la llegada posterior del Renacimiento y la Revolución Industrial, que nuevamente aceleró el proceso de adaptación e invención hacia el control de energías externas al cuerpo biológico de la especie.
Así las culturas occidentales cuyo representante al momento más tecnificado es U.S.A, se ve a si mismo como cultura con la necesidad de justificar su dominio, que por los procesos de pensamiento cíclico o dialéctico, por el atractivo simplista del discurso se ve como pueblo tentado a la utilización de categorías del racismo para justificar su supuesta superioridad ante otras culturas y naciones. Ya que las contradicciones de sus estrategias de mercado para ocupar el liderazgo y el principio etnocéntrico de los pueblos le impide ver y aceptar sus contradicciones del sistema como lo señala el antropólogo norteamericano Marvin Harris en 1984 en su libro ¿Por qué nada funciona? antropología de la vida cotidiana. Y La Política Asistencialista: El Bronco Y Marvin Harris
