Marx. Filosofía, historia y economía

Extensa y compleja la trayectoria intelectual de Marx. De la filosofía a la sociología (varios analistas lo tipifican como “antropología social”) y culmina en la economía. Desde la filosofía de Hegel, de quien fue crítico sin concesiones, aunque reconoció –en Kant la integración de la filosofía alemana a la Ilustración —sus aportaciones a la filosofía, en particular la dialéctica del pensamiento. Si bien, sentenció Marx, fue una visión “invertida” de la realidad-pensamiento humano. Éste reproduce –más allá de la mera percepción—el proceso dinámico de la naturaleza acorde a sus propias leyes producto de sus contradicciones, y no como “reflejo”, según Hegel, del pensamiento de la divinidad, cuya dialéctica va creando las ideas y las reproduce en la naturaleza, en compleja interrelación Espíritu-naturaleza-pensamiento humano. En cambio, para Marx, la realidad objetiva es en sí misma dialéctica acorde a las leyes del movimiento universal de la materia (F. T Arjiptsev, “La materia como categoría filosófica”, Grijalbo, 1966. F. Engels, “Dialéctica de la Naturaleza, Grijalbo, 1961), cuya comprensión es histórica (evoluciona conforme avanzan los conocimientos del hombre acerca de la naturaleza-relaciones con la sociedad humana, así como relaciones sociales, económicas y políticas) y, por ello mismo es dialéctica. No es “reflejo divino” sino proceso social. De ahí que el propósito del conocimiento humano no se queda en el pasado ni en el presente, sino más allá de conocer y comprender la realidad objetiva, es fraguar la transformación del mundo y del hombre, incluso de la naturaleza.
La interpretación de la historia –antes que narración o reconstrucción de hechos, tiene que ver con la “autotransformación contingente del ser humano”: cómo y cuánto cambia su comprensión de la realidad social y del hombre, en medio de esa realidad y de ese proceso de cambio permanente y dialéctico en varios sentidos: entre el ser humano y la naturaleza, el ser humano en su vida social, el ser humano y su conciencia.
Deja atrás –sin ser el único pensador en ese sentido—la filosofía como especulación genérica del bien, el mal, la justicia y el ideal de la sociedad perfecta “en abstracto”. Así, a lo largo del desarrollo de las teorías de Marx, es preciso abordar, así sea brevemente, el contenido de la realidad social y económica en la filosofía –que es el fondo de toda teoría política–, y con ella la conflictividad entre grupos sociales, tanto en el seno de las élites, como de las clases subordinadas, y entre éstas y aquéllas, lo cual identificó como lucha de clases: la pugna para deshacerse de las cadenas de la esclavitud, la servidumbre y la “enajenación” (concepto cuya elaboración inició en los Manuscritos económico-filosóficos de 1844) del trabajo asalariado, el cual Marx asumió como servidumbre bajo horario y paga, en cuya matriz destaca la expoliación del trabajador, de quien el propietario de maquinaria, herramientas, materias primas y del trabajo comprado, se adueña de la riqueza producida, y con ello impone el dominio económico-político-ideológico de la propiedad privada sobre el resto de la sociedad.
La misma biografía de Marx nos indica que su actividad política revolucionaria es indisoluble de su pensamiento y viceversa. En este sentido es autor inclasificable con criterios académicos. No es filósofo, ni economista, ni historiador, ni sociólogo, sino que es todas esas cosas a la vez, que en él se integran para dar lugar a una actividad fundamentalmente dirigida por su ideal de emancipación de la humanidad, por lo cual ninguna de sus teorías puede ser entendida aisladamente y de manera independiente de esta voluntad reivindicatoria.
Puesto que su obra ha tenido inmensa trascendencia, es difícil entender su pensamiento al margen de los resultados a los que posteriormente condujeron determinadas glosas y y hasta alteración de sus concepciones. El mismo Marx se defendía de la interpretación “escolástica” de su pensamiento, razón por la cual decía de sí mismo que no era “marxista”, indicando con ello que no podía clasificarse, esquematizarse ni, mucho menos, dogmatizarse su pensamiento, que siempre entendió como fundamentalmente crítico y dialéctico, y, como toda teoría, sujeta a la crítica y las revisiones y adecuaciones que exige el avance del conocimiento científico experimental y exacto, así como de las ciencias sociales y humanísticas.
“La obra de Marx es abierta como prisma laberíntico con almas múltiples … la antropología filosófica de la plasticidad de la segunda naturaleza [social. La primera es su condición natural pre-social] y la filosofía de la historia … Tomar la obra de Marx como lo que él quiso que fuera: no un corpus o cuerpo cerrado, sino un conjunto no siempre unívoco o consistente de herramientas al servicio de la emancipación” (Parra-Ayala Andrés. 2021. “Marx y el concepto de lo político”. hhttps://doi.org/10.7440colombiaint108.2021.03) (P. 20)
Marx elabora sus tesis sobre la problemática política desde la perspectiva histórica y, en particular, de la sociedad capitalista. En el Prólogo de la Contribución a la Crítica de economía política (1859), Marx clarifica sus tesis sobre economía, habiendo comprendido en su largo viaje intelectual desde la crítica a Hegel, la idea de la lucha de clases (Manifiesto comunista 1848), Salario, precio y ganancia (1865) y, especialmente, en el primer tomo de El Capital (1867). (V.S. Pokrovski, Historia de las ideas políticas, Grijalbo, 1966, p. 448)
“El nombre de marxismo, según Hobsbawm, surgió por vez primera en el período de 1890- 1905. Comenzó en los títulos de los periódicos. La difusión se sustentó en los trabajadores manuales y los intelectuales. Los centros de influencia ideológica eran: 1) Europa central con los movimientos obreros y socialistas alemanes, italianos, ingleses y sus colonias. (En Francia su tradición socialista era nacional). 2) Rusia, los Balcanes (Rumania, Bulgaria, Serbia). 3) EU.
“Alemania y Austria contaban con un partido de la clase obrera cuya ideología era socialista. En el SDP se leían más las obras de Lasalle que de Marx en 1894 y 1895. En Austria el partido socialista se define como marxista” (Guillermo Delahanty Matuk, “Lukács y los escritos económico-filosóficos de 1844”, https://marexismocrítico.com 2015)