COVID Reloaded. El caso Aguascalientes luego de 9 meses de “prevención”

COVID Reloaded. El caso Aguascalientes luego de 9 meses de “prevención”

Según la propia página del gobierno de Aguascalientes, con actualización al 16 de noviembre, 11,504 casos confirmados y 1,100 defunciones, léase 84 muertos por cada 100 mil habitantes; o lo que es lo mismo, un fallecido por cada una de las colonia y localidades que hay en la entidad, víctimas derivada de la transmisión del virus que provoca el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS).

Ante eso, a nuestras autoridades (del gobernador pa’bajo), a pesar del nuevo “ACUERDO POR EL QUE SE EXPIDEN LAS MEDIDAS EXTRAORDINARIAS EN MATERIA DE SALUBRIDAD PARA CONTENER E IMPEDIR LA TRANSMISIÓN DEL VIRUS SARSCoV2 (COVID-19) Y REDUCIR LA OCUPACIÓN HOSPITALARIA EN EL ESTADO DE AGUASCALIENTES” de fecha 16 de noviembre de 2020, les resulta innegable que les ha quedado enorme el saco.

Y es que independientemente de la falta de probidad evidenciada en el retraso de las decisiones, o de atingencia y coordinación gubernativa, para dejar de jugar a las guerritas financieras con la Federación en tiempos de la pandemia; incluso, para hacer sinergia entre autoridades, tanto municipales, como estatales, para adoptar uniformidad en las acciones preventivas; TODOS procedieron de una manera burda y poco atinada, por lo menos, a partir del 4 de junio de 2020, cuando en el Periódico Oficial del Estado (POE) se publicó el Acuerdo por el que se expidieron las medidas de seguridad sanitaria ante la reactivación económica y social durante la emergencia sanitaria generada por el virus SarsCov2 (Covid19), dado que como recordarán, dichas medidas, permitieron el funcionamiento de bares, cantinas, restaurantes y en general, centros de entretenimiento; dando una falsa impresión de bienestar y creando condiciones para el relajamiento social de las medidas preventivas, a pesar de las advertencias derivadas de la semaforización establecida por la Secretaría de Salud Federal.

Y es que, el problema NO ES, NI HA SIDO, pretender realizar una política antipandémica “local”, considerando las características heterogéneas de los 32 Estados que componen la Federación. Ese esfuerzo hasta es plausible. EL PROBLEMA es que nadie en Aguascalientes fue capaz de sugerir la construcción e instrumentación de tal política (o al menos las medidas preventivas) basándose en la dinámica social que generan las diversas actividades económicas. Dicho de otra manera, las decisiones se han venido tomando bajo el filtro de intereses políticos, o de lo que mejor se quiera o le parezca, y no de mecanismos derivados de la investigación del comportamiento social de la entidad.

Si esto les resulta exagerado, basta echar un ojo al registro de las unidades económicas (UE),[1] realizado por el INEGI, en el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE), que nos ofrece claridad sobre la distribución de las actividades económicas prevalecientes en el Estado, según su clasificación, dentro del Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (SCIAN), del cual hacemos un pequeño extracto equivalente al 44% de las actividades, considerando algunas relacionadas con el contagio del COVID 19, dado que significan actividades que se desarrollan de manera presencial:

En rojo están señaladas algunas de las actividades suspendidas por el acuerdo en comento, publicado hoy (16 de noviembre), en amarillo, los giros que presionaron visiblemente al gobierno para permitir su reapertura meses atrás y que representan un alto grado de riesgo de contagio, y en verde, algunas de las consideradas actividades esenciales.

Ahora bien, en el Estado hay 61,324 unidades económicas, concentrándose en la capital 46,053 de ellas, es decir, el 75%. Del total estatal, el sector preponderante es el comercio (clave SCIAN 46), cuya composición tan sólo en la actividad denominada, Comercio al por menor en tiendas de abarrotes, ultramarinos y misceláneas (clave SCIAN 461110), es más del 8%. Así en la columna de extrema derecha de la tabla, podemos ver su relevancia cuantitativa dentro del conjunto de actividades.

Entendamos la situación, analizando la presencia física de las personas y su consecuente movilidad derivada de las actividades económicas, escudriñando el conjunto de datos del DENUE y el extracto que presentamos en la tabla anterior,[2] permitiéndonos entender al menos que:

  1. Aguascalientes es un estado de comerciantes, con más de 22 mil unidades económicas en ese sector.
  2. Los hidrocálidos compran en las casi 5 mil tienditas de abarrotes instaladas en el Estado. A ello deberíamos de sumarle todos los tianguis (no considerados en el DENUE por su condición de “informal”, así como otras actividades con características similares, llamadas simplemente ambulantes), así como, fruterías, cremerías, entre otros establecimientos que venden las mercaderías al por menor, para la preparación de los alimentos dentro el hogar.
  3. Sin embargo, a los aguascalentenses les gusta comer fuera. Y más la garnacha. Por eso hay 6,977 lugares donde la gente puede acudir para ello. Léase la conocida dieta de la “T” (tacos, tortas, etc.). Sin contar los restaurantes con servicio de preparación de alimentos a la carta o de comida corrida; de los cuales, apenas 245 son los que propiamente llamaríamos “restaurantes”, por emplear más de 5 personas.
  4. En Aguascalientes a la gente le gusta el estatus de suponerse clasemediero. Por eso andan “arregladitos” y pagan por ello, en uno de los casi 2,900 establecimientos dedicados al cuidado personal, como son salones de belleza y peluquerías, así como también compran ropita “de la buena”, en los más de 1,800 establecimientos que la venden, o llevan su carrito a uno de los 929 talleres dispuestos para prestar ese servicio;[3] y hasta se arreglan la sonrisa con alguno de los 837 médicos dentales.[4]
  5. Obviamente, para pagarlo todo, requerimos ir al banco y disponer dinero y otros servicios financieros, en alguno de los 785 establecimientos para tal efecto. Destacando además cuantitativamente, otras actividades que tienen que ver con la composición sociodemográfica, como son las papelerías y las ferreterías.

En general, en Aguascalientes, la gran mayoría de la actividad económica está dispuesta en las llamadas PyME’s y el emprendimiento, abarcando el 83% de las UE con hasta 5 trabajadores.

Justo en este punto y sin ser los grandes estadistas, leyendo la columna de la derecha, ¿Ya se dieron cuenta dónde debieron estar dispuestos los mayores esfuerzos gubernamentales de prevención desde el principio, allá por marzo? Debido principalmente, a que son negocios pequeños que no necesariamente cuentan con capital extraordinario para invertir en medidas de prevención sanitaria, y que son visitados por un amplio y heterogéneo número de personas; a diferencia de las empresas grandes, que, desde tempranas fechas, realizaron protocolos sanitarios para evitar el paro de actividades motivado por el contagio. Explico más preguntando.

Si consideramos que la dinámica social depende de la producción material y que la distribución de ésta se materializa a través de la distribución de las UE, lo más probable es que, muchas personas acudan en calidad de clientes a esos pequeños centros de distribución de bienes de consumo, como lo son las tiendas de abarrotes,[5] por mencionar un ejemplo. Lo mismo ocurre con otras actividades que tienen atención al público.

Por otra parte, haciendo memoria recordamos que uno de los retos del Plan Estatal de Desarrollo era impulsar la innovación en áreas como la electrónica y las TIC’s, entonces ¿Por qué el gobierno, estatal o municipal, no articuló medidas tendientes a facilitar la compra y entrega de mercaderías de uso doméstico y alimentos, mediante plataformas tecnológicas u otros mecanismos gratuitos que disminuyeran la presencia física de las personas? ¿Por qué a ellos no se les entregaron paquetes de materiales sanitarios como medida preventiva? ¿Por qué no se organizaron y convocaron a capacitaciones a los propietarios de las UE de estos sectores, para brindar correctamente la atención a clientes? ¿Por qué no se organizó una red de producción y consumo de productos sanitarios para abastecer a bajo costo a los miles de PyME’s demandantes, evitando la especulación en el precio de los productos? ¿Por qué no se profundizó en una campaña informativa a los ciudadanos (así como la de el lavado de manos) para considerar medidas preventivas específicas en cierto tipo de establecimientos?

Si eso parece demasiado, entonces, ¿Por qué el gobierno, estatal o municipal, no estructuró medidas estrictas para garantizar condiciones sanitarias mínimas en tianguis, mercados, tiendas de abarrotes y pequeños establecimientos donde se preparan alimentos para consumo inmediato, que aglutinan el mayor número presencial de clientes? ¿Por qué el gobierno actuó, si lo hizo, laxamente, y sólo en algunos casos, o en algunos tipos de UE? ¿Por qué les apuraba tanto dejar abiertos bares, cantinas y antros, cuando éstos no llegan ni a 400, y apenas el 27% de ellos(91), emplea más de 5 personas? Toda vez que por las características de la actividad que desarrollan, las UE de la subrama 72241 representan uno de los lugares con mayor riesgo de contagio. Peor aún, ¿Por qué reducirles el horario, cuando simplemente deberían estar cerrados?

Si agudizar las medidas preventivas pudiera resultar operativamente imposible de supervisar, entonces, ¿Por qué hacerlo aún más difícil? ¿Por qué reducir los horarios de otros establecimientos que venden productos de primera necesidad, resultando con ello en mayores concentraciones de personas? ¿Por qué reducir el horario de atención del C.C. Agropecuario, en lugar de generar un esquema de control sanitario de ingreso, únicamente a pie para clientes, ampliando el horario para distribuidores y compradores, teniendo consecuentemente parámetros máximos de ingreso tolerables? ¿Por qué reducir el tiempo de operación o cerrar los supermercados, en vez de exigir que establezcan horarios ampliados, que permitan atención nocturna extraordinaria, posibilitando niveles controlados de ingreso a los establecimientos o número máximo de artículos por venta, evitando aglomeraciones de quienes sólo pueden acudir los fines de semana? ¿Por qué permitir el llamado “Buen Fin”? ¿Alguien pensó algunas medidas de contención, sabiendo lo evidente que resultaría la presencia física de las personas, o simplemente fue esperar hasta que se tuviera que cerrar por la afluencia de clientes? ¿Por qué cerrar los gimnasios o lugares donde se hace ejercicio de manera individual, que mucho ayuda reducir las condiciones físicas que favorecen la gravidez del padecimiento por COVID 19, como son, la obesidad y el sedentarismo? ¿Por qué no obligarlos a calendarizar a sus clientes y a entregar padrones con itinerarios específicos? ¿Por qué no organizar jornadas públicas de acondicionamiento físico, atendiendo medidas sanitarias, como alternativa al confinamiento, utilizando algunas de las instalaciones de los parques? Y entre más pensamos, más alternativas y más preguntas emergen.

Es evidente que, en la extraordinaria situación pandémica, alguna de las 762 actividades económicas que se desarrollan en Aguascalientes, resultarían afectadas para garantizar las condiciones sanitarias de la población. Sin embargo, también lo es que las autoridades no han podido, o no han querido, establecer recursos, ni condiciones lógicas, innovadoras y vinculadas a los sectores productivos, que les permitan funcionar con regularidad en presencia del virus SARSCoV2. Ni qué decir de los desatinos gubernamentales de jugarle a “Chuchita la cuerera” contra la Federación, utilizando la salud ciudadana como pretexto. Si a eso le sumamos pretender incrementar el número de camas disponibles como remedio, o el “manejo oportuno” de los múltiples casos infecciosos dentro de la administración pública, el desastroso resultado es inminente.

Finalmente, es claro que el acuerdo hoy publicado con las medidas para contener e impedir la transmisión del virus, es la expresión tardía y reiterada de autoridades que no contuvieron, ni impidieron oportunamente la propagación del virus. Es claro que tampoco existe un vínculo y una credibilidad que una al gobierno con sus gobernados, ya que, de existir, las personas hubiéramos actuado con mayor responsabilidad en un entorno de información y congruencia. Evidente resulta que la incompetencia y estupidez del gobierno local, se sintetiza en un “acuerdo”, que dilapidará muchos de los pequeños negocios que, derivado de la falta de condiciones organizativas para mantener sus clientes, han ido desapareciendo y lo seguirán haciendo con el pasar de los días; como también es claro que tampoco bajará el índice de contagio, al menos, como pretenden; puesto que simplemente nadie está planteando la reconstrucción de los hábitos de consumo. Léase que no por que cierren las garnachas, voy a dejar de consumirlas.

En suma, las restricciones impuestas al acceso a los bienes de consumo, así como ralentizar el flujo de dinero, derivado de las condiciones pandémicas agravadas, no son necesariamente modificaciones sustanciales a las condiciones físicas del consumo que ponen en riesgo la salud; tampoco son necesariamente vinculantes con los índices de contagio, si antes no se modifican con precisión las condiciones operativas de las UE dónde se realiza el consumo, pues seguimos viendo filas sin sana distancia y aglomeraciones trasladadas afuera de los establecimientos. Asimismo, requerimos la estructuración urgente de nuevas políticas públicas que propicien modificaciones a los hábitos de consumo, y que esto, represente a mediano y largo plazo, condiciones materiales congruentes y coherentes con la llamada “nueva normalidad”. Incluidas acciones preventivas respecto de las condiciones físicas y de salud de la población. No podemos seguir consumiendo, ni el Estado aceptando que se produzcan, mercaderías que, al ser consumidas con regularidad, acarreen alguna afectación directa o indirecta a la salud de los gobernados. De no hacerlo, viviremos ironías ridículas que demuestran la incapacidad del Estado de atender las obviedades relativas a la salud de los ciudadanos, como es el hecho de que, el mayor precursor de diabetes en el país, The Coca-Cola Export Corporation sucursal en México (conocida como «Coca-Cola México»), sea el primero en proporcionar barreras acrílicas a las tiendas de abarrotes, como medida preventiva para impedir la transmisión del virus SARSCoV2 (COVID-19), entre otras acciones que publicitan en su página (https://www.coca-colamexico.com.mx/noticias/comunidad/donaciones-a-favor-de-la-salud), y que bastante jabón le abonan para lavarse la cara, luego de que la comunidad médica ha señalado que, las personas mayores y las personas con afecciones médicas preexistentes (como diabetes, enfermedades cardíacas y asma), parecen ser más vulnerables a enfermarse gravemente con el virus.

Con lo que sí es vinculante el acuerdo de marras, reitero, es con la extinción de las condiciones de negocio, dadas las restricciones del ingreso de dinero y las prohibiciones de operación, que literalmente equivalen a liquidar los negocios. Esperemos al menos que la “recarga” de las condiciones pandémicas, traigan consigo algo de conciencia colectiva, más allá de los gobernantes, puesto que mucha falta hace la razón de quienes al final, ya tendidos; ni negocio, ni dinero llevaremos. Lo primero es vivir. Simplemente hay que organizarnos. Sólo así saldremos adelante.

Mi deseo sincero de ánimo y voluntad inquebrantable para todos.

  1. El SCIAN define lo siguiente:Unidades tipo establecimiento

    Establecimiento. Es la unidad económica que en una sola ubicación física, asentada en un lugar de manera permanente y delimitada por construcciones e instalaciones fijas, combina acciones y recursos bajo el control de una sola entidad propietaria o controladora, para realizar actividades de producción de bienes, compra-venta de mercancías o prestación de servicios, sea con fines mercantiles o no.

    Unidades tipo empresa

    Empresa. Es la unidad económica que, bajo una sola entidad propietaria o controladora, combina acciones y recursos para realizar actividades de producción de bienes, compra-venta de mercancías o prestación de servicios, sea con fines mercantiles o no.

    Unidades auxiliares

    Unidad auxiliar. Es la unidad económica que en una sola ubicación física, asentada en un lugar de manera permanente y delimitada por construcciones e instalaciones fijas, combina acciones y recursos bajo el control de una sola entidad propietaria o controladora, para realizar actividades de apoyo destinadas a otro u otros establecimientos con los que comparte su razón social. Es un tipo especial de establecimiento utilizado sólo para las actividades que se captan con la unidad de observación tipo establecimiento.

    Cualquier consulta sobre los criterios de clasificación económica, así como los elementos para definir las unidades económicas, consulte https://www.inegi.org.mx/app/scian/

  2. Es importante señalar que no haré el cálculo de afectación (contagio) probable a partir de las UE, debido a que las variables en que puedo calcularlo son enteramente económicas y dejarían fuera las variables específicas del comportamiento infeccioso del virus, mismas que en este momento no conozco a plenitud, pero que los alcances explicativos del artículo nos permiten obviar, centrándonos en los elementos más evidentes del conjunto de datos.
  3. Somos uno de los estados con más vehículos per cápita, con 635,107 unidades particulares registradas en 2019, según el INEGI.
  4. Salvo la comprobación de que la presencia tan alta de servicios dentales, sea derivada de la problemática provocada por la dureza del agua.
  5. Piense en el número que quiera de clientes para una tienda de abarrotes, para asimilar el ejemplo.

Manuel González

Politólogo egresado de la UAA. Maestría en Análisis y Visualización de Datos Masivos por la Universidad Internacional de la Rioja

Manuel González

Politólogo egresado de la UAA. Maestría en Análisis y Visualización de Datos Masivos por la Universidad Internacional de la Rioja

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