¿Aceptación o reprobación a las colecciones de animales silvestres en cautiverio? Entre la realidad actual o la transición hacia un nuevo modelo Parte 3. Algunas reflexiones.
En pasadas entregas se ha hablado de los animales en cautiverio, en una se resaltó el caso de Nino el cachorro de león nacido en Aguascalientes (10 de noviembre 2022), que hasta hace unos días (8 de julio) ocho meses después, vivía en las instalaciones de la llamada “Clínica veterinaria del refugio de fauna silvestre” de nuestra ciudad, lo que preocupa pues además del peligro de tener a un león en instalaciones inadecuadas tanto para el como para los visitantes, evidencia que la clínica solo tiene de clínica el nombre, pues usada como jaula, se arriesgó al personal y al equipo que alberga el deteriorado edificio como son muebles, estantería, autoclave, básculas etc.
Desde el 14 julio, ya está en una jaula del área de felinos, seguramente tuvieron que reubicar urgentemente a algún animal a otro zoológico (con todas las implicaciones que conlleva de stress y sufrimiento por el cambio de la rutina al que se acostumbró) para cederle el espacio o tan solo cambiarlo a alguna jaula disponible aunque no se respete el orden taxonómico de la colección. Se sigue a la espera de la respuesta que se solicitó a PROFEPA desde el 8 de abril con respecto a porque el león era sacado a diario de las instalaciones.
También se ha hablado del caso del otro león decomisado, llamado Cachito, mismo que aparentaba estar en condiciones clínicas muy próximas a la muerte según un video subido a redes por ahí del 16 de junio. Desde ese día a la fecha, han pasado muchas cosas, entre otras que hasta el 29 de junio fue llevado a Guadalajara para realizarle estudios (por médicos especialistas según se comentó), ese día regresó al parque y desde ese día ha estado “mejorando” (en teoría el león tiene un problema de salud sin solución médica que ira agravándose día con día) , por estos hechos se puede deducir que se le aplicó algún nuevo tratamiento que le ha funcionado hasta el momento lo que me lleva a pensar, ¿Qué no se le podía haber dado un tratamiento adecuado desde que fue depositado o decidir por la eutanasia con el expediente clínico que el dueño entregó a fin de evitarle sufrimiento innecesario de meses?. Queda aún saber cuál será el desenlace del caso de este animal entrampado entre la burocracia de las instituciones que deberían velar ante todo por su bienestar y no impedirlo como ha sido le caso.
Ahora tocará el turno de hablar sobre los demás animales del parque, ya que un principio básico del periodismo es dar voz a los más débiles o a los que no tienen voz, por tanto debe aplicarse a las demás especies, especialmente cuando están son explotadas y privadas de libertad.
La información de la realidad de los animales en los parques donde están cautivos, no se ha divulgado de forma completa y veraz, y peor aún, alterar la realidad, perpetua la falta de bienestar, respeto y dignidad de los animales, lo que favorece la indolencia de la mayoría de las personas ante el dolor y la vejación de cualquier ser vivo. La indiferencia de los visitantes a estos recintos es tal, que resulta en ocasiones alarmante, lo que obliga a sensibilizar a las personas frente al dolor de los animales, a través de la educación y la promoción del cambio cultural, para evitar su cautiverio y su maltrato.
Es por esto que inició con un video que ilustra la realidad de muchos animales cautivos.
Durante un recorrido realizado, pude constatar la desaparición de varios animales como es el caso de tres avestruces (que fueron robadas según me indicaron fuentes anónimas), los perros lobo que murieron de “moquillo” ¿Qué no los vacunaron? (al calce, ha habido ya tres camadas, las tres han perecido de diversas formas según se me han informado), al menos la jaula estaba vacía. También murió un watusi, un zorro y unos 200 patos. La leona “Caramelo” y sus tres cachorros hermanos de Nino, (que extrañamente nunca fueron noticia siendo que son tres), tampoco están ya en el parque o quizá están en una jaula que tiene una lona y que oculta tanto a Cachito como a estos.
Un cadáver de iguana yacía en la misma jaula que sus compañeras vivas, otra presentaba fractura expuesta. En cuanto a nacimientos, se observaron tres gamos y un wapiti (aunque faltan dos wapitis adultos). Este balance corresponde al último conteo realizado en enero de este año (sin hablar de las aves que son caso aparte). Cuando los datos solicitados a transparencia me sean brindados, podré comparar mis observaciones con los oficiales, pero los datos de animales muertos, evidentemente indica un pésimo bienestar animal.
El recorrido también arrojó lo que sucede cada temporada de lluvias, todas las jaulas anegadas y eso que realmente ha llovido poco, pues en otras temporadas la situación suele agravarse mucho para nuestros animales. El mantenimiento en buen estado de los espacios urbanos es esencial y es responsabilidad de las administraciones públicas.
Es necesario recordar que hay que establecer parámetros relacionados con la alimentación, alojamiento, salud, comportamiento, sociabilidad y emociones para determinar el bienestar animal. Las estereotipias se han descrito como comportamientos repetitivos causados por la frustración, por repetidos intentos de adaptarse al ambiente o por una disfunción del sistema nervioso central. En general, estos comportamientos repetitivos son considerados como indicadores de falta de bienestar
Se comprende que el Refugio de fauna silvestre, alberga animales de diversos orígenes (decomiso, donaciones, intercambios etc), lo que no se comprende, es la indiferencia ante el desacato a la normatividad y la urgencia de subsanar la falta de bienestar que estos animales requieren e incluso la apertura hacia un cambio de paradigma ya que estos recintos están cayendo en el anacronismo.
Por ejemplo, en el plan de manejo aceptado por la SEMARNAT en 2009 a dicho parque, se contemplaron las siguientes metas (obvio sin aclarar los tiempos posibles para su realización):
Corto plazo: Alcanzar parámetros económicos óptimos para alcanzar la autosuficiencia económica Mediano plazo: Ampliación de instalaciones
Largo plazo: Probable cambio de instalaciones
Se han tenido 14 años para lograrlas, pero en realidad no se han conseguido.
En el mismo plan se dice que al respecto de la señalización, se elaborarán de manera que los visitantes tengan una eficaz comprensión de la clasificación taxonómica y aspectos biológicos de los ejemplares exhibidos, cosa que tampoco se ha cumplido en 14 años. En una batería de jaulas existe un tlacuache, unas tortugas, unas iguanas, curvos, pericos, guajolotes, halcones y un venado. Evidentemente se carece de clasificación taxonómica alguna y mucho menos de señalización.
Vuelvo a recordarle amable lector que la justificación de los zoológicos se basa en que éstos “entretienen”, investigan, rehabilitan, conservan y educan acercando a la fauna cautiva a la sociedad.
En cuanto a educación en mi opinión, el modelo actual sólo transmite la enseñanza a los niños de que es normal encerrar o atar, es decir fomenta la humillación y tortura de seres vivos en nuestro espurio de superioridad como únicos y soberanos de su destino y, por ende, de sus vidas. Por otro lado, la falta de información en los recintos, ni siquiera realiza la divulgación mínima de la fauna salvaje, sus hábitos, y sus hábitats naturales. Pensar que se puede aprender algo de un animal en una jaula pequeña, enlodada, sin vegetación ni el tamaño adecuado para albergar con dignidad a estos animales, es tan ingenuo como pensar que ir a la biblioteca y leer los títulos de los libros dará conocimiento. Por ende la función didáctica de estos espacios dista mucho de ser real.
En cuanto a conservación, dicen que crían animales para su eventual liberación en la naturaleza, pero los programas de cría son principalmente para asegurar una población cautiva (recuperación, resguardo y manutención), no para su reintroducción. Eso, a su vez, constituye un gran riesgo para los animales que aún viven en su hábitat natural, los esfuerzos de conservación deben enfocarse en proteger a los animales en su ambiente, no en preservar la cría de animales de manera endogámica en centros de animales en cautiverio. Es momento de repensar la manera en que vemos y queremos conservar a los animales. Las intervenciones de conservación requieren que los responsables de la toma de decisiones hagan concesiones, entre los conjuntos de valores filosóficos y éticos y las limitaciones prácticas.
Aun cuando el recinto sea “grande” o elaborado (cosa que evidentemente no se cumple ni de lejos en nuestros parques), con frecuencia habrá limitaciones para proveer experiencias y oportunidades que permitan expresar el comportamiento natural dentro de ese espacio. Estos recintos nunca podrán proporcionar entornos apropiados para ningún animal, pero son especialmente problemáticos para animales grandes. Definitivo, estos lugares son una realidad dañina y antinatural que los animales deben soportar en nombre la investigación, recreación, educación y conservación.
Cada vez se hace más evidente la necesidad de repensar el modelo actual. Pensar en espacios que estén dedicados a la conservación, requiere de especies locales que habiten grandes extensiones, con menor cantidad de especies y mayor cantidad de ejemplares, con una menor interacción con el humano. Comparto el proyecto “Unidades de conservación del jaguar” para que el lector comprenda lo que debería de hacerse con cada una las especies cautivas.
La sociedad civil está cada vez más consiente de los animales como seres vivos con derechos y no como entretenimiento. El sufrimiento de un animal enjaulado no cabe en una sociedad que presume de ser moderna o ética, no obstante, la solución de qué hacer con los animales cautivos de estos recintos no puede ser simplista.
Con respecto al bienestar necesario para ellos, se requiere seguir reglamentaciones que “garanticen” el bienestar animal, estas sólo se exigen a miembros de las asociaciones y hacerse miembro es de carácter voluntario, como el caso de la (NMX-AA-165-SCFI-2014 53/66) que siguen los zoológicos certificados, donde por ejemplo en su inciso B.3.5, establece que: No es admisible el manejo de aves encadenadas o sujetas permanentemente, lo que únicamente se aceptará cuando los ejemplares se encuentren en proceso de adaptación a un ambiente nuevo, en cuyo caso deberá documentarse el procedimiento, el seguimiento individual y llevarse a cabo bajo estricta supervisión especializada. Situación que evidentemente no se respeta en nuestros parques urbanos en donde las consideran “herramientas didácticas”, es decir simples objetos, no seres sintientes, ¿será por eso que mantenerlas atadas al piso, es decir torturadas, les es completamente indiferente a sus custodios y al público en general que solo dice “mira están atadas y ni se mueven” sin hacer nada al respecto? Sobra decir que ninguno de nuestros parques es miembro voluntario de dichas asociaciones ni tampoco calificarían si es que lo solicitaran.
Por otro lado, un “buen espacio con animales cautivos”, aceptará sólo los que pueda permitirse cuidar y no exceder su capacidad operativa por más que la demanda lo exija. Es por eso preocupante el caso de los leones en nuestro parque pues de no haber ninguno de ellos hace un año, ya nacieron cuatro cachorros, además de los cuatro leones decomisados. Y si antes había problemas por falta de mantenimiento, presupuestos y personal, ¿Cómo es que ahora están atendiendo a esos animales?
Cabe decir que los leones son populares, pero la gran mayoría son animales genéricos de estado híbrido o subespecífico desconocido y, por lo tanto, de poco o ningún valor en términos de conservación.
Los animales salvajes, al ser transformados en espectáculo televisivo, se unieron a las mascotas domésticas, los peluches y los personajes de dibujos animados y tiras cómicas para constituir el bestiario imaginario de los niños en las sociedades desarrolladas. Este fenómeno contribuyó en gran medida a que se aplicara un único registro emocional idéntico a varias categorías de animales que hasta entonces habían sido tratados por separado: mascotas familiares, animales domésticos y animales salvajes que hasta entonces habían sido las menos criaturas visibles e incluso consideradas como extrañas y amenazantes, en objetos de calma contemplación de los espectadores sentados en la comodidad de sus salas de estar, como sucedió con el programa Daktary.
Quizá esto tuvo que ver con que ahora la gente no pueda identificar el peligro de tener grandes felinos o pitones como mascotas. Una persona leyó la columna anterior y me escribió lo siguiente: Conocí a unas personas del Estado de México que tenían a unos tigres porque en el African Safari no podían mantenerlos. El año pasado tenían como 10 pero iban a nacer más. Es una hacienda. Tienen un espacio amplio, pero nada como la libertad. Este comentario también cabe para los dueños de los leones Salome, Cachito y tantos más que viven como mascotas en domicilios particulares. Mi sobrino en educación primaria por ejemplo, me contó que su amiga de banca le platicó le regalarían un tigre, y el jardinero de una conocida, me comentó que su patrona tiene un tigre en su jardín.
Esta venta “legal” de animales silvestres (como comenté en mi pasada columna) está ocasionado graves problemas para estos animales como sucedió con el “santuario” Black jaguar white tiger y muchos más. ¿porque las unidades de inteligencia financiera no tienen nada de investigación al respecto?, ¿Por qué se siguen dando permisos a particulares para la posesión de estos animales? De 3,639 carpetas entre 2019-2021, solo 176 tuvieron proceso y 28 sentencias. Así que aunque haya nuevas iniciativas de ley (Propone Melissa Vargas limitar tenencia de animales exóticos y felinos silvestres) de poco servirán si las aprueban, pues se carece de mecanismos de verificación para correcta aplicación de ley, por otro lado la institución encargada de hacer valer la ley carece de capacidad operativa.
Urge cambio de paradigma donde se le de la importancia adecuada a la genuina protección de la vida silvestre, donde se entienda que los animales son libres y se debe trabajar para conservar sus hábitats y terminar con la cacería (de cada 10 animales atrapados, 8 mueren).
Por otro lado, nombres como Cachito, Salome, Caramelo, Galileo, Nino, amortigua la peligrosidad de estos felinos pues no importa qué tan acostumbrado a los humanos esté un animal no domesticado, su naturaleza silvestre sigue intacta y tristemente muchos de estos grandes felinos son desgarrados y descolmillados para evitar su peligrosidad condenando a estos animales a no sobrevivir ante sus congéneres.
En cuanto al “bienestar animal” que se pueda otorgar a los animales, basado principalmente en: su nutrición, su ambiente, la asistencia médica, la posibilidad de expresar su comportamiento natural y que no sientan miedo o angustia en exceso, habrá que añadir que los primates, cetáceos, pinnípedos, carnívoros, psitacidas y rapaces poseen mayor complejidad neuronal lo que se relaciona a una mayor susceptibilidad a las condiciones de cautividad.
Por otro lado, la respuesta de los animales a los programas de enriquecimiento ambiental depende de su temperamento: mientras que un estímulo nuevo puede incitar la conducta exploratoria y tener un efecto positivo sobre el bienestar de un individuo poco miedoso, el mismo estímulo puede tener el efecto contrario en un individuo muy miedoso. Finalmente, hay algunas evidencias que parecen sugerir que el temperamento de los animales condiciona su susceptibilidad a ciertas enfermedades.
Hubo zoológicos humanos, el hecho de arrancar a seres humanos de sus hábitats naturales, de sus tierras de origen, y obligarles a ser expuestos y exhibidos en público en contextos totalmente hostiles, sin importar la dignidad ni el respeto por la persona, no parecía importar a los gobernadores ni a amplios sectores de las sociedades teóricamente civilizadas. Ni siquiera la muerte de muchas de estas personas a consecuencia de haber estado expuestas a condiciones físicas y psicológicas extremas, fueron suficientes para considerar cuestiones éticas respecto a la conveniencia de llevar a cabo estas crueldades y humillaciones. Lo mismo sucede ahora con los centros con animales en cautiverio
Existen diferentes movimientos que buscan erradicar los zoológicos de las ciudades explicando que en éstos los animales no tienen las condiciones necesarias para tener una buena calidad de vida y que, además, no es correcto mantener animales únicamente para el entretenimiento de los humanos, por lo que, si no pueden volver a su hábitat natural (de lo poco que les ha dejado la especie humana), éstos deberían reubicarse en santuarios para su especie. Entre estos casos encontramos por ejemplo el zoológico Villa Dolores en Uruguay; el zoológico Santiago de Estero en Argentina o el santuario Ostok, el primer santuario en México.
Si bien los cierres de colecciones de animales silvestres en cautiverio se han llevado a cabo por diferentes razones, es común que los animales no sean llevados a santuarios, probablemente por la escasa oferta que existe, sino reubicados en otros zoológicos, en los cuales también pueden verse afectados negativamente al cambiar la rutina a la que se han acostumbrado. Al ser considerados como simple mercancía, pueden ser entonces comprados, vendidos, intercambiados con poca consideración por las relaciones que han establecido entre ellos y obligarlos a nuevas rutinas lo que les es perjudicial para su bienestar.
De esta forma es necesaria una reinvención de estos espacios en el mundo, replantear el modelo actual. El cierre de estos no aliviará el problema de los animales que actualmente se encuentran en cautiverio y muchos programas de conservación se verán afectados, por lo que debe reevaluarse que puede hacer cada recinto en su ciudad buscando reducir el comercio de animales para su exhibición y no incrementando las colecciones. Es necesario poner en marcha un estudio de situación de la realidad social, económica, científica y ética de estos lugares para realizar una propuesta clara, concreta y realista para orientar el destino de estas instituciones hacia otro paradigma.
La transición debería orientarse hacia especies locales, menor cantidad de especies, y manejar poblaciones evitando al máximo la interacción con los humanos. Las soluciones simplistas como incrementar presupuesto o ampliar o rehabilitar recintos no será la solución definitiva. En Saltillo, en el “Museo del desierto”, hay buenos ejemplos de estas prácticas como el caso de los lobos o los pecaríes.
Puesto que estos espacios proveen una práctica totalmente innecesaria, deberían ser cosa del pasado ya que no sirven como espacios de conservación (primero porque la gran mayoría de especímenes, no están en peligro de extinción ni tampoco son preparados para liberarlos en hábitats naturales), tampoco de recreación ni educativos como se promociona, sino sitios en donde a los animales se les enjaula de por vida, privándoles de la posibilidad de desarrollarse según sus necesidades. Hoy en día hay una tendencia a desaparecer, no en balde ya hay propuestas como la de tripadvisor y su política de no favorecer aquellos espacios sin garantizar el bienestar animal o como el caso del centenario zoológico de Buenos Aires que optó por modificar intensamente sus instalaciones para lograr “un paseo moderno donde las familias puedan conocer el devenir de la naturaleza autóctona del país”. Pero no ya con animales vivos, sino con representaciones virtuales (digitales), que proporcionen mayor grado de realismo al visitante.
Otros ejemplos como Japón y Dubai donde gracias a tecnología desarrollada por la compañía Magic Leap, es posible interactuar con potentes gráficas en movimiento y la sensación del espectador es la de encontrarse junto a los animales, observando de cerca su aspecto y viendo cada uno de sus movimientos con todo detalle.
Se trata de una innovadora alternativa a los actuales parques que constantemente son denunciados por los defensores de animales. Lugares en donde sus tristes habitantes apenas pueden relacionarse con otros animales de su misma especie e incluso, conviven al lado de sus propios depredadores en un continuo estado de estrés.
Por estas razones, considero que es hora de poner fin a la cría y mantenimiento de animales silvestres cautivos para el entretenimiento humano. Es hora de eliminar gradualmente estos centros y de que los gobiernos financien adecuadamente los proyectos de conservación en la naturaleza, ya que la realidad es que no hay necesidad de mantener a los animales silvestres en cautiverio en 2023 y más allá. Nos enfrentamos a una crisis de biodiversidad, una crisis que no será resuelta por los centros con animales cautivos sino por la conservación activa en el campo. ¿Como ayudarlos si se exhiben en jaulas diminutas antinaturales donde no pueden desarrollar habilidades de supervivencia y escasean sus hábitats naturales? .
Su salvación es proteger sus hogares no crear cárceles. ¿Los humanos tenemos la suficiente conciencia, inteligencia, racionalidad, creatividad, empatía y amor para dejarlos continuar? La utopía dice que sí.
Según datos de Profepa, existen 95 unidades con animales en cautiverio, con 20,000 ejemplares de 370 especies. Ojalá que al menos Aguascalientes, sea vanguardia y capital del bienestar animal, dando ejemplo en plantear un plan de transición y/o cierre de estos anacrónicos y crueles lugares y mientras ocurre eso, se tengan excelencia en el manejo y prioricen el bienestar animal, lo cual se lograría certificándose, constatando así que existe planeación, normatividad, personal calificado, equipo y financiamiento para su adecuada manutención y un comité de biotética que observe y vigile el cumplimento de normas y recomendaciones, ya que el nombre sea zoológico, centro de rescate y rehabilitación o santuario, no garantiza la calidad de vida de ningún animal.
Por último lector, si está convencido que el encierro de los animales no es lo suyo, no asista ni permita que sus hijos y familiares asistan a los recintos donde sean expuestos y privados de libertad. En mi labor como divulgadora, pretendo contribuir no solo a mejorar el medio ambiente, sino a concienciar a quien lo gestionará en un futuro, contribuyendo así al bien común, que al final es lo que importa.
Por último comparto este video
Ana Romo jaulericavida1@outlook.es