NORA… ya ganó
Nota del editor
El articulo fue enviado a la redacción de Cardenche con fecha 2 de junio y se publicó hasta el 5 con el propósito de que el espacio que nos aloja no fuera sancionado, por lo que tiene un valor intelectual y contributivo a la causa de la izquierda al que tenemos un gran aprecio y admiración.
Contagiado de esa esperanza porque en Aguascalientes el conservadurismo gobernante sea derrotado en las urnas y lleno del optimismo de quien sabe con certeza que morena y su candidata podrían lograrlo, me es difícil externalizar crítica fraternalmente porque el cambio verdadero para Aguascalientes, de la mano de ya saben quién, tendrá que esperar al menos otros tres años. Pero tendrá que ser una espera activa, educativa, constructiva, provocadora de cambios y feminista, o simple y llanamente no será.
En el primer artículo que escribí a finales de febrero sobre esta elección, puse en blanco y negro algunas consideraciones sobre el proceso electoral que iniciaba y que, ahora que está por terminar, bien pueden ser utilizadas como colofón:
En Aguascalientes “… se trata de construir el perfil competitivo y ganador del conjunto de los militantes de morena, identificados y tasados con el impulso del proyecto de la 4T, con arraigo social… capaces de generar un ánimo de cambio en una sociedad adormecida por el conservadurismo y la mediocre visión de futuro de los gobiernos panistas”.
Con el convencimiento de que
“cualquier candidatura de la 4T … requiere años de lucha comprometida, una organización de base forjada en la lucha social, educada para accionar de acuerdo con métodos democráticos, formada políticamente para aportar cuadros que fortalezcan a las dirigencias del partido, y una organización profesional del partido capaz de impulsar y potenciar, desde la base misma de la sociedad, la lucha por ese cambio verdadero que ya está en ruta con representantes populares y funcionarios públicos comprometidos con el proyecto transformador”.
E insisto ahora, como en ese entonces:
“Si estuviésemos construyendo desde ahora un partido así, posiblemente la elección sería más bien un ejercicio de refrendo de la posición de morena en el ánimo ciudadano como su partido político, pero estamos lejos de un escenario de esa naturaleza”.
Nora ya ganó, no me cabe duda. Viniendo de menos a más, la campaña fue de ella: como oradora, como propagandista, como candidata hizo lo que dicta el manual y gano la campaña. Pero la elección básicamente se gana con votos, y para la izquierda, esos votos o son ejercicios ciudadanos de conciencia o son votos rebeldes que le ponen freno al mal uso y abuso del poder político.
Aquí en Aguascalientes muchos en morena esperaban ganar como en 2018, cuando la ciudadanía ejerció un voto rebelde y le dio el triunfo a Andrés Manuel, querían que se repitiera esa historia en la elección de gobernadora, pero hicieron muy poco para lograrlo.
La realidad fue que las acciones y posicionamientos no fueron ni suficientes ni congruentes: la denuncia de los actos de corrupción de la candidata del PRIAN, fueron más fuertes y ruidosos por las otras candidatas, y para morena y su candidata, tardíamente se habló de ello en la campaña, y aun con la intervención de los dirigentes nacionales, el tema se quedó en el limbo de denuncia mediática y con muy poco efecto en los medios locales, especialmente los chayoteros que son casi todos y en los oficiales que prácticamente no hicieron eco de dichas denuncias.
Por lo mismo, el descontento ciudadano con ese gobierno conservador y corrupto no se pudo palpar a pie de calle ni se convirtió en factor ciudadano de decisión masiva sobre el sentido del voto o el voto de castigo; el desempeño de la dirigencia estatal de morena para señalar los desvíos del gobierno panista fue errático y el posicionamiento de los representantes populares de morena en la cámara de diputados local brilló por su ausencia frente a ese gobierno al que, según la candidata de Movimiento Ciudadano, la misma bancada de diputados de morena fueron cómplices de los panistas. De esa manera se perdió la ventana de oportunidad que debía ser en esta campaña una bomba que hundiría el barco de la alianza aberrante.
Por las características de la campaña de Teresa Jiménez, se puede decir que el tipo de voto que seguirá predominando y se verá reflejado en las urnas el 5 de junio, será el voto clientelar y corporativo que le otorgará una mayoría ciudadana fiel al espíritu conservador, el cual será suficiente para ganar con cierta holgura; por lo mismo, habrá muy pocos votos de descontento y rebeldía contra el mal gobierno PANISTA (el voto migrante o voto de castigo, no será suficiente para que la ausencia en las urnas de una parte de la ciudadanía simpatizante del PAN o el voto de descontento que algunos ciudadanos le darán a la candidata de Movimiento Ciudadano, después a la de MORENA y por último a la del PT-PVEM sirvan para voltear el resultado de la elección.
Posiblemente, si no hemos pulsado bien el ánimo ciudadano conservador, es posible que el mayor castigo para la candidata de la alianza aberrante sea que muchos panistas no salgan a votar; sin embargo, el efecto que eso tendría es que, cuando mucho, se cerraría la brecha entre el PAN y MORENA, sin que por ello se le pudiera voltear el resultado de la elección al PAN.
Para que eso sucediera, la participación ciudadana tendría que caer por abajo del 40% al mismo tiempo que la ciudadanía simpatizante de morena y su candidata se volcaran a las urnas. Sin embargo, ese es un escenario difícil de ver, aunque no imposible; por lo que, si sucediera, pronto los miles de seguidores de la cuarta transformación estaríamos festejando y adquiriendo el compromiso de gobernar para todos y por el bien de todos, atendiendo primero a los pobres.
Pero aun perdiendo la elección, MORENA y su candidata Nora Rubalcaba ya ganaron.
Se puede sentir en la calle y en las mismas encuestas que el partido del Presidente tiene decenas de miles de simpatizantes agradecidos de su forma de gobernar porque lo sienten en sus hogares, en sus bolsillos y en general en su vida cotidiana pero esa simpatía, traducida a votos, no es suficiente y menos si no está organizada territorialmente en las 622 secciones electorales.
Si desde 2019, 2020 y 2021 se hubiese tomado en serio la organización de la simpatía ciudadana por el gobierno del Presidente AMLO, su partido MORENA, habría capitalizado ya la simpatía espontánea y natural de tres años de ejercicio de gobierno. Pero al menos aquí en Aguascalientes no ha habido tal, ni se ha formado políticamente a las nuevas generaciones de luchadores sociales capaces de darle continuidad al proceso transformador, ni se le ha educada a la ciudadanía para exigir buenos gobiernos, ni se le ha motivado para construir comunidad y ejercer la solidaridad.
Los comités de defensa de la cuarta transformación son apenas ensayos burocráticos y poco atendidos, por lo que no se han convertido en esas unidades de acción política de barrio, ranchería o colonia que acompañen desde abajo el proceso de cimentación de la transformación. ¿Cómo se espera obtener votos de simpatía con el proceso transformador y votos de conciencia por el cambio verdadero si el partido del Presidente no se presenta ante la sociedad unido y congruente con sus principios y programa y capaz de organizar al pueblo?
Por eso en esta elección, esos comités se rezagaron y se desdibujaron, jugaron un roll secundario, tanto que los grupos de apoyo que vinieron de otros estados del país a reforzar la campaña acapararon la atención de propios y extraños y sin que fuese el propósito, se convirtieron en blanco de ataques y guerra socia para manchar la campaña, debido al miedo que provocaron con su activismo incansable y alegre por todos los rincones del estado promoviendo la imagen de la candidata y su programa de gobierno.
Como ya se demostró, con el apoyo de otros estados y con sus activos locales morena Aguascalientes pudo ganar una campaña electoral, pero para ganar la elección no logrará reunir los votos suficientes. A mediados de marzo de este año señalaba lo siguiente:
“… si MORENA aspira realmente a ganar, tendrá que encontrar la forma de convencer a la ciudadanía indecisa, a los simpatizantes de la derecha neoliberal, críticos de la aberrante coalición PAN-PRI-PRD, y a los jóvenes que no votan porque todos los partidos son iguales, de que su candidata no es mercancía, sino la cabeza y legítima representante de la cuarta transformación de la vida pública de México en Aguascalientes, que tiene el programa para gobernar para todos, privilegiando la atención urgente a los más pobres.
Y terminaba señalando “Si logra llevar este mensaje y convencer a esa parte de la ciudadanía, entonces estará superando, tal vez, la barrera de los 250 mil votos, con los que se podría decir, ahora sí, que está disputando seriamente el triunfo electoral por el Gobierno del Estado, a la derecha neoliberal”.
Al respecto creo que se hicieron esfuerzos importantes por interesar a los jóvenes, está por verse si se les convenció de votar por morena; la presentación de la candidata como “cabeza y legítima representante de la cuarta transformación” no dejó lugar a dudas, hasta los medios chayoteros, especialmente los de la mexicana le dieron trato de “amiga” fue bien recibida por empresarios, los maestros jubilados la corearon espontáneos en un evento organizado por la candidata del PRIAN.
Sin embargo, no se atendieron suficientemente a dos segmentos de ciudadanos por lo que se redujeron las posibilidades de emparejar y luego remontar y superar con su apoyo al PAN: la ciudadanía indecisa y los simpatizantes críticos de la alianza aberrante provenientes tanto de las filas del PRI como del PAN entre las clases medias del poniente de la ciudad.
Como líder moral del partido que ella ayudo a forjar desde sus cimientos, Nora Ruvalcaba dejó mucho que desear respecto a la inclusión de un segmento importante de la militancia activista de izquierda de morena, no fue comprensiva con los descontentos con el proceso de su elección como candidata, y lejos de acercarlos buscando acuerdos, los alejó hasta que los más débiles perdieron el rumbo y traicionaron el movimiento uniéndose a la candidata de la alianza aberrante.
Por el contrario, fue tolerante con los caballos de Troya que desde dentro de morena corroyeron y socavaron las posibilidades de una organización fuerte, suficiente y preparada para promover y defender el voto, dejando que la estructura de promoción quedara en las manos menos calificadas, esas que en 2021 demostraron su incapacidad para dar resultados positivos para el fortalecimiento del partido del cual emanaron. No en vano los golpes mediáticos más explotados por el PRIAN giraron alrededor de personajes que traicionaron el movimiento, no en esta campaña sino desde mucho antes, pero que les valió para la guerra sucia.
Tal vez por eso, brillaron como no se había visto antes en una campaña electoral los amigos morenistas que vinieron a Aguascalientes a ayudar haciendo mucho bullicio y metiéndole alegría a la campaña, haciéndole mucho ruido a las huestes PRIANISTAS.
Estábamos acostumbrados a ver como el PAN y el PRI acaparaban los reflectores con sus actos vistosos y su presencia apabullante en las calles, en los vidrios de los vehículos, en las bardas de las casas, en los cruceros y las plazas públicas, pero en esta elección, por primera vez dejaron de ser de su propiedad y tuvieron que aprender a compartir las calles y los espacios públicos con sus contrincantes de morena, por cierto más ruidosamente alegres que sus operadores electorales, sus mapaches y sus brigadas de contención.
Desde este punto de vista, debo decir, sin embargo, que al cierre de la campaña, para morena Aguascalientes, no hay condiciones suficientes para ganar la elección. Mejorará sí, y mucho, su perfil competitivo y ganador en el ánimo ciudadano, alcanzando con buenas posibilidades el número de votos de la mayor votación histórica lograda por AMLO en las elecciones presidenciales de 2018 cuando se demostró que los conservadores, aun en su propia tierra, no son invencibles. Pero esa cantidad de votos, si los logra obtener, ya no le alcanzarán para ganar la elección.
Ahora morena y sus siguientes candidaturas tendrán que competir sin la diaria y contundente presencia del Presidente, tendrá que aprender rápido, como partido político, a valerse por sí mismo y reproducirse en la sociedad a escalas que no conoce, si aspira a desplazar a la derecha neoliberal de este importante espacio de poder político, de lo contrario, correrá la misma suerte que el PAN en Tabasco o que el PRI en la Ciudad de México.
Pero perdiendo dignamente, esto es, disputando realmente el poder político por medios pacíficos, con votos en las urnas, Nora ya ganó, morena ya ganó.
El peor resultado será que no logra romper la maldición del 25% de la votación de 2019 y 2021, misma que Consulta Mitofsky comparte en su última medición para esta elección de 2022 con ese mismo porcentaje, en ese caso, Nora y morena habrán perdido y se habrá cumplido su frase de campaña del “Ahora o Nunca”. No comparto esa medición pesimista.
Pero celebraré como un triunfo contundente de la campaña electoral de la candidata a gobernadora de morena si logra la hazaña de alcanzar el 37% de la votación que FACTO MÉTRIC S.A. de C.V. le da en su última medición entre el 30 y el 31 de mayo, porque aun perdiendo con un margen de 10 puntos porcentuales, esa votación habrá dado lugar a condiciones favorables para la capitalización en forma de organización social de la simpatía ciudadana para formarla en la lucha, no solo por la defensa, sino por la participación en la construcción de la cuarta transformación de la vida pública en todos los micro territorios de la tierra de la gente buena.