Aguascalientes, cuna de los nacionalistas
En 1915, cuando el estrépito de los cañones fue cediendo su lugar al silencio; cuando comenzó a asentarse la polvadera levantada por los caballos de los soldados en batalla, como si se tratara del telón de un teatro; del gran teatro del mundo, se abrió la posibilidad de vislumbrar en qué condiciones había quedado el país luego del cataclismo revolucionario; qué había desaparecido y qué estaba surgiendo de esa guerra fraticida, y entre aquellos que observaban azorados el panorama, no faltaron algunas mentes privilegiadas que advirtieron el surgimiento de un México nuevo, en principio moldeado por la metralla y la sangre derramada; un México que gozosamente tomaba distancia del pasado y, montado en un optimismo imbatible, se lanzaba a construir un futuro que sentía como algo propio; algo conquistado a precio de sangre.
1915 es también el título de un ensayo escrito por Manuel Gómez Morín, una de estas mentes excepcionales, en el que da cuenta de las jornadas luminosas que ese año vivían los jóvenes agrupados en el Ateneo de la juventud, y recuerda con particular entusiasmo un curso de Estética en la Universidad Popular y señala que “Herrán pintaba a México, López Velarde cantaba un México que todos ignorábamos viviendo en él”. Y remata: “con optimista estupor nos dimos cuenta de insospechadas verdades. Existía México, México como país con capacidades, con aspiraciones, con vida, con problemas propios … ¡Existían México y los mexicanos!”
Recuerdo este pasaje porque me parece que justamente esta es la discusión que campea a lo largo de la serie Aguascalientes, cuna de los nacionalistas, cuyo primer capítulo veremos en unos momentos, y que indudablemente se significa por desarrollar esta temática utilizando el formato mágico, maravilloso, del cinematógrafo, para que llegue al gran público el conocimiento de estos momentos germinales del México contemporáneo.
De esta forma, el Instituto Cultural de Aguascalientes incursiona por primera ocasión en este campo de actividad, que ofrece un sinfín de posibilidades, no sólo artísticas, sino también económicas. Casi de manera subrepticia, en Aguascalientes está desarrollándose una industria cinematográfica que, aunque pequeña en este momento, vive un interesante crecimiento. Prueba de ello son las varias producciones que actualmente se encuentran en proceso. Por otra parte, no está por demás recalcar el hecho de que “Aguascalientes, cuna de los nacionalistas”, es una serie hecha totalmente en nuestra ciudad. Con ello me refiero no sólo al financiamiento, sino a todos los aspectos y fases del trabajo, tanto técnicas como intelectuales y artísticas, con la presencia de guionistas, fotógrafos, actores, directores escénicos, sonidistas, creadores de efectos especiales, etc., todos de Aguascalientes, y todos deseosos de involucrarse muy activamente en alguna producción, pero que en más de algún caso deben migrar ante la falta de oportunidades.
También digno de mención es el hecho de que la serie fue filmada en edificios históricos que son orgullo de los aguascalentenses, y que más orgullosamente resguarda y utiliza el Instituto Cultural de Aguascalientes. Además, y motivo de enorme satisfacción es el hecho de que varias escenas se grabaron en la Caja Negra de la Universidad de las Artes, ese espacio que es como una plataforma de lanzamiento para el ingenio y la creatividad.
Quiero agradecer a Radio y Televisión de Aguascalientes, y en particular al licenciado José Luis Márquez, por ser el medio idóneo para que Aguascalientes, cuna de los nacionalistas llegue a nuestra gente, a todas aquellas personas a las que el instituto sirve y a quienes se debe. Gracias a este organismo la serie producida por el ICA iniciará una andadura que estamos seguros será gozosa, satisfactoria, a través de su retransmisión en aquellos medios con los que RyTA mantiene fecundas y productivas relaciones, tanto nacionales como internacionales; para que el nombre de Aguascalientes llegue a otras latitudes, al resto del país e incluso al extranjero; a Sudamérica, y todo el mundo conozca y admire a estos artistas que tanto orgullo; tanta admiración nos causan. Los otros dos capítulos de la serie serán transmitidos por el mismo medio los próximos viernes 18 y 25 de marzo, a las 21 horas.
Gracias a todos los que participaron en este proyecto, que ahora alcanza su obligada y justa culminación; a quienes aparecieron ante la lente atenta de la cámara y a quienes permanecieron en las sombras. Me consta la seriedad de que hizo gala todo el mundo; la responsabilidad con la que todos asumieron el compromiso, muchos de ellos prestando su tiempo y talento de manera gratuita, nomás por el gusto de vivir una experiencia que, estoy seguro, será inolvidable para todos.
No mencionaré ahora a nadie porque aquí nos amaneceríamos, pero todos ellos figuran en los créditos iniciales y finales. Y sin embargo no puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer al gobernador Martín Orozco Sandoval y a su esposa, la señora Yolanda Ramírez, por el apoyo que he recibido a lo largo de estos meses en que he tenido el enorme privilegio, el gran honor, de presidir el instituto, que se convertirán en un año el próximo miércoles. Gracias también a mis compañeros de jornada, porque en última instancia somos todos quienes hemos hecho al instituto lo que es hoy en día.
Termino; ya termino, y lo hago manifestando mi gratitud a mi familia el acompañamiento con el que invariablemente me han cobijado, y en particular a mi esposa, Armida Alonso Gómez, su respaldo incondicional, militante, de cuanto de bueno he emprendido.
Y ahora sí, atención por favor, silencio en set. ¡Sonido! ¡Corre audio, señor! ¡Cámara! Corre… Escena final, toma única: estreno. ¡Acción! (Palabras pronunciadas en la “alfombra roja” realizada en el Teatro de Aguascalientes el pasado viernes 11 de marzo con motivo del estreno de la serie Aguascalientes, cuna de los nacionalistas”.) (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com).
