Educación inicial: Un comienzo difícil y olvidado


“Los bebés esconden secretos en sus llantos, en sus sueños, son seres misteriosos que desnudan con sus gritos toda la fragilidad del mundo. Los bebés nacen para decirnos una y otra vez que sin ellos la alegría se extravía”.
— María Emilia López Especialista en Educación Temprana
Lucas es su nombre, tiene una sonrisa de luz que aflora a cada momento y contagia; duerme plácido con ella en varias ocasiones durante el día y la noche, con arrullos que son poesía cantada; tiene nueve meses revolucionando la vida familiar. Y es mi nieto. A su edad ya combina la leche materna con la papilla, gatea y le gusta explorar, tiene juguetes favoritos y los busca, y comienza a copiar los movimientos que ve y los sonidos que escucha. Lo cuidan amorosamente su mamá y su papá, una “nana” y también su abuela detallista y preocupona (o sea, con un gran sentido de responsabilidad). No va a la “guardería”, pero, tarde que temprano, irá a un Centro de Atención Infantil (CAI) y será uno de los pocos que se beneficien con este servicio.
Según el Censo de Población del año 2020, del INEGI, en el año 2020 existían en Aguascalientes 71,864 niñas y niños de 0 a 3 años, pero sólo se atendía el 7% aproximadamente de ellos en educación inicial. Los factores que han provocado este rezago son diversos, como la falta de cultura familiar para incorporar a estas niñas y niños a este servicio o por la incapacidad de los gobiernos de incrementar el número de centros y programas. El propósito de todo esto es: “potencializar el desarrollo integral y armónico de las y los niños en un ambiente rico en experiencias formativas, educativas y afectivas, lo que les permitirá adquirir habilidades, hábitos valores, así como desarrollar su autonomía, creatividad y actitudes necesarias en su desempeño personal y social”.

A partir de la reforma de 2019 de nuestra Constitución, la educación inicial es un nivel de la educación básica, es obligatoria y el Estado mexicano es responsable de ampliar el servicio, porque es un derecho de las y los niños mexicanos. El reconocimiento de su importancia, desafortunadamente es reciente, pues el gobierno federal apenas creó en 1978 la Dirección General de Educación Materno Infantil en la Secretaría de Educación Pública y hasta hace cinco años, en el “Programa de Educación Inicial: Un Buen comienzo”, por fin se escribió con mayor claridad un fundamento científico que da sentido y relevancia a esta educación:
“Los avances de la investigación en psicología, pedagogía, neurociencias, economía y sociología han aportado fundamentos sólidos que señalan que desde el embarazo de la madre y durante los primeros años de vida se abre una ventana de oportunidad para el aprendizaje, desarrollo y bienestar del ser humano. Las intervenciones educativas de calidad y con pertinencia y los vínculos afectivos que se establezcan con los niños pequeños contribuirán para que ellos sean personas que busquen y se provean mejores condiciones de aprendizaje, desarrollo y bienestar a lo largo de toda su vida.”
Ya no sólo se trata de un derecho de las madres trabajadoras de contar con un espacio para que dejar a sus hijos pequeños mientras laboran, sino un derecho humano fundamental para que estos infantes cuenten con una educación de excelencia en sus primeros años de vida.
La Ley General de Educación precisa que la Secretaría de Educación Pública determinará los principios rectores y objetivos de la educación inicial, con la opinión de las autoridades educativas de los estados y la participación de organizaciones de la sociedad civil, además de docentes, académicos y padres de familia o tutores. Este proceso, sin embargo, ha sido poco participativo, aunque la declaración de obligatoriedad es ya un gran avance.

En Aguascalientes existen dos modalidades en este nivel: la escolarizada y la no escolarizada. De la primera, existen los siguientes servicios: 73 Centros de Atención Infantil incorporados al Instituto de Educación de Aguascalientes (IEA); nueve de sostenimiento público (DIF Estatal, DIF Municipal, IMSS, ISSSTE e ISSSPEA); uno de sostenimiento federal, siendo el único con servicio gratuito; 63 son de sostenimiento particular con subrogación del IMSS, ISSSTE e ISSSPEA, y tres CENDI en proceso de regularización. La cantidad de personas adscritas, considerando las diferentes funciones, es de 1,607, que atiende a 4,420 alumnos. El trabajo se realiza siguiendo los lineamientos de programas federales.
En la modalidad de educación inicial no escolarizada se tienen dos programas estratégicos: las Visitas a los Hogares y Centros Comunitarios de Atención a la Primera Infancia (CCAPI). En el primero se trabaja en diez 10 municipios de la entidad, con 25 agentes educativos que atienden a 450 niñas y niños de 0 a 3 años, a sus familias y a mujeres en el último trimestre del embarazo. Del segundo programa, hay dos Centros comunitarios, en El Llano y en Rincón de Romos, donde laboran dos agentes educativos, que atienden a 41 niñas y niños y a sus familias. En este programa los gobiernos municipales ofrecen apoyos, el gobierno federal paga al personal y las madres de familia cada día preparan alimentos para sus hijas e hijos.
En todo el estado existen 1,036 agentes educativos, que se han capacitado en el Programa de Educación Inicial: Un Buen Comienzo. A la vez, con el Programa de Expansión de la Educación Inicial se mejora el equipamiento y se financia la capacitación. El IEA, por su parte, apoya las actividades pedagógicas y administrativas, cuenta con una persona responsable del programa estatal, dos coordinadoras para atender las modalidades escolarizada y no escolarizada, y cuatro supervisoras para los CAI subrogados y para el CAI federalizado.

Existe un gran porcentaje de instituciones particulares que prestan servicio de educación inicial que no está incorporado al IEA, por lo que se requieren estrategias y acciones que permitan su afiliación.
El reto es de cobertura, especialmente, en las zonas más pobres y vulnerables de Aguascalientes, tal como lo señala la Constitución y la Ley General de Educación; pero también el reto es de calidad, de excelencia, y en esto es prioridad mejorar la formación inicial y permanente de los agentes educativos, pues de su vocación y preparación depende su desempeño; también son necesarios el acompañamiento y la supervisión de centros públicos y particulares. La visión de la gente también debe cambiar, pues es inconcebible seguir viendo a estos lugares como espacios donde se “guarda” a los niños mientras las mamás trabajan.

Al IEA le toca encabezar, coordinar y emprender este gran trabajo, pero requiere también del apoyo financiero y material del gobierno de la federación. He tenido la oportunidad y el gusto de intercambiar información y opiniones con el personal que labora en el IEA y he percibido que hay conciencia de la magnitud de los retos. Estoy seguro que muchas personas involucradas mantienen un compromiso con su trabajo y esto es digno de reconocer, pero también sé que falta una cultura de mayor involucramiento por parte de los padres de familia y en general de la sociedad de Aguascalientes. Y esto hay que decirlo en voz alta.
