“TETRIS” – APPLE TV+
Si el “Tetris”, ése adictivo videojuego que hizo nuestras delicias a principios de la década de los 90’s donde una serie de tetróminos con diversas figuras y diseños caían del cielo para acumular puntos, carecía de historia o trama, aquella sobre cómo llegó a nuestro continente vía el Game Boy de Nintendo desde la Madre Rusia es una que compensa tal simplicidad, pues según ésta producción para Apple TV+ y dirigida por Jon S. Baird se trató de una compleja e insólita odisea similar a un thriller de espionaje con tintes políticos que significó el riesgo y casi la vida para el principal implicado, un norteamericano llamado Henk Rogers (el eficaz Taron Egerton) quien durante la segunda mitad de los 80’s se dedicó a obtener licencias de juegos exitosos en otras comarcas para vendérselas a las grandes compañías.
Es en una de éstas manobras cuando conoce el “Tetris” en una exhibición en Las Vegas el año de 1988, atraído primero por curiosidad y posteriormente obsesionado por la naturaleza adictiva del videojuego viendo en ello una irrepetible oportunidad de realizar un gran negocio. La trama enfoca mucho de su historia en las andanzas de Rogers por Moscú tratando primero de convencer a los detentores del juego por venderle sus derechos internacionales y posteriormente eludir a la misma KGB, en particular a un agente de nombre Valentin Trifonov (Igor Grabuzov) que ha sido sobornado por la cabeza de una acaudalada firma de equipo digital (Roger Allam) a través de un ambicioso agente de ventas internacional de software (Toby Jones). Rogers deberá encontrar los recursos judiciales y legales necesarios para lograr vencer al mismo sistema ruso y a los desleales competidores, encontrando apoyo en el mismísimo creador de “Tetris”, Aleksei Pajitnov (Nikita Efremov) y sus socios de Nintendo, Howard Lincoln (Ben Miles) y Minoru Arakawa (Ken Yamamura), transformando una rutinaria compra por los derechos globales de un videojuego en una aventura que compromete incluso la seguridad de la esposa de Rogers en Tokyo (Ayane Nagabuchi) y su pequeña hija.
La película recurre a los acostumbrados desfiguros que tanto seducen a los guionistas gringos para presentar historias donde el entretenimiento va antes que la intriga política (peleas, tiroteos y hasta una climática persecución automovilística por las estrechas calles de la entonces URSS), pero el libretista Noah Pink logra remodelar los clichés de forma muy amena adicionando aristas dramáticas y niveles de complejidad a los personajes como el mismo Aleksei Pajitnov a quien no sólo se nos muestra como un genio informático sino como un ser humano dividido entre un sistema que domina su percepción al igual que todo ruso y la lealtad a su esposa y sus propias convicciones.
“Tetris”, al igual que el juego mismo, acomoda todas sus piezas narrativas e interpretativas con inteligencia para que la final el espectador se permita un escapismo de calidad.