Un Congreso que VIOLA Y DERROCHA
El pasado lunes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidó el concepto de persona mediante el cual el Congreso del Estado de Aguascalientes establecía el derecho a la vida desde la concepción y hasta la muerte natural; en otras palabras, un concepto por el que el Congreso pretendía prohibir el derecho al aborto.
Y es que el Congreso del Estado, en reiteradas ocasiones, se ha negado a acatar los mandatos de la Corte, con el fin de complacer a sus electores de corte conservador, a costa de los mismísimos derechos humanos.
En la Plaza de Armas del municipio capital, son cuatro los Palacios gobernantes: Palacio de Gobierno, Palacio Municipal, Palacio Legislativo y el Palacio de la Catedral.
Es aberrante la forma en que los diputados derrochan los impuestos de los contribuyentes: Son 27 diputados, cada uno con un presupuesto destinado para asesores, más la Secretaría General, que también cuenta con su propio cuerpo técnico-legal, encargado, por mandato legal, del estudio y asesoramiento sobre la procedencia de cada una de las Iniciativas que se presentan en el Congreso.
Son ya muchas las ocasiones en las que la Corte ha dejado claro que el derecho a la vida no alcanza al periodo de gestación, cualquier estudiante de Derecho que pase de la mitad de su carrera lo sabe y las organizaciones civiles se lo han advertido una y otra vez a los diputados; era pues, absolutamente imposible para estos no saber que estaban legislando una norma anticonstitucional y sin embargo, como otras veces, lo hicieron, a sabiendas de que la Corte, otra vez, acabaría enmendándoles la plana. Es comprensible si la postura personal de algunos se opone a un mandato legal, pero ello a nadie exime de cumplir con la ley.
El rezago legislativo es enorme y los problemas sociales también, por eso es indignante que en el Congreso se pierda el tiempo legislando ilegalidades y no para asegurar el bienestar y los derechos de los hidrocálidos.
Si usted llega tarde a su trabajo, encontrará descuentos en su nómina; si se presenta en su centro de labores a simplemente perder el tiempo, lo menos que hará su jefe será reprenderlo; si un operario, de manera negligente, descompone una de las máquinas de la empresa, seguramente se le cobrará; quizá, ya es momento de pensar en multas y descuentos vía nómina para los diputados, cuando legislen sobre aquello que bien saben que no están facultados para legislar, porque eso no es más que otra forma de perder el tiempo por el que se les paga y desperdiciar los recursos de los contribuyentes en altas nóminas con poca productividad.