Y vimos cambiar las estaciones

Y vimos cambiar las estaciones

[bctt tweet=»Y vimos cambiar las estaciones: El cambio climático ha saltado de los libros de investigación a toda la narrativa, incluída la de ciencia-ficción » username=»crisolhoy»]

 

LA  VIDA  BREVE

 

«La segunda mitad del presente Siglo podría conocerse como el Siglo Maldito,               expresión que define a la Pequeña Edad de Hielo que entre 1570 y 1700 provocó              uno de los periodos climáticos más terribles de la historia humana».

 

Mientras en México seguimos enredados en un berenjenal discursivo  entre enemigos que el día con día vuelve más acerrimos y beligerantes a la vez que menos propositivos, la oferta de libros sobre el cambio climático en toda Europa y otros países desarrollados, disputan ya las estanterías a los temas más convencionales. El tema del presente y el futuro del ambiente gana atención en estos días entre lectores de libros, periódicos y sitios de Internet.

Destacado ejemplo de ello, el del escritor británico John Le Carré quien reconoce que el ambiental es un tema que le preocupa muchísimo y por eso quiso introducirlo como parte del escenario en su más reciente libro: “Estamos hablando de prioridades para la supervivencia de la humanidad. Para mis hijos, mis nietos, mis bisnietos es el mayor problema del planeta”, ha dicho en entrevista publicada en estos días en Babelia, el suplemento semanal del diario español “El país”.

El autor de celebérrimas novelas de suspeno y espionaje viene ahora con, Un hombre decente (Planeta, 2019), novela de gran éxito en ventas y editada hace apenas un par de meses, donde narra el comienzo del año año 2050 en un Londres azotado por la crisis económica, la xenofobia, las disputas contra los anteriores aliados y la carestía, todo ello dentro de una atmósfera de insólito calor que agobia a la capital británica, a la vieja Europa y que se extiende por todo el planeta.

Para Le Carré (“El espía que surgió del frío”, “El topo”, “El infiltrado”, etc.), antiguo espía de los servicios secretos británicos y uno de los referentes en la temática del espionaje y el suspense, la preocupación por el planeta debe ser necesariamente abordada con urgencia a más de en los libros de investigación, en la narrativa, la poesía, el cine, la música, y hasta en las novelas de espías. 

El cambio climático ha saltado de los libros de investigación a toda la narrativa, incluída la de ciencia-ficción  -“Cli-fi” se llama el subgénero dedicado a los desastres climáticos-, para formar parte de la manera en que se mira y se narra el mundo, desde la literatura hasta la economía o la historia  ha transformado la forma en que se intuye un futuro cada vez más inquietante, como queda claro en los informes verificables, contundentes y catastróficos que se tienen a mano. 

No podía ser de otra manera cuando los científicos advierten, y los escritores adelantan, que a la segunda mitad del presente podría conocersele como el Siglo Maldito, expresión que define a la Pequeña Edad de Hielo que entre 1570 y 1700 provocó uno de los periodos más terribles de la historia humana, marcado por las malas cosechas, el hambre, los desastres y las guerras, dice por su parte Philipp Bloom al inicio de  su nuevo libro, El motín de la naturaleza (Anagrama, 2019), al tratar de dar respuesta a la pregunta; “¿Qué cambia en una sociedad cuando cambia su clima?” 

Otros libros de publicación reciente dan aún mayor peso a las advertencias: “El cambio climático ha cambiado la forma en que muchas personas ven el mundo, aunque no lo suficiente”, explican el filósofo de la ciencia Philip Kitcher y la profesora emérita del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Evelyn Fox Keller, autores de Y vimos cambiar las estaciones. Cómo afrontar el cambio climático en seis escenas (Errata Naturae, 2019). “Una gran parte de la población humana permanece, comprensiblemente centrada en las dificultades de la vida cotidiana,  debido a que la conciencia climática se ve retrasada por las absurdas y destructivas políticas de algunos líderes”, se afirma e este texto al igual de gran venta.

  

Como aportación a una navidad menos vanamente nostálgica, menos insufriblemente mercantil, regalemos un buen libro y motivemos a la lectura. Hagamos el intento de ayudar a que dentro del también feroz y desgastante aturdimiento social surgan nuevas conciencias. Aportemos con una buena lectura ahora que en el horizonte de la llamada opinión pública se entronizan el encono y la estulticia. Dejo a continuación los siguientes párrafos para que volvamos a reflexionar sobre el camino en que vamos.

Aguascalientes y la mesa de las ganancias

Es una realidad que comenzamos a vivir; el horizonte de riesgos para el ambiente en Aguascalientes se agrava al parecer sin remedio y a partir de los próximos años veremos llegar los resultados de la irresponsabilidad frente a las advertencias. El olvido no solo alivia, en ocasiones cuesta y suele costar demasiado. 

La ubicación geográfica de México, sus condiciones climáticas y orográficas contribuyen a que su territorio esté expuesto a sucesos hidrometeorológicos extremos con efectos graves. 

Las modificaciones en el clima impactan ya nuestros sistemas naturales y humanos. La ciudad de Aguascalientes y su área conurbada se extiende enloquecidamente, impulsada por la voracidad de los terratenientes y constructores que de la mano con la complicidad oficial han colocado las finalidades del interés general muy por debajo de la mesa de las ganancias.  Es un hecho que el cambio climático será pronto un factor de riesgo para el éxito de las acciones encaminadas a la reducción de la pobreza, para la seguridad alimentaria, la salud pública, la educación, y en general para el desarrollo humano. 

Así de escabroso, en más de la mitad del territorio nacional -según indican datos en la sistematización de información y el análisis de datos referentes al cambio climático-, la sequía meteorológica aumentará  en todo nuestro entorno, dañando de manera servera los ecosistemas de la regiones. La nuestra, una de ellas. Tendremos cada vez menos -ya lo estamos viviendo-; Bona Terra, Bona Gens, Clarum Cielum y Aqua Clara. 

Celebremos entonces a los adolescentes, adultos y niños de diferentes puntos del planeta que han sido inspirados por las acciones de la activista sueca Greta Thunberg para tomar partido y luchar contra el calentamiento global. Otros comenzaron su lucha ambiental desde tiempo atrás buscando mitigar la crisis del calentamiento y sus efectos desde sus lugares de origen. ¿Nosotros cuándo?

      *Publicado en el diario “Hidrocálido”. / 11.12.2019

Armando Alonso de Alba

Poeta y periodista hidrocálido.

Armando Alonso de Alba

Poeta y periodista hidrocálido.

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