La igualdad social y la estratificación social

La igualdad social y la estratificación social

“El utopista enciende unas estrellas en el cielo de la dignidad humana, pero navega en un mar sin puertos”.  Camilo Berneri, anarquista italiano.

Es increíble en estos tiempos, después de tantos siglos, guerras, conquistas, colonizaciones, invasiones, revoluciones, etapas históricas y científicas… que la gente y los teóricos se enfoquen en la igualdad social como un modo de producción ideal.

El comunismo utópico es la finalidad hipócrita de un modelo sustentable, donde la armonía social reinará por los siglos de los siglos. La igualdad social siempre ha sido la bandera de la muchedumbre y de esa gente que nunca ha aprendido sobre la fuerza y el valor trabajo.

Todas las civilizaciones se han caracterizado por la división del trabajo y las clases sociales, desde el comunismo primitivo hasta esta etapa contemporánea. No puede existir una igualdad social en este sentido, ya que la fuerza y la intelectualidad del trabajo varía en cada individuo, cada uno tiene sus prioridades y también influyen las creencias religiosas, gustos, ideologías, etcétera. La igualdad social se debe regir solamente ante la ley y las oportunidades sociales que otorgan los gobiernos. Todos somos iguales como ciudadanos, con derechos y responsabilidades, de eso no hay duda.

Es común confundir la capacidad de la fuerza de trabajo o de la intelectualidad con los derechos ciudadanos enfocados en la igualdad. Karl Marx dejó claro en El manifiesto del partido comunista, la lucha entre la burguesía y el proletariado con el fin de desaparecer las clases sociales y abolir la propiedad privada para evitar la explotación; debemos entender que la palabra comunista significa: común o comunidad, y se resume en doctrina común. Los derechos humanos son universales y la fuerza de trabajo es individual.

La comunidad no existe ni va a existir y desapareció cuando las civilizaciones se dieron cuenta de la fuerza de trabajo y el orden social, y esto se originó en la transición del comunismo primitivo hacia el esclavismo y así sucesivamente. El orden social fue necesario y se controló mediante las creencias religiosas y la moral.

La igualdad social solo se visualiza en los derechos humanos, en las leyes terrenales y en las creencias religiosas, nunca será en el campo laboral, intelectual, en la selección de pareja, en la justicia por la meritocracia, etcétera.

La estratificación social nunca ha desaparecido ya que no solo se mide mediante estas variables famosas: burguesía-proletariado, dueño-esclavo, ya que estos conceptos solo hacen referencia a un rol especifico, es decir, amo-riqueza y empleado-pobreza. La estratifica social también se mide en capital cultural, social y económico, como lo clasificó el sociólogo francés, Pierre Bourdieu.

La fuerza de trabajo tiene un valor específico y tiene vertientes, ya que no solo es un esfuerzo físico. Por ejemplo, un ingeniero civil invirtió tiempo, dinero y habilidad intelectual en sus estudios, por lo tanto, su esfuerzo tiene un valor acumulado; por otra parte, el peón solo tiene una habilidad de aprendizaje adquirida de manera empírica y una fuerza de trabajo físico, por lo cual, el valor del esfuerzo tiene un precio que se realiza en un pago diferente. El comunismo no premia el valor acumulado, premia el trabajo comunitario.

Las clases sociales y la estratificación no son fenómenos que surgieron mediante una idea o una filosofía, nacieron en la misma interacción social, ante la necesidad del orden, la producción y las necesidades sociales.

ALGUNAS CONFUSIONES

  1. En la sociedad actual, donde la competencia social se clasifica desde muchos factores, por ejemplo: tengo-valgo, no tengo-no valgo (sin importar el capital intelectual, cultural o social y dando solo la importancia al capital económico), la estratificación social se unifica en la mayor parte en lo económico y se refleja minimizando el capital intelectual. El capital intelectual en este caso sale sobrando, en el sentido que ya no importa aprender, solo importa tener. La interacción social ya no implica en una relación de estratos, es decir, las clases sociales se basan en el interés monetario dando una interacción superficial y material; como es el caso la clase alta creando riqueza en relación con el capital social, la clase media con el trabajo poco valorado y la clase baja con la ayuda social.
  2. El resentimiento social, de la clase media y baja (por no pertenecer a un nivel superior), se refleja en las redes sociales, donde un usuario puede pertenecer a un grupo o simplemente comentar de manera libre [ya que no existe un filtro estratificador que delimite esta interacción]; y puede creer que ya pertenece a esa clase social solo por esa ingenua “libertad”, pero se encuentra con un ciber-acoso, donde la gente de otra clase lo expone a su verdadero nivel. Así como lo expuso el filósofo italiano Umberto Eco, “las redes sociales están llenas de idiotas”.
  3. Los medios masivos de comunicación virtuales han contribuido en la interacción social de diferentes niveles. La clase alta usa las redes sociales para producir o lucirse, la clase media para producir capital social y la clase baja para divertirse.
  4. La creencia de que el rico es corrupto y malo, y el pobre es bueno y humilde es una justificación que se desarrolló por los medios masivos de comunicación virtuales, ya que ahora la información se propaga más rápido y se recibe en un dispositivo a la mano y no necesariamente es información de buena fuente y objetiva. Este fenómeno lo podemos ver claramente en la política mexicana actual. La clase alta se informa, la clase media se mantiene en una burbuja y la clase baja no le importa, ya que no entiende.
  5. El modo de producción, ya que no es garantía de tener capital intelectual para tener capital económico, es decir, tener una carrera profesional no es garantía para tener un buen sueldo en una empresa y que un vendedor ambulante sin capital intelectual obtenga más ingresos. La clase alta ya tiene trabajo, la clase media busca trabajo y la clase baja sobrevive.
  6. La lucha interminable de la clase media por no pertenecer a la clase baja y el sueño de un día ser parte de la clase alta. En otras palabras, es la clase más afectada en los modos de producción, desea tener los lujos, hábitos y la convivencia social con la clase alta. En cambio, la clase baja vive feliz, viendo a la clase media como se esfuerza ante sus objetivos. La clase baja solo vive de trabajos esporádicos y de la ayuda gubernamental, para ellos el modelo comunista es lo ideal.

La clase alta trabaja para hacer cada día más riqueza económica, la clase media trabaja para comer y siempre es las más afectada ante los aspectos sociales y económicos, y la clase baja no trabaja. ¿Se puede exigir una igualdad social con estas formas de vida?

Les dejo la siguiente frase: “La pobreza iguala a las clases sociales”. Pedro Muñoz Seca, dramaturgo español.

Carlos Leon

Lic. en Sociología, con Maestría en Psicoterapia y Doctorante en Filosofía.

Carlos Leon

Lic. en Sociología, con Maestría en Psicoterapia y Doctorante en Filosofía.

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