Nuevos libros de texto, viejos debates sobre la educación sexual

Nuevos libros de texto, viejos debates sobre la educación sexual

¿Quién ha leído los nuevos libros de texto?

La reforma educativa del gobierno federal ha removido los viejos debates sobre la educación que deben tener las nuevas generaciones. Según las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la educación que promovían los gobiernos anteriores era neoliberal, clasista, eurocéntrico, colonial y patriarcal. Por su parte, para los opositores, lo que impulsa el actual grupo en el poder es adoctrinamiento ideológico y político perverso porque se quiere formar a las personas para que apoyen el proyecto de Morena y del presidente de la República. Muestra de ello, dicen, son los contenidos de los nuevos libros de texto para primaria. De estos últimos, en estos días se han incrementado las opiniones y muchos hablan de ellos, pero pocos los han leído. Lo cierto es que ni sus contenidos van a llevarnos al comunismo ni van a pervertir a las y los niños en el salón de clase.

Libro de Salvador Camacho, publicado por la UAA
Libro de Salvador Camacho, publicado por la UAA

La educación sexual vuelve a aparecer en la escena pública y se cuestiona otra vez la perspectiva de género, que para la oposición es “ideología de género”. Para los opositores la naturaleza humana refiere sólo a dos posibilidades genéticas: ser hombre o mujer, lo demás es antinatural y depravación. La polémica, se sabe, no es exclusiva de México, pues se trata de un debate internacional que está adquiriendo mayor fuerza. Los partidos políticos, iglesias y organizaciones sociales han asumido posturas que trascienden el ámbito educativo, para posicionarse cultural y políticamente en la población.

En México, la educación sexual fue un tema que apareció durante el gobierno de Porfirio Díaz al iniciar el siglo XX, pero fueron la Iglesia católica y sus organizaciones las que se opusieron a que se impartiera en las escuelas del país. Los contenidos de educación sexual en los programas de educación primaria se quisieron difundir durante los gobiernos posrevolucionarios. En particular, en los años treinta, siendo titular de la SEP Narciso Bassols, se tomaron decisiones a favor de la coeducación y la educación sexual, vista desde una perspectiva de salud y de comprensión de la naturaleza humana. Esta iniciativa no tuvo el éxito deseado.

Con la escuela socialista, de 1934 a 1940, el gobierno de Lázaro Cárdenas volvió a tomar el tema y hubo resultados, pero, nuevamente, los grupos detractores se movilizaron e hicieron cambiar el rumbo (1). Más tarde, con la publicación y distribución de los libros de textos gratuitos al iniciar los años sesenta del siglo XX y después con el gobierno de Luis Echeverría Álvarez, la educación sexual tuvo un espacio que provocó una reacción virulenta por parte de la Iglesia católica, de grupos vinculados a ella y del Partido Acción Nacional (PAN) (2).

Los grupos opositores sabían que los libros de texto son un instrumento eficaz para atender los propósitos culturales e ideológicos del Estado mexicano, puesto que ellos, ciertamente, buscan homogeneidad en los saberes y concepciones sobre el mundo. Estos libros son un medio poderoso para apoyar la labor de los maestros y así lograr inculcar los contenidos educativos considerados como esenciales en la formación de los nuevos ciudadanos (3).

Aún con esta oposición, el Estado mexicano ha venido ejerciendo una “rectoría” sobre los contenidos de planes, programas y libros de texto (4). El laicismo y concepciones científicas y modernas han venido sorteando obstáculos para que la educación sexual llegue a ser un derecho, tal como lo obliga la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en México.

Con la llegada de la alternancia política y el triunfo del PAN, y Vicente Fox como presidente en el año 2000, se dio un acontecimiento relevante, el cual dejó ver el poder de grupos católicos por mantener su postura en contra de la educación sexual. Este conflicto se presentó ya no por los contenidos de educación sexual en primaria sino por las lecciones sobre sexualidad en los libros de Biología de primero de secundaria (5). Con todo, el carácter laico del artículo tercero de la Constitución política se mantuvo.

El placer y el amor en la sexualidad

El conflicto surgido con el libro de Biología de secundaria de 2006 puso en la mesa de discusión nuevas concepciones de educación sexual. Una de las personas que participaron en este proceso fue Ana Rosa Barahona Echeverría, investigadora y profesora de la UNAM. Según ella, el contenido pretendió trascender la enseñanza sobre la reproducción para abordar temas, algunos de los cuales ya se ofrecían en los libros de primaria. Atendiendo a las indicaciones de la SEP, se concibió la sexualidad no sólo desde la perspectiva científica, sino también desde su relación con la literatura, la historia y el desarrollo de la sociedad. También eran contenidos relevantes el placer, la prevención del abuso sexual, el respeto a la diversidad sexual y los sentimientos de amor.

Una de las primeras organizaciones que reacciones en contra fue la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), luego se sumaron grupos católicos y el PAN, entre otros. Hubo escritos en la prensa y manifestaciones callejeras. La demanda de respetar el “derecho de los padres de familia a educar a sus hijos de acuerdo con sus valores morales y religiosos”, se escuchó nuevamente. Ana Barahona señaló que, si bien los padres tenían ese derecho, también era verdad que “cuando las decisiones individuales de los adolescentes y jóvenes, como iniciar la vida sexual, se convierten en problemas de salud pública, el Estado y sus gobiernos tienen la obligación de diseñar políticas públicas para controlarlos” (6).

La inconformidad se dio de manera desigual en los estados. Por ejemplo, la Coalición para la Participación Social en la Educación (COPASE), en Mexicali, Baja California, rechazó el libro de Biología porque ofrecía “información científica falsa” y hacía “promoción sexual”, al hablar de autoerotismo, homosexualidad, condones y anticonceptivos (7). En Aguascalientes, el presidente de la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal y obispo, Ramón Godínez Flores, dijo que debía retirarse dicho libro porque sus contenidos eran “dañinos” al promover la masturbación y la búsqueda del placer a través del sexo, y porque sugerían “la práctica de parafilias” e “inducían al uso de material pornográfico”, lo cual derivaría automáticamente en que el adolescente realizara “conductas patológicas». También afirmó que promovía el derecho al placer y se potenciaban conductas de riego en los adolescentes; aunque reconoció que no había leído el libro, que sólo lo conocía “por reportajes” (8).

En Aguascalientes organizaciones católicas enviaron una carta al gobernador en la que expresaban “una grave preocupación” por la publicación del libro, hacían críticas y terminaban con una petición concreta: que el mismo gobernador lo rechazara y que manifestara “su inconformidad al Secretario Federal de Educación Pública, Dr. Reyes Tamez”. Al final, asumiendo cierta autonomía, la autoridad educativa en el estado apoyó las editoriales cuyos libros “suavizaban” la enseñanza de la sexualidad. Para la responsable del sistema educativo estatal, el libro donde participó Ana Barahona abordaba la sexualidad de una forma muy “fuerte y hasta vulgar” (9).

Un sustento, entre otros, de algunos grupos opositores están en la Biblia, en lo afirmado por los padres de la Iglesia y en los acuerdos de la jerarquía eclesiástica. Por ejemplo, en el Génesis hay referencias al rechazo de la masturbación y a la contracepción, al referirse a la historia de Onán, quien derramó semen en la tierra para no dar descendencia a su hermano muerto y, por ello, es condenado por Dios 10).

En la actualidad, la jerarquía eclesiástica tiene sus fundamentos para tratar estos temas en documentos y acuerdos relevantes, tales como la encíclica sobre la Moral Fundamental de 1993 y el Catecismo de la Iglesia Católica, así como en lo estipulado por la Congregación para la Doctrina de la fe, la cual rechaza “El uso deliberado de la facultad sexual fuera de las relaciones conyugales normales [que] contradice a su finalidad, sea cual fuere el motivo que lo determine”, como la masturbación, la cual es vista como “un acto intrínseca y gravemente desordenado”. Para la Iglesia católica, hay un desbarajuste sexual propiciado por el mundo contemporáneo y sus depravaciones; por la debilidad innata de las personas, “consecuencia del pecado original” y, entre otros factores, por el “olvido del pudor, custodio de la castidad” (11).

Con este tipo de planteamientos es que algunos grupos han fundamentado y argumentado su oposición y resistencia al tipo de educación sexual que ha promovido el gobierno federal y organizaciones liberales de la sociedad. Dicha oposición refuerza la presencia de la religiosidad en el tratamiento de asuntos públicos donde la laicidad avanza zigzagueante y con ciertos retrocesos en regiones y entidades del país.

2016: contra la “ideología de género”

La oposición a la educación sexual en libros de texto nuevamente se manifestó en el año 2016. Un rumor desató un conjunto de inconformidades que convergieron en protestas pacíficas en diferentes partes del país. En este caso, las movilizaciones estuvieron dirigidas a una posible implementación de programas de sexualidad en preescolar, primaria y secundaria, los cuales, según los opositores, consideraban la perspectiva de género, el matrimonio igualitario y las adopciones de niños por parejas del mismo sexo.

En esta ocasión, jugaron un papel muy importante las redes sociales. Así lo señala una persona: “Lo vi, bueno, vi las fotos que mandaron… Decían que esos manuales que se iban a dar eran manuales de información muy explícita, hablando abiertamente sobre la homosexualidad y sobre todos los otros tipos de género que se supone existen” (12).

Esto preocupó a grupos de personas en varias entidades del país, principalmente en Monterrey, Zacatecas y Aguascalientes. En este último estado, algunas asociaciones civiles manifestaron su inconformidad. Las autoridades de la SEP dijeron que no había tales libros; pero, la aclaración no tuvo el resultado esperado y la protesta continuó, mezclando iniciativas de política pública, que también fueron rechazadas. Una de ellas fue la decisión de adecuar y aprobar en los estados la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. A todo esto, se sumó la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto para legalizar el matrimonio igualitario en México, a mediados de mayo de 2016, que también fue cuestionada.

Lo anterior, en efecto, detonó un conjunto de críticas y acciones de protestas. En Aguascalientes, el obispo de Aguascalientes se opuso al matrimonio entre personas del mismo sexo y las insultó una y otra vez: en septiembre de 2014 había comparado la unión gay con relaciones zoofílicas y en octubre de 2015 dijo que la homosexualidad era una enfermedad como la sífilis. Un año después dijo que la homosexualidad formaba parte de un modelo “ideológico… sajón, nórdico”, que había sido implantado a toda la humanidad a la fuerza y era contrario a la lógica: “Llamarle matrimonio, dijo, es contrario a la lógica y contrario a la naturaleza” (13).

El caso del obispo De la Torre no fue aislado. La Archidiócesis de México, encabezada por Norberto Rivera, dedicó varias páginas en su semanario a rechazar el matrimonio homosexual. En “Desde la fe” mencionó que la unión entre personas del mismo sexo “no tiene estabilidad emocional” y que en ella había más celos, resentimientos y rupturas. Parte su información se fundamentaba en los hallazgos científicos del sociólogo estadounidense Paul Sullins (14).

Del lado contrario, muy pocas personas alzaron la voz, entre ellos el director de un diario local, quien escribió: “José María de la Torre es un obispo comprometido con el discurso de odio, que sin freno se lanza a insultos contra la homosexualidad” (15). También se expresaron públicamente en varias partes del país los grupos que sí aprobaron las iniciativas gubernamentales, en particular las organizaciones de la comunidad LGBTTTI. En Aguascalientes, cerca de mil personas abogaron públicamente “a favor de los derechos de las minorías”. En otros estados ocurrió lo mismo, pero en cantidad fueron mucho menos a las de los opositores (16).

Marchar por las calles fue un medio recurrente para quienes se oponían o apoyaban estas iniciativas de gobierno. Una de las organizaciones que más presencia tuvo en estas protestas fue el Frente Nacional por la Familia (FNF), que aglutina, según sus líderes, a 1200 organizaciones a nivel nacional y cerca de 60 en Aguascalientes (17). El objetivo era: responder a las políticas liberales del gobierno federal, en particular a la educación sexual y a la “ideología de género”.

Durante estos años, apareció el tema del PIN parental, que es una adaptación de las iniciales en inglés: “Personal Identification Number”, usado en dispositivos digitales y su fin es tomar decisiones desde la secrecía y confidencialidad. En este caso, grupos de padres de familia insistieron en que se legalizara el derecho de los padres de familia a que se impidiera la impartición de temas “delicados” en la educación de sus hijos, como la educación sexual. La propuesta no sólo tuvo lugar en México, ya que el partido ultraderechista español VOX la venía promoviendo dentro y fuera de su país.

Finalmente, la oposición, como en otros años, no prosperó, pero el FNF y otros grupos han vuelto a la lucha, ahora protestando por los libros de texto de la Nueva Escuela Mexicana, los cuales no modifican en lo fundamental los principios de la educación sexual que ya se venían implementando en los últimos años en las escuelas de educación primaria y secundaria del país.

Coda

Como en otras ocasiones, en los debates sobre los libros de texto se mezclan asuntos electorales, que para obtener votos no importa exagerar, mentir y difamar. Y esto se hace en un bando como en el otro. En estos casos, lo que muchos demandamos, exigimos, es un debate responsable y argumentado, de altura. Ciertamente, nos hace mucho bien la confrontación de ideas y posturas, pero no como lo estamos observando ahora.

Referencia

(1) Quintanilla, S. y M. K. Vaughan. (Coords.) (1994). Los avatares de una reforma educativa: la educación socialista en el contexto regional (1934-1940), CNCA.

(2) Loaeza, S. (1988). Clases medias y política en México. La querella escolar, 1959-1963, El Colegio de México.

(3) Westbury, I. (1985). The International Encyclopedia of Education (Torsten, Ch. y Postlethwaite, N., eds.), Vol. 9, Pergamon, 1985, pp. 5234-5235.

(4) Choppin, A. (1998). “Las políticas de libros escolares en el mundo: perspectiva comparativa e histórica”, En Identidad en el imaginario nacional. Reescritura y enseñanza de la historia, coordinado por Pérez, J. y Verena R. México: ICSH, BUAP, COLSAN, IG-E, pp. 169-180.

(5) Entrevista con Ana Rosa Barahona Echeverría, comunicación personal, 9 de octubre 2015.

(6) Ídem.

(7) Mino, F. (2007). Educación sexual para adolescentes. La (incómoda) sexualidad a las aulas. Letra S, 134. Recuperado de https://bit.ly/2EfbVXs

(8) Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), 2015. www.cem.org.mx/prensa/noticias/otras/reforma_ago.htm

(9) Entrevista con la titular del Instituto de Educación de Aguascalientes, comunicación personal, 21 de diciembre de 2015.

(10) Sagrada Biblia (s/f) Sagrada Biblia. Traducción al español (1884) de la Vulgata Latina por El Ilmo. Señor Don Félix Torres Amat, Rezza Editores, pp. 4, 36, 66.

(11) Congregación para la Doctrina de la fe (1975). punto 9.

(12) Entrevista con Lucía Morales Núñez, comunicación personal, 2 de marzo de 2017.

(13) González (24 de mayo, 2016) “El obispo de Aguascalientes critica a Peña Nieto por apoyo al matrimonio gay”, Expansión. Recuperado de https://bit.ly/2GXexpy

(14) Beauregard, L. P. (28 de junio, 2018). “Gais, quesadillas y la Iglesia mexicana”, El País.

(15) Aldán, E. (16 de agosto, 2016). “Festejar la impunidad”. La Jornada Aguascalientes.

(16) “Del matrimonio a la adopción”, Diario local.19 de mayo, 2016.

(17) Entrevista con Carlos García Villanueva, comunicación personal, 15 de marzo de 2017.

Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

Salvador Camacho Sandoval

Licenciado en Educación por la UAA, Maestro en Ciencias, con especialidad en Educación, por el Departamento de Investigación del Centro de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y Doctor en Historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago; es autor y coautor de varios libros, entre ellos: Controversia educativa: entre la ideología y la fe; Historias Latinoamericanas. Reflexiones desde la otra América; La modernización educativa en México; Educación y alternancia política; La vuelta a Aguascalientes en 80 textos; Vaivenes de Utopía. Historia de la educación en Aguascalientes en el siglo XX; Antenas vivas. Conversaciones con artistas de Aguascalientes, y Bugambilias. 100 años de cultura y arte en Aguascalientes. Es Premio John Nuveen en Chicago y Premio Aguascalientes en Humanidades en 2008. Fue profesor invitado en la Universidad Autónoma de Zacatecas (1999-2010) e investigador en la Universidad de Barcelona, España. Trabajó tres años como Director de Educación Media y Superior en el Instituto de Educación de Aguascalientes y es articulista de temas sobre educación, historia, cultura y política. Actualmente trabaja en la UAA y es Presidente de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educación.

Un comentario en «Nuevos libros de texto, viejos debates sobre la educación sexual»

  1. En estos tiempos, es de gran valor que se publiquen artículos bien informados, documentados, respetuosos y propositivos, como éste. Gracias a dialogoenpluralidad.com y al autor, el Dr. Salvador Camacho, por contribuir al debate de esta manera, responsable y reflexiva.

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