Pobreza por ingresos y multidimensional

Ahora le tocó al INEGI la publicación de la pobreza multidimensional 2024 con base en los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que publicó el propio instituto el pasado 20 de julio.
Sabemos que el ingreso laboral —la principal fuente de ingreso de los hogares— ha mostrado una recuperación significativa en los últimos años. Sin embargo, la pobreza multidimensional va más allá del ingreso, pues incluye las carencias de rezago educativo, acceso a servicios de salud, seguridad social, servicios básicos en la vivienda y alimentación nutritiva y de calidad. Conocer estas dimensiones permite identificar áreas clave para la intervención de políticas públicas que impulsen una prosperidad compartida.
Desde México, ¿cómo vamos? se ha identificado a través del Índice de Progreso Social (IPS) que el acceso a servicios de salud y educación son palancas del progreso social. Estos son servicios públicos imprescindibles para mejorar la calidad de vida de las familias mexicanas. Por su parte el INEGI publicó las líneas de pobreza por ingresos correspondientes a julio de 2025. La línea de pobreza extrema (valor de la canasta alimentaria) se ubicó en: $2,453.34 al mes en zonas urbanas $1,856.91 en zonas rurales
Las Líneas de Pobreza ofrecen un referente monetario para determinar si los ingresos mensuales de la población son suficientes para adquirir los productos de las canastas alimentaria y no alimentaria, así como para definir el espacio del bienestar económico en la medición de la pobreza multidimensional.
Las líneas de pobreza se calculan con base en los ingresos o el gasto de personas o hogares, aunque el enfoque prevalente se centra en el ingreso per cápita (por persona) para determinar si ese ingreso es suficiente para cubrir sus necesidades básicas, tanto en el medio urbano como en el rural.
Históricamente, CONEVAL llevaba al detalle la evolución nacional de la pobreza de patrimonio o Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, cifrada en 1992 en 53.1% de los mexicanos; la lectura llegó a subir hasta el 69% del total durante 1996, para luego reducirla paulatinamente hasta un 42.6% para el año 2006. Para el 2012, la lectura de CONEVAL estaba en 52.3% y en su última de evaluación 2024 quedó en 46.8 millones de mexicanos en pobreza.


A nivel local y con los nuevos números de INEGI tenemos: Aguascalientes se posicionó en 2024 como la tercera entidad con menor porcentaje de población en situación de pobreza extrema del país, con apenas 0.6 %. En la clasificación nacional, solo Baja California (0.4 %) y Nuevo León (0.5 %) superaron a Aguascalientes con cifras ligeramente más bajas.
INEGI presentó resultados sobre la pobreza multidimensional para los estados.

En Aguascalientes, tanto la pobreza moderada como la extrema han venido a la baja desde 2016 hasta el 2024, pasando del 26.7% al 16.5% en el caso de la moderada y del 2.2% al 0.6% en el caso de la extrema.
La entidad hidrocálida, también presenta incrementos entre la población caracterizada como no pobre y no vulnerable que pasó del 34.4% al 44.8% durante la década analizada.
Aunque es interesante ver la reducción aguascalentense de una clase media vulnerable por ingresos, que pasa del 11.5% en el 2016 al 7.8% para el 2024; hay que ver su contraste con el aumento de la población vulnerable por carencias que pasa del 25.1% a un 30.4% y cuyas sumatorias pasan del 36.6% al 38.2%. Los vulnerables por carencias sociales: son aquellos miembros de la población que presentan una o más carencias sociales, pero cuyo ingreso es superior a la línea de bienestar.
Ahora bien, las nueve entidades con porcentajes más bajos de pobreza multidimensional de la que se da en Aguascalientes (17.1%) son: Sinaloa (17%), Querétaro (16.3%), Chihuahua (15.1%), Colima (15%), Sonora (14.1%), Coahuila (12.4%), Nuevo León (10.6%), Baja California sur (10.2%) y Baja California (9.9%).